Otro asunto doméstico
Otro asunto doméstico
Bueno amigos míos, en otras ocasiones he compartido con vosotros mis vicisitudes domésticas, esas pequeñas cosas que terminan por convertirse en agujeros negros en nuestras vidas, alguno recordará mi guerra con la lavadora, hoy gran amiga y aliada, mañana podemos volver a estar en trincheras diferentes. Hoy toca una parte de mi dulce vida hogareña, una anécdota sin moraleja, otra de esas pequeñas patadas en toda la boca que nos da la vida doméstica para recordarnos que no somos nadie. En momentos como en el que a continuación relato me hace más evidente que si hay un dios, el día que me lo encuentre espero poder decirle cuatro cositas. Pero no dejaré que la ira me embargue, continuaré contando mi pequeña historia.
Todo ha empezado esta mañana poco después de levantarme, mientras paladeaba para desayunar un tibio café recalentado en el microondas (espero que el café no tenga fecha de caducidad, está en una jarra a la que pronto le saldrán patas). Mi cabeza ha empezado a imaginar lo dulce y sabroso que sería en esos momentos tener una macedonia de frutas casera, con sus trocitos de manzana, plátano y zumo natural exprimido. Y mientras seguía degustando la sosa bebida que tenía entre las manos, imaginaba la sabrosa y saludable macedonia; de hecho, cada vez le añadía más ingredientes, vamos, se me caía la baba. El problema: mi nevera está pelada, esta semana vuelven mis hermanos y no voy a llenársela yo para que ellos se la zampen, así que tengo kit de supervivencia y poco más, congelados maternos (de vete tú a saber de cuando, igual a las lentejas le han salido raíces y hasta tengo cosecha para este año), espagueti, macarrones y arroz, alguna lata despistada que sobrevivió a la rapiña fraternal y poco más hasta que lleguen ellos. De alimentos frescos, los justos, que no estamos para alimentar a las alimañas y la fruta está por las nubes, en el fin de semana se hará reposición de abastos.
Bueno pues mientras realizaba mis quehaceres diarios no podía dejar de pensar en la macedonia, no sé, igual he tenido un sueño erótico con frutas pero no me acuerdo, el caso es que seguía añadiendo ingredientes y cada vez se me antojaba con más fuerza. Al mediodía me rendí, iría a comprar al supermercado lo justo para hacerme una macedonia para un par de días, ahora en verano es lo que más me apetece. Pero claro, a esas horas no se puede salir con la solana y menos para volver cargada con bolsas de fruta. Hice un plan, iría a última hora de la tarde para que no se derritiera el poco seso que aún me queda. Seguí pensando posibles ingredientes a mi macedonia, se me hacía la boca agua pensando en lo bien que me iba a sentar por la mañana coger un tazón, llenarlo de mi macedonia casera bien fría y tomármelo recién levantada. Era tan feliz, necesito TAN POCO para ser feliz. De hecho seguía pensando, si pelo y corto en cuanto vuelva del super y hago el zumo, me da tiempo para probarlo está noche. Así me animaba yo durante mi aburrida tarde. Estaba deseando irme a comprar la fruta.
Bueno, pues llegó la hora de comprar la fruta en el super. Estaba atestado, lleno de niños (no tengo nada contra ellos, pero en las zonas públicas alguno tendría que ir atado y con bozal, por su seguridad y la de los demás), familia que decide que el carro en mitad del mini pasillo queda estupendamente mientras discuten con el menor de los miembros de las cosas que sí se hacen y las que no se hacen (nadie les explicó a esos progenitores cuando eran más críos que cuando te paras hay que echarse a un lado). Pero yo estaba feliz, no me molestaba nada, yo iba en busca de mi fruta, esquivaba pizpireta con donaire y rapidez todos los obstáculos hasta llegar a la zona de frutería. ¿y qué había? Una cola para pesar la fruta, pero no importaba, yo pensaba en mi macedonia y lo buena que me iba a salir. Después de esquivar todos los obstáculos que se interponían entre la frutería y la caja, me toca esperar la cola de la caja, pero no importa, todo fuese por una alimentación saludable y quitarme el antojo.
