La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Parece que la Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer. Aunque pueda parecer terrible es lo único que se puede deducir de su ataque a las técnicas de selección genética para evitar que nazcan niños con cancer. Dicen que con esto no se salvan vidas... ¡¡se quitan!!
En palabras textuales del portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Martínez Camino:
"No se puede eliminar una persona para curar otra persona"
Podéis leer la noticia en:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad ... usoc_6/Tes
En palabras textuales del portavoz de la Conferencia Episcopal Española, Antonio Martínez Camino:
"No se puede eliminar una persona para curar otra persona"
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Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Solo se que nada se.
Sócrates, filosofo griego 470 a.c
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Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Tampoco que nazcan niños sin SIDA
Las religiones han condenado el suicidio y el asesinato, pero, - sin considerar los sacrificios humanos – han permitido y ordenado las más crueles persecuciones de distinto pensantes
(Fritz Bauer jurista alemán y fiscal general 1903 – 1968)
(Fritz Bauer jurista alemán y fiscal general 1903 – 1968)
Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Nunca entenderé la forma de pensar de la iglesia, y mucho menos que haya gente a favor.
¿Cómo pueden estar en contra de que nazca un niño enfermo? y eso de que se matan personas... que se matan enfermos... no sé yo si saben muy bien lo que es un embrión.
Según el enlace que ha dejado hond73:
'monseñor Juan Antonio Martínez Camino, se posicionó en contra de la selección genética de embriones con fines terapéuticos calificándola de "técnica eugenésica" aludiendo así al nazismo.'
¿Nazismo? pues si la selección genética es nazista no deberían de estar en contra... al fin y al cabo la iglesia apoyó (y seguramente apoya) el movimiento nazi.
Y Osolini. Es increible también que prefieran que nazcan niños con SIDA antes que evitar el contagio a partir del uso del preservativo...
lo peor de todo es que mi familia (muy religiosa) está a favor de todas estas barbaridades y tengo que escuchar constantemente como alaban al papa y al obispo este que no soporto...
En fin... cosas de la iglesia.
¿Cómo pueden estar en contra de que nazca un niño enfermo? y eso de que se matan personas... que se matan enfermos... no sé yo si saben muy bien lo que es un embrión.
Según el enlace que ha dejado hond73:
'monseñor Juan Antonio Martínez Camino, se posicionó en contra de la selección genética de embriones con fines terapéuticos calificándola de "técnica eugenésica" aludiendo así al nazismo.'
¿Nazismo? pues si la selección genética es nazista no deberían de estar en contra... al fin y al cabo la iglesia apoyó (y seguramente apoya) el movimiento nazi.
Y Osolini. Es increible también que prefieran que nazcan niños con SIDA antes que evitar el contagio a partir del uso del preservativo...
lo peor de todo es que mi familia (muy religiosa) está a favor de todas estas barbaridades y tengo que escuchar constantemente como alaban al papa y al obispo este que no soporto...
En fin... cosas de la iglesia.
✿✿La verdad os hará libres. La mentira creyentes.✿✿
Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
¿Condenarán los obispos la “técnica de la selección” de las almas? GERARDO RIVAS
La Conferencia Episcopal debería saber que el primero que emplea la “técnica de la selección”, como “modus operandi” para designar a los que le acompañarán en la vida eterna, es su propio Dios. De tal forma, que así como los científicos seleccionan embriones para salvar vidas, el Dios católico selecciona personas para salvar sus almas y dejar que el resto sean condenadas al fuego eterno.
Articulo completo en: http://www.elplural.com/opinion/detail.php?id=33172
La Conferencia Episcopal debería saber que el primero que emplea la “técnica de la selección”, como “modus operandi” para designar a los que le acompañarán en la vida eterna, es su propio Dios. De tal forma, que así como los científicos seleccionan embriones para salvar vidas, el Dios católico selecciona personas para salvar sus almas y dejar que el resto sean condenadas al fuego eterno.
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Solo se que nada se.
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Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Bueno es saber cómo le ha ido a la familia a la que permitieron seleccionar su segundo hijo para poder curar al primero - esos horribles seres humanos desalmados. Que vayan y se lo digan a la cara a esta familia.
