Este tema de la decadencia religiosa ha generado en los pobres creyentes el mismo "argumento" estúpido de siempre: "el ateísmo es una religión". Ese es un parche baboso, cobarde y llorón con el que los pobres creyentes (esos seres pertenecientes a un estadio evolutivo mental muy anterior al del Homo Atheus) se reconfortan ante la vergüenza que en el fondo sienten por seguir creyendo, aún después de miles de años, en mamarrachadas irracionales e infantiles que fueron escritas por campesinos prehistóricos y que han desembocado en los ríos de sangre más caudalosos que han corrido por la historia humana. La ansiedad que produce reconocerse como uno que sigue apoyando el desarrollo de un cáncer tan letal solo puede combatirse de dos maneras: 1) con la violencia y 2) con tildar gratuítamente a tus oponentes de tus mismas flaquezas. Cree el ladrón que son todos de su condición.
El ateísmo es una religión porque todos los ateos nos cogemos de las manitas y le pedimos cosas a nuestra diosa razón para conseguirlas sin ningún esfuerzo. El ateísmo es una religión porque le rezamos al Universo autocontenido que cure a nuestro familiar enfermito de cáncer. El ateísmo es una religión porque nos prohíbe montar una buena parrillada en un determinado viernes del año. El ateísmo es una religión porque mueve a una masa de personas a caminar llorando detrás de un muñeco pomposo y hortera. El ateísmo es una religión porque a menudo nos hacemos los mártires misericordiosos influenciados por una historieta (probablemente falsa) de un llorica que fue crucificado por nosotros, porque nosotros siempre hemos sido muy malos. Y los que no habíamos nacido cuando lo del llorica crucificado también íbamos a ser malos. Estaba claro. Y en definitiva, el ateísmo es una religión porque los pobres creyentes no tienen una manera medianamente inteligente de atacarlo y tratan de llevarlo al mismo ridículo del que ellos son conscientes de formar parte.
Los ateos no creemos en ningún dios por las mismas razones por la que rechazamos cualquier cosa irracional e infundada que tenga las mismas características que Dios. Que haya ateos de pacotilla que crean en el Tarot es predecible, pero simplemente incoherente. Un ateo inquieto, pensante y coherente tiene una visión del mundo siempre basada en la acepatción de hechos objetivamente observables y fundamentados con rigor científico y con aquello de lo que casi todo creyente carece por completo: Honestidad intelectual. Asumir y reconocer con valentía y sinceridad que las cosas NO se saben hasta que se saben.vitriolico escribió:me molesta que nadie se atribuya CON EXCLUSIVIDAD para su ideología personal el concepto de ateísmo que, por lo demás, ES SÓLO NO CREER EN NINGÚN DIOS. Lo demás son añadidos personales y juicios de valor sin fundamento. De los ateos se pueden decir muchas cosas en general siempre derivadas de su no creencia en seres imaginarios, pero no todas, ni muchas de las que tú dices.
Esta viñeta es para tí, Landus, por ser multi-religioso. Vuestros argumentos de creyentes son tan irrisorios que hasta se llevan al mundo del humor.landus1 escribió:mmm... Seria la nueva religión...