Por fin salí del supermercado cargada de bolsas, porque claro, ya que estaba no solo he compré fruta,... Ahora los diez minutos hasta casa a patita y bajo el sol, no de mediodía pero de las ocho de la tarde, que tampoco es agradable cuando vas cargada. Bueno pues ya llego y rápidamente me pongo a hacer mi soñada macedonia para poder probarla fría por la noche, llena de ilusión y contento. Pelé y corté fruta durante una hora (es que quería mucha macedonia, para que me durase varios días) y exprimí quince naranjas, a mano, como lo leéis, con estos mismos dedos que golpean las teclas, exprimí las naranjas en un exprimidor que creo ha conocido a Franco. Mañana me levantaré con agujetas, pero no importa, todo fuese por mi macedonia. Pelé y corté manzanas, peras, plátanos, kiwis, melocotones y ciruelas, tenía un cubo de macedonia. Vale, lo reconozco, me emocioné demasiado, pero es que tenía muchas ganas de macedonia, imaginad que lleváis todo el día pensando en ella, ha crecido mucho. Sigo intentando recordar que habré soñado esta noche, pero debió de ser un sueño muy afrutado.
Bueno, ya había terminado de cortar, pelar y exprimir, todo a la nevera y a esperar. Tan contenta e inocente yo me puse a recoger todo lo que había ensuciado, limpié toda la cocina menos el suelo, que recogería antes de irme a la cama, total, tampoco estaba tan sucio. Dejé que se enfriase mi cubo de macedonia durante tres largas horas, tenía ya ganas de probarla. Y allí fui, saqué el cubo de macedonia de la nevera, lo puse encima de la mesa de la cocina y me fui a coger una cuchara para probarla. ¿Cómo describir la sensación de satisfacción y alegría que me invadió tras probar mi ansiada macedonia? Si es que me había salido con el punto de azúcar justo. Estaba tan feliz que me fui a buscar el tazón para darle el primer viaje a mi cubo de macedonia. Encontré uno con el tamaño justo para que resultase suficiente para cenar mi macedonia. Allá iba yo con el tazón, tan feliz, tan inocente, tan satisfecha de mi misma cuando me di con una banqueta volví el cuerpo y con el codo... Sí tiré la macedonia por todo el suelo de la cocina, MI MACEDONIA, mi soñada macedonia por todo el suelo ¿por qué a mi? ¿qué había hecho yo para merecer tal castigo? Si existe dios tiene un sentido del humor que se podía meter en su agujero más oscuro, mi macedonia desparramada por todos sitios. Encima he tardado una hora en recoger todo el desaguisado y no he podido más que probar la macedonia. No ha habido recompensa para mis desvelos y mi esfuerzo, nada más que volver a limpiar la cocina.
Pero no podrán conmigo, estoy planeando el contraataque, mañana volveré a comprar fruta (y un exprimidor, no me rindo, pero no estoy idiota y los brazos me están matando) y volveré a hacer mi cubo de macedonia y está vez nada ni nadie podrá interponerse entre nosotros, entre mi macedonia y yo, cogeré el cubo y nos iremos solos al salón para disfrutar de nuestra mutua compañía.
Supongo que nadie le interesa mi guerra particualr con la fruta, pero yo me he desahogado después del tremendo disgusto que me he llevado cuando he visto como volcaba el cubo de mi macedonia, daba una vuelta de campana en el aire y aterrizaba con un sonoro golpe en el suelo. He visto a cámara lenta como se suicidaba sin darme opción a convencerla para que se quedase sobre la mesa, ha sido muy duro para mi.
Todo ha empezado esta mañana poco después de levantarme, mientras paladeaba para desayunar un tibio café recalentado en el microondas (espero que el café no tenga fecha de caducidad, está en una jarra a la que pronto le saldrán patas). Mi cabeza ha empezado a imaginar lo dulce y sabroso que sería en esos momentos tener una macedonia de frutas casera, con sus trocitos de manzana, plátano y zumo natural exprimido. Y mientras seguía degustando la sosa bebida que tenía entre las manos, imaginaba la sabrosa y saludable macedonia; de hecho, cada vez le añadía más ingredientes, vamos, se me caía la baba. El problema: mi nevera está pelada, esta semana vuelven mis hermanos y no voy a llenársela yo para que ellos se la zampen, así que tengo kit de supervivencia y poco más, congelados maternos (de vete tú a saber de cuando, igual a las lentejas le han salido raíces y hasta tengo cosecha para este año), espagueti, macarrones y arroz, alguna lata despistada que sobrevivió a la rapiña fraternal y poco más hasta que lleguen ellos. De alimentos frescos, los justos, que no estamos para alimentar a las alimañas y la fruta está por las nubes, en el fin de semana se hará reposición de abastos.
