luzverde escribió:Para mí eso es lo que significa un Estado laico. Un Estado en el que se puedan expresar las actitudes e ideas libremente, sin reducir, molestar u ofender las de otros grupos y que el derecho de nadie se vea excluido.
¿Dices algo como esto?
luzverde escribió:Pero si se critica a la religión utilizando imágenes o expresiones irreverentes o burlonas, eso ya sólo tiene ánimo de HERIR y no se puede criticar así. Prohibir expresiones que puedan herir a los demás, no es discriminar a nadie.
Esto va totalmente en contra de la libertad de expresión. Y en un país tan burletero como España da hasta risa. Lo que ocurre es que tú sigues con la antigua idea de que los sentimientos religiosos son
intocables. Pero eso ya pasó. De la misma manera que nos reímos de Zapatero, caricaturizamos a la Duquesa de Alba, nos burlamos en televisión de los programas del corazón, nos reímos de los seguidores de un partido político u equipo de fútbol, etc. las religiones también pueden ser presa de la burla y eso no es aconstitucional. En la Constitución se defiende el derecho de las personas a ser respetadas, y a no ser discriminadas (excluídas de algún derecho o beneficio social) por ideales religiosos, pero no se defienden las ideas. Por lo tanto, no debe existir el llamado "delito de blasfemia" en España bajo el eufemismo demagógico de “ofensa a los sentimientos religiosos”. Alguien puede decir que negar la existencia de Dios es una imbecilidad, y si hay algún ateo cerca pues se lo tiene que tragar. De la misma manera alguien puede cagarse en Dios en público que si hay algún otro a quien le ofende pues es problema de ese otro. Otra cosa es que por simple decoro o para no enemistarte con nadie pues no suela hacerse, pero restringir, criminalizar o penalizar esto me parece aberrante. Lo que faltaría el respeto directamente sería decir que los ateos o los creyentes son gilipollas, porque estás atacando directamente a la persona. No es lo mismo un tonto que una tontería.
luzverde escribió:No he visto muchos programas de TV sobre ateísmo (la verdad es que no me gusta la tele) pero sí he visto a ateos opinar en programas de TV, esgrimiendo argumentos ateos. Están en su derecho, pero ese mismo derecho lo debe tener un católico, un sacerdote o un obispo (repito, no se trata de imponer sino de proponer)
Yo pienso que confundes los roles. El asimétrico de un ateo no es un obispo o un sacerdote. El asimétrico de una ateo es un creyente cualquiera que no sea "funcionario" de ninguna organización con peso social y financiada por el pueblo. Lo que dices tendría sentido si se tratara de una organización atea con capacidad de intervenir en el Estado, sostenida con dinero de todos (al menos de todos los que están bautizados) y que no pague impuestos. Y eso es La Iglesia. Y eso es lo que no puede ser.
xasto escribió:Un punto sumamente importante es el por qué los creyentes se ofenden. En varias ocasiones he discutido con otras personas sobre esoterismo. Curiosamente estas personas creyentes en lo paranormal, o en otras tonterías, también se ofendían por mis burlas o mis argumentos que no podían refutar. En cambio, no conozco a nadie que se ofenda porque alguien diga que no es cierto que la tierra sea redonda o que no es cierto que la Tierra no sea el centro del universo. Si un científico oye decir que la Luna es cuadrada lo único que hará será sonreirse, pero nunca ofenderse.
Me encantó este punto de Xasto. En mi opinión, los creyentes se ofenden tán fácilmente porque en el fondo ellos son conscientes de que creen en cosas imposibles que violan las leyes de la naturaleza y son, por tanto, antinaturales y totalmente insostenibles. Pienso que enfrentarse a una crítica o burla hacias tales creencias suyas crea una especie de ansiedad difícilmente soportable porque se es consciente de que no se tienen argumentos para contrarrestar (en caso de la crítica). En caso de la burla, tal ansiedad pienso que surge por sentido del ridículo. Es mi opinión. De ahí que durante la historia (hoy ya no) tales casos se hayan respondido con la violencia y la eliminación del oponente. Como dice Puente Ojea, cuando La Iglesia tiene el poder absoluto falta el respeto, pero cuando no lo tiene exige ese respeto.
Salud.