Hay que encontrar siempre el lado positivo, sí no lo encuentras, seguro que estás cegato perdido.Cesar, no fastidies una buena idea, ni somos tan perversos, ni tan salvajes.cesarnoragueda escribió:Speedom dice:
El hombre es bastante sanguinario por naturaleza, no tanto como los tiburones (prueba de ello es que ni dientes ni olfato están tan desarrollados como los de ellos), pero tampoco podemos esperar la mansedumbre de un conejo u otro herbívoro.presupongamos, como dicen los derechos humanos, que el hombre es inocente y bueno por naturaleza. Sin nada de peso que sostenga esto, uno se cansa
Hay que aceptar nuestra naturaleza animal. La evolución nos ha vuelto un poco más mansos, pues ahora no es necesario cazar para comer. Esa misma evolución ha hecho que se nos vayan atrofiando los dientes. Pero de un modo u otro, algo conservamos de instinto de cazadores asesinos. De ahí el auge de deportes como el toreo.
Particularmente no estoy de acuerdo con la teoría del "gen egoísta",es más, hacía años que no había oído una tontada más grande,....(.lo siento por mi compañero de fatigas Richard)...., al final va a resultar que la química cerebral nos condiciona todas nuestras reacciones y pensamientos ( anteponiendo los efectos a las causas) y que estas están condicionadas irreversiblemente por nuestro sistema genético. Nosotros somos más que todo esto. El mapa neuronal consciente supera al inconsciente y no creo que estemos condicionados hasta tal extremo (solo es una disculpa), la responsabilidad de nuestros actos no puede camuflarse con química. Hasta el más imbécil de este mundo sabe lo duro que resulta ser coherente y,ni el "libre albedrío", ni la jodida química podrán acallar nuestras ansias de libertad. Arrinconemos el egoísmo delimitando su espacio con sentimientos gigantes y solidarios. Ni la avaricia es genética, ni el sentido del ritmo es patrimonio de los "negros", todo esto pertenece al limbo de los prejuicios que tampoco es hereditario. Saludos.