Siete años vivo y uno viviendo
Diagnóstico genético. La familia Mariscal Puertas recibe a Público un año después de la operación que permitió vivir a su hijo Andrés
OLIVIA CARBALLAR - ALGECIRAS (CÁDIZ) - 12/10/2009 07:30
Un chico con cabello grueso y fuerte, negro como el azabache, se acerca corriendo con dos amigos. Persigue y da patadas a un balón. La energía se le desborda por los ojos, por la boca. Chuta y marca un gol en una portería imaginaria. Andrés, el primer niño del mundo curado de beta-talasemia mayor una enfermedad que lo condenaba a vivir enganchado a transfusiones sanguíneas y no más allá de los 35 años ya no se cansa, ni tiene ojeras, ni ganas de quedarse hundido en el sofá. "Todavía lo miro y me pregunto si ese es mi hijo, si ese niño que corre y que un día llegó a casa diciendo que un amigo le recriminó que era muy lento, es el mío", reflexiona Soledad Puertas, que sostiene en sus brazos a su otro niño, Javier, responsable, aún sin saberlo, de que su hermano esté ahora brincando. Hoy cumple un año.
"Soledad, ¿tú eres consciente de la polémica que esto va a generar?, me preguntó un médico en su momento. Para mí la única polémica es la curación de mi hijo, le respondí". Punto. Hoy ya no hay polémica. Ni la Iglesia ni los sectores más conservadores que, con tanta saña, criticaron la técnica médica que permitió que Javier naciera sano y salvara a su hermano Andrés, se han preocupado más de la "horrible" decisión de esta familia. "Si yo hubiera hecho caso a las críticas, no estarían aquí sanos y salvos. Esa es mi lotería, mi milagro o como quieran llamarlo", afirma Soledad en su casa, en Algeciras (Cádiz).
Es la segunda vez que la familia recibe a Público. Y nada, ni siquiera el timbre de la puerta, suena igual. Los ladridos de Lucas apenas dejan oírlo. Es el primer síntoma de que algo ha cambiado. "El perro, que se tuvo que ir a casa de la abuela mientras Andrés estaba enfermo, ya ha vuelto con nosotros", explica la madre. "Nuestra vida ha cambiado un 200%", resume Andrés Mariscal, el padre. La prueba más gráfica es que Andrés hijo no está en casa. Soledad sale a buscarlo a la calle. Anda nervioso por el cumpleaños de su hermano. "Le ayudaré a apagar su primera vela", dice. Él, de 7 años, también tiene motivos para soplar. "Este es su primer año también de vida, pero de vida de verdad, porque una cosa es estar vivos y otra poder decir que estamos viviendo", añade la madre.
El día a día
Lejos quedaron las noches en que el pequeño tenía que dormir enganchado por el abdomen a una bomba de infusión, un aparato que permite la inyección intravenosa continua de medicamentos. Ahora sólo tiene que ir una vez al mes al hospital. Allí le realizan una analítica y comprueban que todo marcha bien. ¿Y quieres seguir siendo médico? Andrés mira al fonendoscopio que hay colgado en un mueble del salón y duda: "Mmmm.... mejor, futbolista", responde sin parar de moverse mientras pide permiso para volver a dar patadas al balón. Lleva una bolsa de patatas fritas en la mano y le espera una amiga de su misma edad del bloque. Antes de marcharse, muestra orgulloso el juego de fútbol que le han regalado para la consola. Adora a Cristiano Ronaldo, aunque admite que le gusta el Barça cuando su padre, madridista confeso, se hace el distraído.
Pero no todo es juego. Cada mañana, Andrés recibe clases particulares en casa. Al día siguiente le espera un examen de Matemáticas, Lengua y Conocimiento del Medio. "Me lo sé perfectamente", asegura y, por enésima vez, seduce a su madre para que le deje volver a la calle. Entra y sale constantemente, con una vitalidad envidiable. Dos profesoras, una que paga la familia 10 euros la hora y otra que recibe de la Administración, se ocupan de que vaya al ritmo de su clase, segundo de Primaria.
"Este verano ha recuperado todo el curso que perdió el año pasado. Ya escribe perfectamente, que tenía una letra horrorosa, y cada semana completa las fichas que sus compañeros hacen en clase; luego se las llevo yo al profesor del colegio para que las corrija. Ese es su afán ahora, volver al colegio cuanto antes", explica Soledad, que le ayuda todas las tardes a hacer los deberes, antes de salir a jugar.
La familia confía en su incorporación al colegio después de Reyes, cuando finalizará el tratamiento. "Estas serán las primeras Navidades tranquilas. Siempre que nos tomábamos las uvas pedíamos salud para nuestro hijo, mucha salud para nuestro hijo", recuerdan. De la montaña de medicamentos que se acumulan sobre el equipo de música, Andrés apenas toma ya unas cuatro pastillas. "Ahora tiene que vacunarse de todo, es como si fuera un niño pequeño, también de la gripe A", puntualiza el padre, que resta importancia al virus H1N1. "Nosotros también nos tenemos que vacunar de la gripe A, para protegerlo a él", afirma la madre.