Bueno pues mientras realizaba mis quehaceres diarios no podía dejar de pensar en la macedonia, no sé, igual he tenido un sueño erótico con frutas pero no me acuerdo, el caso es que seguía añadiendo ingredientes y cada vez se me antojaba con más fuerza. Al mediodía me rendí, iría a comprar al supermercado lo justo para hacerme una macedonia para un par de días, ahora en verano es lo que más me apetece. Pero claro, a esas horas no se puede salir con la solana y menos para volver cargada con bolsas de fruta. Hice un plan, iría a última hora de la tarde para que no se derritiera el poco seso que aún me queda. Seguí pensando posibles ingredientes a mi macedonia, se me hacía la boca agua pensando en lo bien que me iba a sentar por la mañana coger un tazón, llenarlo de mi macedonia casera bien fría y tomármelo recién levantada. Era tan feliz, necesito TAN POCO para ser feliz. De hecho seguía pensando, si pelo y corto en cuanto vuelva del super y hago el zumo, me da tiempo para probarlo está noche. Así me animaba yo durante mi aburrida tarde. Estaba deseando irme a comprar la fruta.
Bueno, pues llegó la hora de comprar la fruta en el super. Estaba atestado, lleno de niños (no tengo nada contra ellos, pero en las zonas públicas alguno tendría que ir atado y con bozal, por su seguridad y la de los demás), familia que decide que el carro en mitad del mini pasillo queda estupendamente mientras discuten con el menor de los miembros de las cosas que sí se hacen y las que no se hacen (nadie les explicó a esos progenitores cuando eran más críos que cuando te paras hay que echarse a un lado). Pero yo estaba feliz, no me molestaba nada, yo iba en busca de mi fruta, esquivaba pizpireta con donaire y rapidez todos los obstáculos hasta llegar a la zona de frutería. ¿y qué había? Una cola para pesar la fruta, pero no importaba, yo pensaba en mi macedonia y lo buena que me iba a salir. Después de esquivar todos los obstáculos que se interponían entre la frutería y la caja, me toca esperar la cola de la caja, pero no importa, todo fuese por una alimentación saludable y quitarme el antojo.
Por fin salí del supermercado cargada de bolsas, porque claro, ya que estaba no solo he compré fruta,... Ahora los diez minutos hasta casa a patita y bajo el sol, no de mediodía pero de las ocho de la tarde, que tampoco es agradable cuando vas cargada. Bueno pues ya llego y rápidamente me pongo a hacer mi soñada macedonia para poder probarla fría por la noche, llena de ilusión y contento. Pelé y corté fruta durante una hora (es que quería mucha macedonia, para que me durase varios días) y exprimí quince naranjas, a mano, como lo leéis, con estos mismos dedos que golpean las teclas, exprimí las naranjas en un exprimidor que creo ha conocido a Franco. Mañana me levantaré con agujetas, pero no importa, todo fuese por mi macedonia. Pelé y corté manzanas, peras, plátanos, kiwis, melocotones y ciruelas, tenía un cubo de macedonia. Vale, lo reconozco, me emocioné demasiado, pero es que tenía muchas ganas de macedonia, imaginad que lleváis todo el día pensando en ella, ha crecido mucho. Sigo intentando recordar que habré soñado esta noche, pero debió de ser un sueño muy afrutado.
Bueno, ya había terminado de cortar, pelar y exprimir, todo a la nevera y a esperar. Tan contenta e inocente yo me puse a recoger todo lo que había ensuciado, limpié toda la cocina menos el suelo, que recogería antes de irme a la cama, total, tampoco estaba tan sucio. Dejé que se enfriase mi cubo de macedonia durante tres largas horas, tenía ya ganas de probarla. Y allí fui, saqué el cubo de macedonia de la nevera, lo puse encima de la mesa de la cocina y me fui a coger una cuchara para probarla. ¿Cómo describir la sensación de satisfacción y alegría que me invadió tras probar mi ansiada macedonia? Si es que me había salido con el punto de azúcar justo. Estaba tan feliz que me fui a buscar el tazón para darle el primer viaje a mi cubo de macedonia. Encontré uno con el tamaño justo para que resultase suficiente para cenar mi macedonia. Allá iba yo con el tazón, tan feliz, tan inocente, tan satisfecha de mi misma cuando me di con una banqueta volví el cuerpo y con el codo... Sí tiré la macedonia por todo el suelo de la cocina, MI MACEDONIA, mi soñada macedonia por todo el suelo ¿por qué a mi? ¿qué había hecho yo para merecer tal castigo? Si existe dios tiene un sentido del humor que se podía meter en su agujero más oscuro, mi macedonia desparramada por todos sitios. Encima he tardado una hora en recoger todo el desaguisado y no he podido más que probar la macedonia. No ha habido recompensa para mis desvelos y mi esfuerzo, nada más que volver a limpiar la cocina.
