Análisis y debate del discurso completo de Barack Obama

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Luisa Serrano

Análisis y debate del discurso completo de Barack Obama

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ANÁLISIS Y DEBATE DEL DISCURSO POLÍTICO

Discurso íntegro de Obama tras ganar las elecciones en EEUU

Traducción íntegra del discurso del presidente electo de los Estados Unidos de América, Barack Obama, tras saber que había ganado las elecciones.

5 noviembre 2008.




"¡Hola, Chicago!



Si todavía queda alguien por ahí que aún duda de que Estados Unidos es un lugar donde todo es posible, quien todavía se pregunta si el sueño de nuestros fundadores sigue vivo en nuestros tiempos, quien todavía cuestiona la fuerza de nuestra democracia, esta noche es su respuesta.

Es la respuesta dada por las colas que se extendieron alrededor de escuelas e iglesias en un número cómo esta nación jamás ha visto, por las personas que esperaron tres horas y cuatro horas, muchas de ellas por primera vez en sus vidas, porque creían que esta vez tenía que ser distinta, y que sus voces podrían suponer esa diferencia.

Es la respuesta pronunciada por los jóvenes y los ancianos, ricos y pobres, demócratas y republicanos, negros, blancos, hispanos, indígenas, homosexuales, heterosexuales, discapacitados o no discapacitados. Estadounidenses que transmitieron al mundo el mensaje de que nunca hemos sido simplemente una colección de individuos ni una colección de estados rojos y estados azules.

Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.

Es la respuesta que condujo a aquellos que durante tanto tiempo han sido aconsejados a ser escépticos y temerosos y dudosos sobre lo que podemos lograr, a poner manos al arco de la Historia y torcerlo una vez más hacia la esperanza en un día mejor.

Ha tardado tiempo en llegar, pero esta noche, debido a lo que hicimos en esta fecha, en estas elecciones, en este momento decisivo, el cambio ha venido a Estados Unidos.

Esta noche, recibí una llamada extraordinariamente cortés del senador McCain.

El senador McCain luchó larga y duramente en esta campaña. Y ha luchado aún más larga y duramente por el país que ama. Ha aguantado sacrificios por Estados Unidos que no podemos ni imaginar. Todos nos hemos beneficiado del servicio prestado por este líder valiente y abnegado.

Le felicito; felicito a la gobernadora Palin por todo lo que han logrado. Y estoy deseando colaborar con ellos para renovar la promesa de esa nación durante los próximos meses.

Quiero agradecer a mi socio en este viaje, un hombre que hizo campaña desde el corazón, e hizo de portavoz de los hombres y las mujeres con quienes se crío en las calles de Scranton y con quienes viajaba en tren de vuelta a su casa en Delaware, el vicepresidente electo de los Estados Unidos, Joe Biden.

Y no estaría aquí esta noche sin el respaldo infatigable de mi mejor amiga durante los últimos 16 años, la piedra de nuestra familia, el amor de mi vida, la próxima primera dama de la nación, Michelle Obama.

Sasha y Malia, os quiero a las dos más de lo que podéis imaginar. Y os habéis ganado el nuevo cachorro que nos acompañará hasta la nueva Casa Blanca.

Y aunque ya no está con nosotros, sé que mi abuela nos está viendo, junto con la familia que hizo de mí lo que soy. Los echo en falta esta noche. Sé que mi deuda para con ellos es incalculable.

A mi hermana Maya, mi hermana Alma, al resto de mis hermanos y hermanas, muchísimas gracias por todo el respaldo que me habéis aportado. Estoy agradecido a todos vosotros. Y a mi director de campaña, David Plouffe, el héroe no reconocido de esta campaña, quien construyó la mejor, la mejor campaña política, creo, en la Historia de los Estados Unidos de América.

A mi estratega en jefe, David Axelrod, quien ha sido un socio mío a cada paso del camino.