Una familia normal
Ajeno a todo, Javier gatea junto a Lucas. Sólo pronuncia mamá, papá y tete, como llama a su hermano. "¿A qué hora le toca el biberón?", pregunta de repente Andrés padre. Son las nuevas preocupaciones en esta casa de Algeciras, las de cualquier familia. El pequeño fue seleccionado genéticamente y nació sano. Luego, un equipo médico del hospital público sevillano Virgen del Rocío trasplantó las células madre de la sangre de su cordón umbilical en la médula de Andrés.
El avance científico supuso una perversión para los obispos, que consideran que la selección destruye otros hermanos en potencia. "Pero a mi niño me lo bautizaron, rellené los papeles, nadie me dijo nada ni preguntó nada, y antes del verano fuimos a la Iglesia donde nos casamos, a Los Pastores, aquí en Algeciras, y sin problema ninguno", cuenta Soledad mientras muestra las fotografías del acto religioso. Ella siempre se ha definido como una "católica normal".
No descarta volver a quedarse embarazada. Tiene 31 años. "En el hospital tengo 12 embriones congelados completamente sanos. Igual voy a por mi Lucía, que ahora ya toca la niña", suelta entre risas. Su marido, de 38, hace como que no ha oído nada. "El problema es que como es in vitro puede que salgan gemelos", explota en mitad de unos segundos de silencio. Su rostro está relajado. Ha vuelto a conducir su camión, al trabajo, al que tuvo que faltar días y días. Coge su teléfono móvil y localiza las fotos de Andrés tras recibir el trasplante, con su cabeza todavía calva. "Ya no hay problemas ni prisas, ya todo eso es pasado", dice como si soñara.
Soledad disfruta con su presente: "Hemos vivido muchos años de sufrimiento, de viajes constantes a hospitales, de médicos... Pero ahora, seis años después, el calvario ha terminado, tenemos la mejor recompensa del mundo". Y una irresistible tarta de chocolate para celebrarlo.
Siete años vivo y uno viviendo
Diagnóstico genético. La familia Mariscal Puertas recibe a Público un año después de la operación que permitió vivir a su hijo Andrés
OLIVIA CARBALLAR - ALGECIRAS (CÁDIZ) - 12/10/2009 07:30
Un chico con cabello grueso y fuerte, negro como el azabache, se acerca corriendo con dos amigos. Persigue y da patadas a un balón. La energía se le desborda por los ojos, por la boca. Chuta y marca un gol en una portería imaginaria. Andrés, el primer niño del mundo curado de beta-talasemia mayor una enfermedad que lo condenaba a vivir enganchado a transfusiones sanguíneas y no más allá de los 35 años ya no se cansa, ni tiene ojeras, ni ganas de quedarse hundido en el sofá. "Todavía lo miro y me pregunto si ese es mi hijo, si ese niño que corre y que un día llegó a casa diciendo que un amigo le recriminó que era muy lento, es el mío", reflexiona Soledad Puertas, que sostiene en sus brazos a su otro niño, Javier, responsable, aún sin saberlo, de que su hermano esté ahora brincando. Hoy cumple un año.
"Soledad, ¿tú eres consciente de la polémica que esto va a generar?, me preguntó un médico en su momento. Para mí la única polémica es la curación de mi hijo, le respondí". Punto. Hoy ya no hay polémica. Ni la Iglesia ni los sectores más conservadores que, con tanta saña, criticaron la técnica médica que permitió que Javier naciera sano y salvara a su hermano Andrés, se han preocupado más de la "horrible" decisión de esta familia. "Si yo hubiera hecho caso a las críticas, no estarían aquí sanos y salvos. Esa es mi lotería, mi milagro o como quieran llamarlo", afirma Soledad en su casa, en Algeciras (Cádiz).
Es la segunda vez que la familia recibe a Público. Y nada, ni siquiera el timbre de la puerta, suena igual. Los ladridos de Lucas apenas dejan oírlo. Es el primer síntoma de que algo ha cambiado. "El perro, que se tuvo que ir a casa de la abuela mientras Andrés estaba enfermo, ya ha vuelto con nosotros", explica la madre. "Nuestra vida ha cambiado un 200%", resume Andrés Mariscal, el padre. La prueba más gráfica es que Andrés hijo no está en casa. Soledad sale a buscarlo a la calle. Anda nervioso por el cumpleaños de su hermano. "Le ayudaré a apagar su primera vela", dice. Él, de 7 años, también tiene motivos para soplar. "Este es su primer año también de vida, pero de vida de verdad, porque una cosa es estar vivos y otra poder decir que estamos viviendo", añade la madre.
