Estimado Diógenes,
Al contrario que a la mayoría de los intervinientes en este hilo, tu pregunta me parece interesante, y desde luego ninguna tontería...
Tal vez su formulación se podría mejorar, digo bien, tal vez...
Pero voy a intentar contestarte comentándote brevemente mi caso:
Varón, cincuentena, ateo, vivo con una mujer, mismas circunstancias (salvo que ella es hembra
). Decidimos de común y responsable acuerdo NO tener descendencia. Esto nos remonta 30 añitos atrás, para que te hagas una idea...teníamos 20, y las (nuestras) ideas claras.
Las razones? Más que nuestro ateísmo, desde luego, mi misantropía aguda, la observación objetiva (todo lo objetiva que se pueda, claro...) de la realidad humana, y una cierta dosis de puerifobia. Esta última es la menos relevante desde luego, y la menciono más como una boutade que otra cosa. Resumiendo, considero que el ser humano es seguramente la peor desgracia que le pudo pasar a este planeta.
Sería totalmente incongruente procrear en estas condiciones por mi parte.
Bien, en el parrafo anterior intenté resumir lo más brevemente unos sentimientos y convicciones complejos, y en muchas ocasiones contradictorios (no me/nos va mal en la vida y la disfruto/amos) con lo que quedan flecos, o cortinas enteras, por mencionar....Vaya, esto es el trazo grueso, haría falta saber definir los matices...
En todo caso, y como seguramente sabes, en toda comunicación humana, el objetivo primordial del emisor suele ser el convencer a los demás miembros de su colectivo de la corrección de sus posiciones o tesis, persuadir, influir. Te aseguro que en esta ocasión, comuniqué basicamente por otra de las posibles razones, que es definirse, darse a conocer. No hay pues en estas afirmaciones por mi parte ningún afán proselitista...cada cual es muy libre de procrear o no, siendo creyente o no...faltaba más! (Bueno, los creyentes tal vez se deban a la reproducción de la especie...por mandato divino)
Por último, me gustaría decir que nunca nos hemos arrepentido de nuestra decisión, si no todo lo contrario.
Un atento saludo.