Al mejor equipo de campaña que se ha compuesto en la historia de la política. Vosotros hicisteis realidad esto, y estoy agradecido para siempre por lo que habéis sacrificado para lograrlo.

Pero sobre todo, no olvidaré a quién pertenece de verdad esta victoria. Os pertenece a vosotros. Os pertenece a vosotros.

Nunca parecí el aspirante a este cargo con más posibilidades. No comenzamos con mucho dinero ni con muchos avales. Nuestra campaña no fue ideada en los pasillos de Washington. Se inició en los jardines traseros de Des Moines y en los cuartos de estar de Concord y en los porches de Charleston. Fue construida por los trabajadores y las trabajadoras que recurrieron a los pocos ahorros que tenían para donar a la causa cinco dólares y diez dólares y veinte dólares.

Adquirió fuerza de los jóvenes que rechazaron el mito de la apatía de su generación, que dejaron atrás sus casas y sus familiares para hacer trabajos que les procuraron poco dinero y menos sueño.

Adquirió fuerza de las personas no tan jóvenes que hicieron frente al gélido frío y el ardiente calor para llamar a las puertas de desconocidos y de los millones de estadounidenses que se ofrecieron voluntarios y organizaron y demostraron que, más de dos siglos después, un gobierno del pueblo, por el pueblo y para el pueblo no se ha desvanecido de la Tierra.

Esta es vuestra victoria.

Y sé que no lo hicisteis sólo para ganar unas elecciones. Y sé que no lo hicisteis por mí.

Lo hicisteis porque entendéis la magnitud de la tarea que queda por delante. Mientras celebramos esta noche, sabemos que los retos que nos traerá el día de mañana son los mayores de nuestras vidas -dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo-.

Mientras estamos aquí esta noche, sabemos que hay estadounidenses valientes que se despiertan en los desiertos de Irak y las montañas de Afganistán para jugarse la vida por nosotros.

Hay madres y padres que se quedarán desvelados en la cama después de que los niños se hayan dormido y se preguntarán cómo pagarán la hipoteca o las facturas médicas o ahorrar lo suficiente para la educación universitaria de sus hijos.

Hay nueva energía por aprovechar, nuevos puestos de trabajo por crear, nuevas escuelas por construir, y amenazas por contestar, alianzas por reparar.

El camino por delante será largo. La subida será empinada. Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato. Sin embargo, Estados Unidos, nunca he estado tan esperanzado como estoy esta noche de que llegaremos.

Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos.

Habrá percances y comienzos en falso. Hay muchos que no estarán de acuerdo con cada decisión o política mía cuando sea presidente. Y sabemos que el gobierno no puede solucionar todos los problemas.

Pero siempre seré sincero con vosotros sobre los retos que nos afrontan. Os escucharé, sobre todo cuando discrepamos. Y sobre todo, os pediré que participéis en la labor de reconstruir esta nación, de la única forma en que se ha hecho en Estados Unidos durante 221 años bloque por bloque, ladrillo por ladrillo, mano encallecida sobre mano encallecida.

Lo que comenzó hace 21 meses en pleno invierno no puede terminar en esta noche otoñal.

Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio. Y eso no puede suceder si volvemos a como era antes. No puede suceder sin vosotros, sin un nuevo espíritu de sacrificio.

Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu del patriotismo, de responsabilidad, en que cada uno echa una mano y trabaja más y se preocupa no sólo de nosotros mismos sino el uno del otro.

Recordemos que, si esta crisis financiera nos ha enseñado algo, es que no puede haber un Wall Street (sector financiero) próspero mientras que Main Street (los comercios de a pie) sufren.

En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación, como un solo pueblo. Resistamos la tentación de recaer en el partidismo y mezquindad e inmadurez que han intoxicado nuestra vida política desde hace tanto tiempo.

Recordemos que fue un hombre de este estado quien llevó por primera vez a la Casa Blanca la bandera del Partido Republicano, un partido fundado sobre los valores de la autosuficiencia y la libertad del individuo y la unidad nacional.