Pero no podrán conmigo, estoy planeando el contraataque, mañana volveré a comprar fruta (y un exprimidor, no me rindo, pero no estoy idiota y los brazos me están matando) y volveré a hacer mi cubo de macedonia y está vez nada ni nadie podrá interponerse entre nosotros, entre mi macedonia y yo, cogeré el cubo y nos iremos solos al salón para disfrutar de nuestra mutua compañía.
Supongo que nadie le interesa mi guerra particualr con la fruta, pero yo me he desahogado después del tremendo disgusto que me he llevado cuando he visto como volcaba el cubo de mi macedonia, daba una vuelta de campana en el aire y aterrizaba con un sonoro golpe en el suelo. He visto a cámara lenta como se suicidaba sin darme opción a convencerla para que se quedase sobre la mesa, ha sido muy duro para mi.
Reza, pero no dejes de remar hacia la orilla - proverbio ruso
Mucha ciencia, progreso y vanguardia cultural, pero si no conviene, se pone en tela de juicio
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Re: Otro asunto doméstico
Vaya parrafada, se nota que necesitaba desahogarme, que a gusto me he quedado.
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Mucha ciencia, progreso y vanguardia cultural, pero si no conviene, se pone en tela de juicio
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Re: Otro asunto doméstico
No somos nada, Roget. Pero esta triste historia me ha permitido recordar que hace algún tiempo me dijeron que el café tenía no sé qué propiedades específicas excelentes para la salud, que desaparecían al poco tiempo de haberse preparado.
No he encontrado aquello, pero aquí va algo un poco más general. Conviene tomar el café recién hecho, y también mantener el café molido lo más resguardado del aire y la luz, para evitar que se estropee. Mejor en la nevera. Porque ni te pregunto si mueles el café cada vez que lo haces.
Y de la macedonia ni te cuento. Las propiedades de la fruta (al margen de que no creo que sea para tanto, y que hay que contar con las porquerías que le añaden en el cultivo y después), también son mejores si la fruta está recién cortada y pelada, porque las vitaminas también se reducen en unos cuantos minutos.
Vivir en una gran ciudad a veces nos industrializa hasta los usos culinarios. Pero siempre podemos cambiar algunos hábitos sin martirizarnos. Hacer 5 (o 15, que te veo venir) macedonias en varias veces te puede costar algo más de tiempo en total que hacerlo de una vez. Pero es poco tiempo cada vez, y más lúdico que un tajo industrial de varias horas. Y no es lo mismo que se te caiga un bol de macedonia, teniendo parte del stock de materia prima intacto en la nevera, que perder un cubo entero.
AY, que estragos nos causa la vida en las ciudades...
No he encontrado aquello, pero aquí va algo un poco más general. Conviene tomar el café recién hecho, y también mantener el café molido lo más resguardado del aire y la luz, para evitar que se estropee. Mejor en la nevera. Porque ni te pregunto si mueles el café cada vez que lo haces.
fuenteEn las frutas y verduras también se encuentran antioxidantes. Pero según Takayuki Shibamoto, los que se hallan en el café recién hecho son aún más potentes.
Lo único es que el efecto beneficioso de esos compuestos antioxidantes del café desaparece una vez transcurridos 10 minutos después de prepararse el brebaje. Por tanto, precisa el especialista, el café debe beberse y su aroma inhalarse antes de que se cumpla ese tiempo.
Y de la macedonia ni te cuento. Las propiedades de la fruta (al margen de que no creo que sea para tanto, y que hay que contar con las porquerías que le añaden en el cultivo y después), también son mejores si la fruta está recién cortada y pelada, porque las vitaminas también se reducen en unos cuantos minutos.