El día a día
Lejos quedaron las noches en que el pequeño tenía que dormir enganchado por el abdomen a una bomba de infusión, un aparato que permite la inyección intravenosa continua de medicamentos. Ahora sólo tiene que ir una vez al mes al hospital. Allí le realizan una analítica y comprueban que todo marcha bien. ¿Y quieres seguir siendo médico? Andrés mira al fonendoscopio que hay colgado en un mueble del salón y duda: "Mmmm.... mejor, futbolista", responde sin parar de moverse mientras pide permiso para volver a dar patadas al balón. Lleva una bolsa de patatas fritas en la mano y le espera una amiga de su misma edad del bloque. Antes de marcharse, muestra orgulloso el juego de fútbol que le han regalado para la consola. Adora a Cristiano Ronaldo, aunque admite que le gusta el Barça cuando su padre, madridista confeso, se hace el distraído.
Pero no todo es juego. Cada mañana, Andrés recibe clases particulares en casa. Al día siguiente le espera un examen de Matemáticas, Lengua y Conocimiento del Medio. "Me lo sé perfectamente", asegura y, por enésima vez, seduce a su madre para que le deje volver a la calle. Entra y sale constantemente, con una vitalidad envidiable. Dos profesoras, una que paga la familia 10 euros la hora y otra que recibe de la Administración, se ocupan de que vaya al ritmo de su clase, segundo de Primaria.
"Este verano ha recuperado todo el curso que perdió el año pasado. Ya escribe perfectamente, que tenía una letra horrorosa, y cada semana completa las fichas que sus compañeros hacen en clase; luego se las llevo yo al profesor del colegio para que las corrija. Ese es su afán ahora, volver al colegio cuanto antes", explica Soledad, que le ayuda todas las tardes a hacer los deberes, antes de salir a jugar.
La familia confía en su incorporación al colegio después de Reyes, cuando finalizará el tratamiento. "Estas serán las primeras Navidades tranquilas. Siempre que nos tomábamos las uvas pedíamos salud para nuestro hijo, mucha salud para nuestro hijo", recuerdan. De la montaña de medicamentos que se acumulan sobre el equipo de música, Andrés apenas toma ya unas cuatro pastillas. "Ahora tiene que vacunarse de todo, es como si fuera un niño pequeño, también de la gripe A", puntualiza el padre, que resta importancia al virus H1N1. "Nosotros también nos tenemos que vacunar de la gripe A, para protegerlo a él", afirma la madre.
Una familia normal
Ajeno a todo, Javier gatea junto a Lucas. Sólo pronuncia mamá, papá y tete, como llama a su hermano. "¿A qué hora le toca el biberón?", pregunta de repente Andrés padre. Son las nuevas preocupaciones en esta casa de Algeciras, las de cualquier familia. El pequeño fue seleccionado genéticamente y nació sano. Luego, un equipo médico del hospital público sevillano Virgen del Rocío trasplantó las células madre de la sangre de su cordón umbilical en la médula de Andrés.
El avance científico supuso una perversión para los obispos, que consideran que la selección destruye otros hermanos en potencia. "Pero a mi niño me lo bautizaron, rellené los papeles, nadie me dijo nada ni preguntó nada, y antes del verano fuimos a la Iglesia donde nos casamos, a Los Pastores, aquí en Algeciras, y sin problema ninguno", cuenta Soledad mientras muestra las fotografías del acto religioso. Ella siempre se ha definido como una "católica normal".
No descarta volver a quedarse embarazada. Tiene 31 años. "En el hospital tengo 12 embriones congelados completamente sanos. Igual voy a por mi Lucía, que ahora ya toca la niña", suelta entre risas. Su marido, de 38, hace como que no ha oído nada. "El problema es que como es in vitro puede que salgan gemelos", explota en mitad de unos segundos de silencio. Su rostro está relajado. Ha vuelto a conducir su camión, al trabajo, al que tuvo que faltar días y días. Coge su teléfono móvil y localiza las fotos de Andrés tras recibir el trasplante, con su cabeza todavía calva. "Ya no hay problemas ni prisas, ya todo eso es pasado", dice como si soñara.
Soledad disfruta con su presente: "Hemos vivido muchos años de sufrimiento, de viajes constantes a hospitales, de médicos... Pero ahora, seis años después, el calvario ha terminado, tenemos la mejor recompensa del mundo". Y una irresistible tarta de chocolate para celebrarlo.