Esos son valores que todos compartimos. Y mientras que el Partido Demócrata ha logrado una gran victoria esta noche, lo hacemos con cierta humildad y la decisión de curar las divisiones que han impedido nuestro progreso.

Como dijo Lincoln a una nación mucho más dividida que la nuestra, no somos enemigos sino amigos. Aunque las pasiones los hayan puesto bajo tensión, no deben romper nuestros lazos de afecto.

Y a aquellos estadounidense cuyo respaldo me queda por ganar, puede que no haya obtenido vuestro voto esta noche, pero escucho vuestras voces. Necesito vuestra ayuda. Y seré vuestro presidente, también.


VIDEO DEL DISCURSO PARTE 2: http://www.youtube.com/watch?v=sPt1w1xhsBg
Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas, desde parlamentos y palacios, a aquellos que se juntan alrededor de las radios en los rincones olvidados del mundo, nuestras historias son diversas, pero nuestro destino es compartido, y llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense.

A aquellos, a aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer. A aquellos que buscan la paz y la seguridad: os apoyamos. Y a aquellos que se preguntan si el faro de Estados Unidos todavía ilumina tan fuertemente: esta noche hemos demostrado una vez más que la fuerza auténtica de nuestra nación procede no del poderío de nuestras armas ni de la magnitud de nuestra riqueza sino del poder duradero de nuestros ideales; la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme.

Allí está la verdadera genialidad de Estados Unidos: que Estados Unidos puede cambiar. Nuestra unión se puede perfeccionar. Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tenemos que lograr mañana.

Estas elecciones contaron con muchas primicias y muchas historias que se contarán durante siglos. Pero una que tengo en mente esta noche trata de una mujer que emitió su papeleta en Atlanta. Ella se parece mucho a otros que guardaron cola para hacer oír su voz en estas elecciones, salvo por una cosa: Ann Nixon Cooper tiene 106 años.

Nació sólo una generación después de la esclavitud; en una era en que no había automóviles por las carreteras ni aviones por los cielos; cuando alguien como ella no podía votar por dos razones -porque era mujer y por el color de su piel. Y esta noche, pienso en todo lo que ella ha visto durante su siglo en Estados Unidos- la desolación y la esperanza, la lucha y el progreso; las veces que nos dijeron que no podíamos y la gente que se esforzó por continuar adelante con ese credo estadounidense: Sí podemos. En tiempos en que las voces de las mujeres fueron acalladas y sus esperanzas descartadas, ella sobrevivió para verlas levantarse, expresarse y alargar la mano hacia la papeleta. Sí podemos. Cuando había desesperación y una depresión a lo largo del país, ella vio cómo una nación conquistó el propio miedo con un Nuevo Arreglo, nuevos empleos y un nuevo sentido de propósitos comunes. Sí podemos.

Cuando las bombas cayeron sobre nuestro puerto y la tiranía amenazó al mundo, ella estaba allí para ser testigo de cómo una generación respondió con grandeza y la democracia fue salvada. Sí podemos.

Ella estaba allí para los autobuses de Montgomery, las mangas de riego en Birmingham, un puente en Selma y un predicador de Atlanta que dijo a un pueblo: "Lo superaremos". Sí podemos.

Un hombre llegó a la luna, un muro cayó en Berlín y un mundo se interconectó a través de nuestra ciencia e imaginación.

Y este año, en estas elecciones, ella tocó una pantalla con el dedo y votó, porque después de 106 años en Estados Unidos, durante los tiempos mejores y las horas más negras, ella sabe cómo Estados Unidos puede cambiar.

Sí podemos.

Estados Unidos, hemos avanzado mucho. Hemos visto mucho. Pero queda mucho más por hacer. Así que, esta noche, preguntémonos -si nuestros hijos viven hasta ver el próximo siglo, si mis hijas tienen tanta suerte como para vivir tanto tiempo como Ann Nixon Cooper, ¿qué cambio verán? ¿Qué progreso habremos hecho?.