Vivir en una gran ciudad a veces nos industrializa hasta los usos culinarios. Pero siempre podemos cambiar algunos hábitos sin martirizarnos. Hacer 5 (o 15, que te veo venir) macedonias en varias veces te puede costar algo más de tiempo en total que hacerlo de una vez. Pero es poco tiempo cada vez, y más lúdico que un tajo industrial de varias horas. Y no es lo mismo que se te caiga un bol de macedonia, teniendo parte del stock de materia prima intacto en la nevera, que perder un cubo entero.
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Por un mundo más libre y con menos hipocresía, asóciate: https://iatea.org.es/asociarse.php
Re: Otro asunto doméstico
roget escribió:Mañana me levantaré con agujetas, pero no importa, todo fuese por mi macedonia. ...MI MACEDONIA, mi soñada macedonia....
Roget, te queda al menos el haber compartido sueño con Alejandro Magno.
Enhorabuena!
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Re: Otro asunto doméstico
joder!!!! se me saltan las lagrimas , que habian por lo menos 30 kilos de fruta , si realmente existe dios , y esta es una de sus bromas , te juro que se lleva por lo menos otras 30 collejas ,a colleja por quilo ,pero estas de mi parte, animo roget a la proxima va la vencida .ya nos contaras lo deliciosa que llegara a estar la proxima supermegahiper y descomunal a la vez que ya super famosa macedonia al cubo de roget
yo solo se que no se nada, y sabiendo lo que se ,se que no es bastante
Re: Otro asunto doméstico
he llorado amargamente
¿a dónde van las macedonias que no se disfrutan?
¿existe un purgatorio para la fruta triturada y no digerida?
no lo sé
para que luego den tanto bombo a la anécdota de edipo...
¿a dónde van las macedonias que no se disfrutan?
¿existe un purgatorio para la fruta triturada y no digerida?
no lo sé
para que luego den tanto bombo a la anécdota de edipo...
¿Quién de nosotros no se ha sacrificado ya a sí mismo, por su buena reputación?
Nietzsche
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Re: Otro asunto doméstico
Eso te pasa por comer esas cosas de vegetarianos. A mí, si se me cae un chuletón al suelo, lo vuelvo a poner en el plato y santas pascuas
"The surface of the Earth is the shore of the cosmic ocean...and the ocean beckons us.There is a part of us knowing that we come from there.We want to return"
Carl Edward Sagan
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Re: Otro asunto doméstico
Hagamenon escribió:he llorado amargamente
¿a dónde van las macedonias que no se disfrutan?
¿existe un purgatorio para la fruta triturada y no digerida?
no lo sé
para que luego den tanto bombo a la anécdota de edipo...
"El miedo fue lo primero que dio en el mundo nacimiento a los dioses"
Estacio.
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Re: Otro asunto doméstico
Shé no te preocupes por mi salud, los antioxidantes, retrooxidantes y etc no me preocupan, vivo en un barrio con las líneas eléctricas de alta tensión áreas, pasan cerquita de aquí, así que ya me desoxidará el campo electromagnético.
Lo del modo industrial de producción, tratad de comprender, es un rollo hacer un poco de cada vez, así tengo macedonia en la nevera por un periodo estimado de dos - tres días, lo que me soluciona el tema de qué hacer de comer a las horas de cenar, desayunar y postres.
Dr Sagan algo así pensé yo, de hecho acabo de disfrutar de un chuletón de ternera. Shé, no te preocupes, de este animalillo puedo dar fe que no comió ningún tipo de piensos, conocí al asistente al parto, era mi tío. De hecho creo haberle conocido, al animal digo, en una de mis visitas familiares. Decidí sabiamente acudir al reservorio familiar de viandas de alta calidad para compensar el agujero de ira y frustración causado por el ataque de las frutas. La verdad, ha realizado con creces su cometido, mi disgusto por la macedonia ha desaparecido y de nuevo estoy dispuesta a dar la batalla, esta tarde repetiré mi postre soñado. Me prepararé para el asalto al super (me quedé sin naranjas) y a la tienda de electrodomésticos (para el exprimidor), esta noche comeré en la mesa de la victoria, rodeada de los restos inmundos de la fruta que se ha resistido a ser engullida, desde allí os escribiré el bando de mi glorosioso triunfo. (No sé que le daría de comer mi tía al ternero, pero me ha subido la moral, la preguntaré por si acaso, tengo que hacerme unos análisis de sangre y no vaya a pensar mal mi médico). El problema es que he saqueado el sagrado nicho familiar, el tesoro inviolable materno y debo ocultar mi falta antes de las funestas consecuencias. Mi querida y amada madre guarda, como si de sus retoños fuesen, esas delicias en bolsas individuales, empaquetadas de cinco en cinco en previsión de ser disfrutadas cuando estamos reunida la gloriosa familia. Yo he quebrantado la ley, he separado de sus compañeros de viaje a uno de los chuletones y ahora debo comerme los otros cuatro antes de ver caer sobre mi el peso de la justicia, debo sacrificarme, así que amigos, debo deciros que en los próximos días volveré a violar la unión sagrada entre hermanos de paquete de congelador y disfrutaré de mi condena.
