Sabiendo como sabemos, y está demostrado, no solo a lo largo de la historia, sino también en el día a día, que la Iglesia es un negocio, como tal, ¿cual creéis que es el cliente preferido de la Iglesia?.
Digo la Iglesia por citar a una multinacional, al estilo, por ejemplo, de Coca-Cola (solo que Coca-Cola, te vende un producto que produce, en este caso el líquido y la Iglesia, sin producir nada, te vende, entre otras lindezas, el paraiso de una versión o concepto Dios demostradamente falso) que representa al resto de sectas, organización de "pastores" y demás derivados mercantiles del divino negocio.
Pues eso, ¿Cual creéis que es el cliente preferido de la Iglesia?.
Un cordial saludo.
Luisa
¿Cual es el cliente preferido de la Iglesia?
Re: ¿Cual es el cliente preferido de la Iglesia?
La pregunta en sí está contestada, o por lo menos está en la mente de alguien que se detenga unos segundos a reflexionar.
El cliente preferido de la Iglesia es el pobre en todos los sentidos (sociales, económicos, afectivos, culturales ...), el desahuciado, el que se ha cometido sobre él la mayor de las injusticias también en todos los sentidos y cuantas más injusticias haya sufrido aún mejor cliente potencial resulta ser para la Iglesia.
El desvalido, el miserable (porque no tiene nada ni ya nada puede), el desamparado de todos y de todo, el infeliz, el impotente hasta de su propia soledad, ... el pobrecillo en todos sentidos, el que necesita agarrarse aunque sea a un clavo ardiendo para no caer definitivamente, ese es el cliente preferido de la Iglesia y es ahí donde los sacerdotes, la Iglesia de élite, hacen su particular negocio.
Con todo el respeto hacia todas esas pobres gentes, no es hacia ellos a quien dirijo mis críticas, sino hacia los clérigos que se aprovechan, a modo de usura, extremadamente cínica, de esas circunstancias humanas en toda su extensión.
No hace falta ser ningún entendido en nada, simplemente con un poquito de sentido común, más que echar un vistazo al panorama mundial en cualquier tiempo, para darse cuenta que allí donde más miseria existió, y existe, es donde la Iglesia consiguió, y consigue, más adeptos, lo que a su vez se traduce en más beneficios.
Por tanto a la Iglesia le interesa propagar esas condiciones de miseria e ignorancia y, de hecho, las ha propagado a lo largo de la historia y aún hoy en día, si puede, establece las condiciones de infelicidad social allí donde puede. Nada he descubierto yo, puesto que es un secreto a voces.
Todo esto viene a colación por la noticia del Obispo este millonario, y por la de tantos otros que hemos sabido y que saldrá a la luz en los próximos años, en tanto que hay que mostrar sin reparo alguno el afán de lucro de estos hipócritas, .... Cardenales, Obispos y demás jerarcas, que dicen ser pobrecitos cuando en realidad nadan en la abundancia.
Una de las medidas a tomar: hay que ir a por la derogación total de los Concordatos, allí donde estén establecidos, para impedir que esta multinacional continue lucrándose con el dinero de todos.
Un cordial saludo.
Luisa Serrano
El cliente preferido de la Iglesia es el pobre en todos los sentidos (sociales, económicos, afectivos, culturales ...), el desahuciado, el que se ha cometido sobre él la mayor de las injusticias también en todos los sentidos y cuantas más injusticias haya sufrido aún mejor cliente potencial resulta ser para la Iglesia.
El desvalido, el miserable (porque no tiene nada ni ya nada puede), el desamparado de todos y de todo, el infeliz, el impotente hasta de su propia soledad, ... el pobrecillo en todos sentidos, el que necesita agarrarse aunque sea a un clavo ardiendo para no caer definitivamente, ese es el cliente preferido de la Iglesia y es ahí donde los sacerdotes, la Iglesia de élite, hacen su particular negocio.
Con todo el respeto hacia todas esas pobres gentes, no es hacia ellos a quien dirijo mis críticas, sino hacia los clérigos que se aprovechan, a modo de usura, extremadamente cínica, de esas circunstancias humanas en toda su extensión.
No hace falta ser ningún entendido en nada, simplemente con un poquito de sentido común, más que echar un vistazo al panorama mundial en cualquier tiempo, para darse cuenta que allí donde más miseria existió, y existe, es donde la Iglesia consiguió, y consigue, más adeptos, lo que a su vez se traduce en más beneficios.
Por tanto a la Iglesia le interesa propagar esas condiciones de miseria e ignorancia y, de hecho, las ha propagado a lo largo de la historia y aún hoy en día, si puede, establece las condiciones de infelicidad social allí donde puede. Nada he descubierto yo, puesto que es un secreto a voces.
Todo esto viene a colación por la noticia del Obispo este millonario, y por la de tantos otros que hemos sabido y que saldrá a la luz en los próximos años, en tanto que hay que mostrar sin reparo alguno el afán de lucro de estos hipócritas, .... Cardenales, Obispos y demás jerarcas, que dicen ser pobrecitos cuando en realidad nadan en la abundancia.
Una de las medidas a tomar: hay que ir a por la derogación total de los Concordatos, allí donde estén establecidos, para impedir que esta multinacional continue lucrándose con el dinero de todos.
Un cordial saludo.
Luisa Serrano