Esta es nuestra oportunidad de responder a ese llamamiento. Este es nuestro momento.

Estos son nuestros tiempos, para dar empleo a nuestro pueblo y abrir las puertas de la oportunidad para nuestros pequeños; para restaurar la prosperidad y fomentar la causa de la paz; para recuperar el sueño americano y reafirmar esa verdad fundamental, que, de muchos, somos uno; que mientras respiremos tenemos esperanza. Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos.

Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América."


Discurso recopilado de diversas fuentes de la red.

¿Qué os da a entender este discurso?, ¿Qué se supone va a cambiar?, ¿Qué puede implicar para el resto del mundo la voluntad "ese" cambio?, hay muchas preguntas en torno a este político y muchas respuestas, ¿qué os parece el final del discurso citando el concepto dios?, ¿es simplemente un protocolo de despedida o hay algo más?, ¿era necesario? ... ... ..., aún más allá de esa cita, que desde un punto de vista ateo está por demás, es decir, sobra, ¿qué os da a entender todo el discurso? ... pues hay elementos que jamás otros presidentes electos habían citado.

Se pueden adjuntar igualmente otros discursos anteriores, de pre-campaña, para entender mejor o hacernos una idea en qué pueden consistir esos cambios.

¿Qué se espera de un político así? ... ¿Qué debiera hacer mínimamente y qué no se debería volver a hacer jamás (en clara referencia al desastroso Bush)?.

¿Qué puede implicar todo esto para el movimiento ateo, para la erradicación y expansión del actual fanatismo religioso -también cristiano, como es el actual caso de EEUU-?

Luisa Serrano

orwell
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Re: Análisis y debate del discurso completo de Barack Obama

Mensaje sin leer por orwell »

Dentro de uno meses alguien escribirá un libro titulado la Desilusión de Obama.
El imperio seguirá siendo imperio y muchos de sus dólares estarán manchados de sangre y sudor de anónimos seres humanos.
Todavía me acuerdo de una canción de un grupo de rock de hace muchos años:
(suprimo la primera línea para que nadie se considere ofendido)

…………………………………………..
Vendemos países y compramos almas.
¿Va mal el negocio? ¡La caballería!
No hay revolución ¿Eh guarros?
Todo controlado mi petróleo
nunca podréis nacionalizar.

¿Va mal el negocio? ¡La caballería!
La bolsa de Nueva York
Controla este mogollón
La bolsa de New York
A la mayor gloria de Dios
¿Va mal el negocio? ¡La caballería!

Desearía equivocarme y que Obama construyera una nación más justa, más solidaria, más democrática, más …..
Pero no sería esto el fin del Imperio.

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Pastranec
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Re: Análisis y debate del discurso completo de Barack Obama

Mensaje sin leer por Pastranec »

El discurso es perfecto, y difícilmente se puede encontrar en él algo con lo que no estar de acuerdo. Pivota únicamente sobre dos ideas, que jamás se mezclan, y se exponen con una claridad, una brevedad y una eficacia asombrosa. Por supuesto el discurso no es un programa político, es sólo una apelación clara y directa fundamentado en los valores básicos de los estadounidenses. Casi todo son generalidades.

Comienza, en el primer párrafo, reafirmando el «sueño americano» para pasar a reafirmar la unidad de la nación: «Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.» Esta es la tesis central de todo su discurso, que va a concluir, al final, con el famoso «sí podemos».

El resto del discurso es un refuerzo, con numerosos argumentos de estas ideas.

En primer lugar felicita, alaba de hecho, a su rival, McCain, y sin olvidarse de Palin. Luego agradece la labor de quienes le han ayudado a llegar: su vicepresidente, su familia, su equipo de campaña, y el consabido pero eficacísimo «esta victoria os pertenece a vosotros». Todo ello refuerza el argumento de «Somos una nación».