Pierrot, igual soñé con Alejandro Magno, quién sabe, es posible. Si no llega a ser por tu lúcido mensaje jamás mis escrutinios hubieran tomado esos derroteros, trataré de mencionárselo a mi psiquiatra cuando vaya a buscar mi medicación.
Hagamenon,no sé a dónde van las macedonias derramadas y no disfrutadas, pero pude sentir cómo algunos trozos de melocotón, mientras el cubo volcaba y se acercaba al suelo, veían una luz muy blanca y brillante. En el momento en el que llegaron al suelo tuve la sensación de que habían encontrado la paz espiritual, no así como los trozos de pera, me habían salido algo malas y seguro que se pudrirán en el infierno de las peras.
Lo del modo industrial de producción, tratad de comprender, es un rollo hacer un poco de cada vez, así tengo macedonia en la nevera por un periodo estimado de dos - tres días, lo que me soluciona el tema de qué hacer de comer a las horas de cenar, desayunar y postres.
Dr Sagan algo así pensé yo, de hecho acabo de disfrutar de un chuletón de ternera. Shé, no te preocupes, de este animalillo puedo dar fe que no comió ningún tipo de piensos, conocí al asistente al parto, era mi tío. De hecho creo haberle conocido, al animal digo, en una de mis visitas familiares. Decidí sabiamente acudir al reservorio familiar de viandas de alta calidad para compensar el agujero de ira y frustración causado por el ataque de las frutas. La verdad, ha realizado con creces su cometido, mi disgusto por la macedonia ha desaparecido y de nuevo estoy dispuesta a dar la batalla, esta tarde repetiré mi postre soñado. Me prepararé para el asalto al super (me quedé sin naranjas) y a la tienda de electrodomésticos (para el exprimidor), esta noche comeré en la mesa de la victoria, rodeada de los restos inmundos de la fruta que se ha resistido a ser engullida, desde allí os escribiré el bando de mi glorosioso triunfo. (No sé que le daría de comer mi tía al ternero, pero me ha subido la moral, la preguntaré por si acaso, tengo que hacerme unos análisis de sangre y no vaya a pensar mal mi médico). El problema es que he saqueado el sagrado nicho familiar, el tesoro inviolable materno y debo ocultar mi falta antes de las funestas consecuencias. Mi querida y amada madre guarda, como si de sus retoños fuesen, esas delicias en bolsas individuales, empaquetadas de cinco en cinco en previsión de ser disfrutadas cuando estamos reunida la gloriosa familia. Yo he quebrantado la ley, he separado de sus compañeros de viaje a uno de los chuletones y ahora debo comerme los otros cuatro antes de ver caer sobre mi el peso de la justicia, debo sacrificarme, así que amigos, debo deciros que en los próximos días volveré a violar la unión sagrada entre hermanos de paquete de congelador y disfrutaré de mi condena.
Pierrot, igual soñé con Alejandro Magno, quién sabe, es posible. Si no llega a ser por tu lúcido mensaje jamás mis escrutinios hubieran tomado esos derroteros, trataré de mencionárselo a mi psiquiatra cuando vaya a buscar mi medicación.
Hagamenon,no sé a dónde van las macedonias derramadas y no disfrutadas, pero pude sentir cómo algunos trozos de melocotón, mientras el cubo volcaba y se acercaba al suelo, veían una luz muy blanca y brillante. En el momento en el que llegaron al suelo tuve la sensación de que habían encontrado la paz espiritual, no así como los trozos de pera, me habían salido algo malas y seguro que se pudrirán en el infierno de las peras.
