Juan está en contra de los automóviles. Cree que son una fuente de muerte y dolor así que para ir de un lugar a otro él solo recomienda
caminar. Para Juan, caminar es la forma
natural, que dios nos dio, para ir de A a B. Para convencer a las personas que dejen de usar automóviles, Juan afirma cada vez que tiene un micrófono delante: el cinturón de seguridad no protege, es más, contribuye a que más gente se mate en accidentes automovilísticos.
Juan afirma una mentira (que los cinturones de seguridad no protegen) en favor lo que él considera una "verdad mayor y más importante" (que la gente no use automóviles). Es decir, para Juan,
el fin justifica los medios y los miedos.
Juan también sabe que su afirmación será usada por muchas personas para despreocuparse e ir en sus carros sin cinturón de seguridad, lo que les costará la vida cuando sufran un accidente de tránsito. Pero
eso a Juan no le interesa. El considera que es el costo que los otros deben pagar -con sus vidas o su calidad de vida- para que su deseo de que la gente no use automóviles se haga realidad algún día.
Juan es un asesino, un criminal, un hipócrita, un deshonesto, un pedazo de mierda que debería estar en una celda.
Juan es Benedicto XVI.
Por otro lado, "el método de la ICAR" para prevenir el SIDA o las enfermedades de transmisión sexual no es tal. No puede ser considerado un "método" algo que implica la negación del fenómeno.
Digamos que en algunos casos comer provoca indigestión. Un método contra la indigestión es cuidar lo que uno come, y dónde lo hace. ¿Es un método concebible contra la indigestión dejar de comer? Eso es lo que la ICAR recomienda respecto del sexo. Algo totalmente irreal, que va en contra de nuestra propia naturaleza.
Su supuesto "método natural" es, en realidad, antinatural.
Peregrino escribió: "yo no soy de esos que se creen todo lo que les cuentan. Sencillamente desconfío. Recibo una información y procuro contrastarlo, no sea que al final acabe creyendome esas grandes mentiras que durante tanto tiempo nos han intentado colar y que a la postre han resultado falsas".
¿Qué tal el catolicismo, Peregrino?
Peregrino escribió: "Por cierto, yo, de los ministerios, mucho, mucho no me fío."
¿Qué tal el ministerio de la iglesia, Peregrino?
Peregrino escribió: "Te fías demasiado de lo que te dicen, Roget. Yo soy bastante más escéptico."
Hilarante viniendo de alguien que llama "santo padre" a un asesino.
Peregrino escribió: "Practicar sexo de acuerdo con las directrices de la Iglesia garantiza un 100 % de efectividad. Practicar sexo de acuerdo con las recomendaciones del Ministerio y de la OMS no garantiza ese 100 % de efectividad. Y si puedes, intenta rebatirlo."
Encantado en rebatirlo Peregrino:
mientes. Cuando la ICAR habla de 100% de efectividad lo hace considerando un marco "ideal-conceptual". Cuando la OMS habla de 98% lo hace considerando un marco real,
basado en estadísticas sacadas de la realidad. Son porcentajes que miden cosas distintas y plantearlas como equivalentes es
deshonesto y mentiroso. Si quieres comparar de forma honesta y esclarecedora una cosa con la otra revisa estadísticas de mujeres y también de hombres católicos que se hayan contagiado de VIH dentro del matrimonio. Ahí verás la
real efectividad del "método de la ICAR".
Peregrino escribió: "¿Es debatible ésto o tomaremos todo lo que nos dicen por televisión como grandes verdades que son "indebatibles"?
¿Cuando ves y escuchas a Benedicto por la televisión, también desconfías?
Peregrino escribió: ¿Tan difícil es entender el mensaje del Santo Padre?
No es difícil. Cualquier persona racional entiende rápido que es un mensaje criminal, lleno de mentiras.
Peregrino escribió: "Por otra parte, la propuesta de la ICAR es vincular el sexo con el amor, el compromiso, la entrega a la otra persona. Se trata de no devaluar el sexo."
Jajaja. Esto ya raya en la locura. Mientra que "en privado" la iglesia practica con devoción aquelo de "Dejad que las niñas y los niños vengan a mí", en público ha sido la más grande devaluadora del sexo en toda la historia de la humanidad, vinculándolo por siempre a "lo sucio" y "lo reprobable", tanto que la idea del "nacimiento natural" de su propio mesías les repugna al punto que han tenido que inventarse la fantasía perversa de un embarazo sin cópula y un nacimiento sin parto. Adultos que tenemos relaciones sexuales consentidas en todas las formas que nos provoque, dentro y/o fuera del matrimonio, lo engrandecemos.