A continuación hay una sección del discurso que comienza con «Nunca parecí el aspirante a este cargo con más posibilidades» y termina con «Esta es vuestra victoria» que refuerza la idea de que el «sueño americano» es posible por que ya lo han logrado al llevarle a él a la presidencia. Digamos que es el «sueño americano» cumplido.

Inmediatamente sigue la definición de un nuevo proyecto, un nuevo «sueño americano», que comienza por enumerar los problemas que tiene el país: «dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo», y sigue por las dificultades: «Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato», pero no deja que se caiga en el desánimo: «Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos», o «Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio».

Para este nuevo «sueño americano» vuelve a apelar a la nación unida: «Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu del patriotismo», y «En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación». ¿Y por qué? Pues enumera «los valores que todos compartimos»: «la autosuficiencia y la libertad del individuo y la unidad nacional». La sección termina con un llamamiento a quienes no le han votado y les dice: «Y seré vuestro presidente, también».

Este «sueño americano» no es sólo para los estadounidenses, también implica a todo el mundo, y promete el liderazgo del Estados Unidos en el mundo. La sección comienza con: «Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas», se refuerza con «llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense», quita toda esperanza a los terroristas: «a aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer», ¿y cómo?: «la fuerza auténtica de nuestra nación procede [...] de nuestros ideales; la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme». Esta es la única parte del discurso medianamente programática, ya que afirma que la manera de luchar contra los «enemigos» no es renunciando a los derechos si no reforzándolos. La sección termina con «Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tenemos que lograr mañana».

El discurso vuelve a centrarse en el «sueño americano» para los estadounidenses, y les hace conscientes del lo histórico del momento: «Estas elecciones contaron con muchas primicias y muchas historias que se contarán durante siglos». Es ahora cuando cuenta la historia de Ann Nixon Cooper, la anciana de 106 años. Aquí comienza su coda final. Mientras cuenta la historia dice hasta tres veces «Sí podemos», y lo repite otras cuatro veces en los párrafos siguientes.

La última frase es estupenda, por que resumen en una sola frase las dos ideas centrales del discurso: el «sueño americano» y la unidad nacional: «Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos».

¿Quien puede estar en desacuerdo con que podemos conseguirlo todo, sobre todo si estamos unidos? Así, en abstracto, sin concretar nada. El problema es que para conseguirlo todo hay que tomar decisiones, y cuando se opta por un camino se abandonan otros.

Desgraciadamente todo esto está enmarcado por sendas apelaciones a Dios. El acto comienza con la intervención de un pastor protestante, y el discurso termina con: «Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América». Es una pena que no se puedan librar de estas intromisiones de la religión en la vida pública. ¿Os imagináis que en España, tras ganar una elecciones un obispo abriera el discurso de victoria? Yo creo que es protocolario, pero es que el protocolo responde a la necesidad de mantener las buenas maneras ante unos interlocutores que esperan que te comportes así. Obama no renuncia a esa intromisión de la religión en la política, quizá sea pedirle demasiado, al menos por el momento.
Interroga mundum. Nulla vita sine scientia, nulla vita sine studium.
Carpe diem
Sapere aude

Tanpinxu
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Registrado: Dom May 25, 2008 3:12 pm

Re: Análisis y debate del discurso completo de Barack Obama

Mensaje sin leer por Tanpinxu »

Para mi, es el discurso de un orador nato que conoce muy bien las técnicas para convencer a amigos y a extraños que crean en la palabra.

A la vez que como político, debe saber que no bastan las buenas palabras si no van acompañadas de una forma sistemática de comerse el coco, como es el de emplear millones y más millones de dólares en una gran campaña masiva, a fin y efecto de que la presión mediática no deje indiferente a nadie.

Ya llegará el momento en que las naciones tendrán que "cagar" robles (perdón por la expresión) por cada bellota sembrada por el gran capital para tener a alguien comprometido en defender sus intereses.