Reza, pero no dejes de remar hacia la orilla - proverbio ruso
Mucha ciencia, progreso y vanguardia cultural, pero si no conviene, se pone en tela de juicio
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Re: Otro asunto doméstico
Ya perdonarás. Esta mañana me he levantado plasta y didáctica. ¿Hacen cosquillas, las ondas?roget escribió:Shé no te preocupes por mi salud, los antioxidantes, retrooxidantes y etc no me preocupan, vivo en un barrio con las líneas eléctricas de alta tensión áreas, pasan cerquita de aquí, así que ya me desoxidará el campo electromagnético.
Pues no olvides sujetar el cubo a la encimera con cinta doble cara. Ah, y cuidadín al despegarlo para meterlo en la nevera.roget escribió:Shé, no te preocupes, de este animalillo puedo dar fe que no comió ningún tipo de piensos, conocí al asistente al parto, era mi tío. De hecho creo haberle conocido, al animal digo, en una de mis visitas familiares. Decidí sabiamente acudir al reservorio familiar de viandas de alta calidad para compensar el agujero de ira y frustración causado por el ataque de las frutas. La verdad, ha realizado con creces su cometido, mi disgusto por la macedonia ha desaparecido y de nuevo estoy dispuesta a dar la batalla, esta tarde repetiré mi postre soñado.
¿Y no necesitas ayuda?roget escribió:Mi querida y amada madre guarda, como si de sus retoños fuesen, esas delicias en bolsas individuales, empaquetadas de cinco en cinco en previsión de ser disfrutadas cuando estamos reunida la gloriosa familia. Yo he quebrantado la ley, he separado de sus compañeros de viaje a uno de los chuletones y ahora debo comerme los otros cuatro antes de ver caer sobre mi el peso de la justicia, debo sacrificarme, así que amigos, debo deciros que en los próximos días volveré a violar la unión sagrada entre hermanos de paquete de congelador y disfrutaré de mi condena.
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Re: Otro asunto doméstico
No creo, pero parece que hay al menos un cole con una tasa inusitada de cancer linfático entre sus alumnos, puede ser casualidad, pero por ahora es más barato tener dudas que enterrar las líneas.Shé escribió: Ya perdonarás. Esta mañana me he levantado plasta y didáctica. ¿Hacen cosquillas, las ondas?
No, no quiero imponer mi castigo al resto de la humanidad, estoy cumpliendo en el purgatorio de los chuletones de ternera como buena seguidora de la religión "no enfades a mama" No os preocupéis, estoy bien, pero agradezco la intenciónShé escribió:¿Y no necesitas ayuda?
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Re: Otro asunto doméstico
Ya. Ocurre lo mismo con las antenas de telefonía móvil, solo que los cables tienen solución y es sólo cuestión de dinero. Las antenas son más complicadas de ubicar, y es mejor engañar a los vecinos con la connivencia de Industria.roget escribió: No creo, pero parece que hay al menos un cole con una tasa inusitada de cancer linfático entre sus alumnos, puede ser casualidad, pero por ahora es más barato tener dudas que enterrar las líneas.
Y aunque parezca mentira, hace unos años tan sólo que se retiraron de un edificio en Madrid los pararrayos antiguos, radiactivos, que no se habían retirado antes por la complejidad de cumplir la ley en su transporte y reciclaje (material peligroso). Los vecinos observaban impasibles distintos casos de cáncer en los pisos altos. Nos fríen, y cuando no lo hacen, nos freímos nosotros mismos.
Supongo que vosotros sí estaréis en guerra.
Suerte.
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Re: Otro asunto doméstico
roget escribió:Hagamenon,no sé a dónde van las macedonias derramadas y no disfrutadas, pero pude sentir cómo algunos trozos de melocotón, mientras el cubo volcaba y se acercaba al suelo, veían una luz muy blanca y brillante. En el momento en el que llegaron al suelo tuve la sensación de que habían encontrado la paz espiritual, no así como los trozos de pera, me habían salido algo malas y seguro que se pudrirán en el infierno de las peras.
¿viste pasar toda tu vida por delante de tus ojos en 1 segundo?
¿Quién de nosotros no se ha sacrificado ya a sí mismo, por su buena reputación?
Nietzsche
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