En una información emitida el domingo, Balducci, hablando de la partida de Benedicto XVI para pasar sus vacaciones en la aldea de Les Combes, en el valle de Aosta, comentó:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad ... soc_15/Tes"El Papa se va de vacaciones, y allí le esperan dos gatos que le arrancarán una sonrisa, al menos como los proverbiales cuatro gatos, o quizá algunos más, que todavía tienen el valor y la paciencia de escuchar sus palabras".
Pobres gatos! No solo tendrán que escucharle, sino que encima tendrán que ver la sonrisa del cruel Ratzinger. Suerte que los gatos, basicamente, se preocupan de la comida y de observar cómo nos creemos los amos, casi nada más. Observarán cómo la Rata se cree el ama, aunque esta vez se equivocarán. La Rata y su maquinaria milenaria se acaban de llevar por delante a un periodista.
Con estas noticias, aparte de darme ganas de llorar (por la situación, no sólo por los gatos), me entra vergüenza de ser europea.