Un gran discurso, de bien poco nos sirve si no contamos con lo que lo envuelve, para poder tomar el pulso de la situación.

Saludos.

Luisa Serrano

Re: Análisis y debate del discurso completo de Barack Obama

Mensaje sin leer por Luisa Serrano »

Pastranec escribió:El discurso es perfecto, y difícilmente se puede encontrar en él algo con lo que no estar de acuerdo. Pivota únicamente sobre dos ideas, que jamás se mezclan, y se exponen con una claridad, una brevedad y una eficacia asombrosa. Por supuesto el discurso no es un programa político, es sólo una apelación clara y directa fundamentado en los valores básicos de los estadounidenses. Casi todo son generalidades.

Comienza, en el primer párrafo, reafirmando el «sueño americano» para pasar a reafirmar la unidad de la nación: «Somos, y siempre seremos, los Estados Unidos de América.» Esta es la tesis central de todo su discurso, que va a concluir, al final, con el famoso «sí podemos».

El resto del discurso es un refuerzo, con numerosos argumentos de estas ideas.

En primer lugar felicita, alaba de hecho, a su rival, McCain, y sin olvidarse de Palin. Luego agradece la labor de quienes le han ayudado a llegar: su vicepresidente, su familia, su equipo de campaña, y el consabido pero eficacísimo «esta victoria os pertenece a vosotros». Todo ello refuerza el argumento de «Somos una nación».

A continuación hay una sección del discurso que comienza con «Nunca parecí el aspirante a este cargo con más posibilidades» y termina con «Esta es vuestra victoria» que refuerza la idea de que el «sueño americano» es posible por que ya lo han logrado al llevarle a él a la presidencia. Digamos que es el «sueño americano» cumplido.

Inmediatamente sigue la definición de un nuevo proyecto, un nuevo «sueño americano», que comienza por enumerar los problemas que tiene el país: «dos guerras, un planeta en peligro, la peor crisis financiera desde hace un siglo», y sigue por las dificultades: «Puede que no lleguemos en un año ni en un mandato», pero no deja que se caiga en el desánimo: «Os prometo que, nosotros, como pueblo, llegaremos», o «Esta victoria en sí misma no es el cambio que buscamos. Es sólo la oportunidad para que hagamos ese cambio».

Para este nuevo «sueño americano» vuelve a apelar a la nación unida: «Así que hagamos un llamamiento a un nuevo espíritu del patriotismo», y «En este país, avanzamos o fracasamos como una sola nación». ¿Y por qué? Pues enumera «los valores que todos compartimos»: «la autosuficiencia y la libertad del individuo y la unidad nacional». La sección termina con un llamamiento a quienes no le han votado y les dice: «Y seré vuestro presidente, también».

Este «sueño americano» no es sólo para los estadounidenses, también implica a todo el mundo, y promete el liderazgo del Estados Unidos en el mundo. La sección comienza con: «Y a todos aquellos que nos ven esta noche desde más allá de nuestras costas», se refuerza con «llega un nuevo amanecer de liderazgo estadounidense», quita toda esperanza a los terroristas: «a aquellos que derrumbarían al mundo: os vamos a vencer», ¿y cómo?: «la fuerza auténtica de nuestra nación procede [...] de nuestros ideales; la democracia, la libertad, la oportunidad y la esperanza firme». Esta es la única parte del discurso medianamente programática, ya que afirma que la manera de luchar contra los «enemigos» no es renunciando a los derechos si no reforzándolos. La sección termina con «Lo que ya hemos logrado nos da esperanza con respecto a lo que podemos y tenemos que lograr mañana».

El discurso vuelve a centrarse en el «sueño americano» para los estadounidenses, y les hace conscientes del lo histórico del momento: «Estas elecciones contaron con muchas primicias y muchas historias que se contarán durante siglos». Es ahora cuando cuenta la historia de Ann Nixon Cooper, la anciana de 106 años. Aquí comienza su coda final. Mientras cuenta la historia dice hasta tres veces «Sí podemos», y lo repite otras cuatro veces en los párrafos siguientes.

La última frase es estupenda, por que resumen en una sola frase las dos ideas centrales del discurso: el «sueño americano» y la unidad nacional: «Y donde nos encontramos con escepticismo y dudas y aquellos que nos dicen que no podemos, contestaremos con ese credo eterno que resume el espíritu de un pueblo: Sí podemos».

¿Quien puede estar en desacuerdo con que podemos conseguirlo todo, sobre todo si estamos unidos? Así, en abstracto, sin concretar nada. El problema es que para conseguirlo todo hay que tomar decisiones, y cuando se opta por un camino se abandonan otros.

Desgraciadamente todo esto está enmarcado por sendas apelaciones a Dios. El acto comienza con la intervención de un pastor protestante, y el discurso termina con: «Gracias. Que Dios os bendiga. Y que Dios bendiga a los Estados Unidos de América». Es una pena que no se puedan librar de estas intromisiones de la religión en la vida pública. ¿Os imagináis que en España, tras ganar una elecciones un obispo abriera el discurso de victoria? Yo creo que es protocolario, pero es que el protocolo responde a la necesidad de mantener las buenas maneras ante unos interlocutores que esperan que te comportes así. Obama no renuncia a esa intromisión de la religión en la política, quizá sea pedirle demasiado, al menos por el momento.

Pastranec, tu análisis del discurso es buenísimo.

Estoy de acuerdo contigo en que el discurso de Obama es impecable, pues es capaz de llegar a todos. Con seriedad, es capaz de tocar la fibra sensible de todos, utilizando un discurso que yo lo entiendo como pasional. Desde mi punto de vista, no es nada fácil utilizar un discurso pasional con coherencia mostrando, como muestra, esa formalidad. Si os fijáis en el video, y en otros donde puede verse al público, se observa como hay personas llorando, las cuales, sin dejar de escucharlo con sumo interés, se les cae las lágrimas. En esos momentos estaba despertando la ilusión, el ánimo e ideales de libertad, justicia, unión.

Desde mi punto de vista, dada la participación en las votaciones, y esas citas en las que manifiesta que la victoria es de todos, se ha reforzado la democracia y esa sensación de que el voto de una persona, por más humilde que esta sea, es importante. Esto es crucial, en tanto que los clérigos, como norma, y especialmente la jerarquía clerical, son aférrimos enemigos de la democracia.

Por otro lado, pienso que también es de destacar, es la primera vez que en un discurso de estas características se citan a homosexuales y heterosexuales, a blancos y negros, a pobres y ricos, ... es decir, se establece una igualdad a la dignidad de las personas más allá de su condición privada.

Por lo que comentas del alegato a dios en la despedida, entiendo también que es simple protocolo y, sí, sería mucho pedirle de momento que lo eliminara del discurso en tanto que su función es unir a todos como pueblo, en un pueblo que tiene a los clérigos metidos hasta en la sopa, mucho más de lo que podemos imaginar aquí en Europa.

También es algo destacable el respeto que muestra por su rival, McCain tras la derrota electoral de este. Igualmente, McCain cierra filas en torno al que será su presidente, algo digno de un buen compatriota. También se ha notado en esto una diferencia de McCain con respecto a Bush, siendo eso en Bush algo impensable, siendo como es un prepotente. En ese sentido, tanto Obama como McCain, han dado una muestra de juego limpio democrático y un ejemplo a seguir aunque sea rivales políticos, cosa que aplaudo.

Como orador, Obama es muy bueno. Esperemos que lo sea también como político.

Desde mi punto de vista creo que Obama puede ser un buen presidente, eso si no se lo cargan con algún atentado. Esperemos que no.

Un cordial saludo.

Luisa Serrano.


P.D.: ¿Alguien tiene el discurso completo de McClain tras la derrota electoral?. Sería muy interesante leerlo por aquí.

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