Reza, pero no dejes de remar hacia la orilla - proverbio ruso
Mucha ciencia, progreso y vanguardia cultural, pero si no conviene, se pone en tela de juicio
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Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Gracias por la noticia. Es cierto que estas cosas no suelen trascender tanto como el escándalo inicial.
Si fuera periodista, intentaría entrevistar a Rouco Varela para recabar su opinión acerca del asunto, a la vista de los resultados que, por otro lado, difícilmente podrían haber sido peores que la situación anterior.
Nosotros sabemos cuáles son los objetivos de la ICAR cada vez que intentan boicotear un avance científico que supone una solución a una situación dada: mantener a los fieles en la incertidumbre y con una única solución: la oración y la fe en que dios, cuyos caminos son inescrutables, quiera bendecirlos con una solución a menudo imposible.
Pero, ¿lo saben los fieles? Y sobre todo, ¿Cómo se le puede dar siquiera la opción de decidir si estos avances se siguen investigando o no a ellos?
Porque cada vez más, expresar sus opiniones cavernícolas es lo único que hacen, pero al hacerlo influyen en la sociedad retrasando los avances de la ciencia y su aplicación práctica. Cuando no influyen directamente en las leyes, como en su boicot a la investigación con células madre, que hoy estaría más avanzada sin el retraso que ha sufrido y sufre en muchos países por la influencia de la religión. ¿Cuántas personas no han recibido tratamiento por su culpa, su culpa, su grandísima puta culpa? Asesinos criminales...
Si fuera periodista, intentaría entrevistar a Rouco Varela para recabar su opinión acerca del asunto, a la vista de los resultados que, por otro lado, difícilmente podrían haber sido peores que la situación anterior.
Nosotros sabemos cuáles son los objetivos de la ICAR cada vez que intentan boicotear un avance científico que supone una solución a una situación dada: mantener a los fieles en la incertidumbre y con una única solución: la oración y la fe en que dios, cuyos caminos son inescrutables, quiera bendecirlos con una solución a menudo imposible.
Pero, ¿lo saben los fieles? Y sobre todo, ¿Cómo se le puede dar siquiera la opción de decidir si estos avances se siguen investigando o no a ellos?
Porque cada vez más, expresar sus opiniones cavernícolas es lo único que hacen, pero al hacerlo influyen en la sociedad retrasando los avances de la ciencia y su aplicación práctica. Cuando no influyen directamente en las leyes, como en su boicot a la investigación con células madre, que hoy estaría más avanzada sin el retraso que ha sufrido y sufre en muchos países por la influencia de la religión. ¿Cuántas personas no han recibido tratamiento por su culpa, su culpa, su grandísima puta culpa? Asesinos criminales...
Por un mundo más libre y con menos hipocresía, asóciate: https://iatea.org.es/asociarse.php
- Agustín
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Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Yo sí la entiendo (sin olvidar que comprender algo no equivale a compartirlo o justificarlo). En realidad, su lógica (o ilógica) particular es muy sencilla: la vida y el destino del ser humano están en manos de Dios. Es una bonita manera de eludir la responsabilidad sobre la propia existencia, con todo lo bueno y lo malo que forzosamente ha de incluir, así como una expresión de un miedo atroz a enfrentarse a ella (y a la futura ausencia de ella) sin muletas trascendentales. Que los monoteísmos rechazan LA VIDA (en todos los sentidos del concepto) ya nos lo enseño Nietzsche hace mucho tiempo.danann90 escribió:Nunca entenderé la forma de pensar de la iglesia
¡RA, RA, RA!... mén
Desde que me asocié soy mejor persona... ¿Y tú a qué esperas?
http://www.iniciativaatea.org/asociarse.php
Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Pues sí señor.
No hay que olvidar, como parecen hacer ellos, que cuando salieron los primeros antibióticos la ICAR se opuso a su uso, por ir contra la voluntad de dios.
Ocurre, claro, que en una época en la que una neumonía podía (y lo hacía con frecuencia) llevarse por delante a cualquier miembro de la familia, a ésta se le hacía duro aceptar la voluntad de dios tan fácilmente y no utilizar la penicilina. Ante la tesitura de quedarse sin fieles por mandato divino, supongo que las altas jerarquías de la iglesia hablarían con dios para convencerle de que su divina voluntad habría de incluir también a los antibióticos.
No hay que olvidar, como parecen hacer ellos, que cuando salieron los primeros antibióticos la ICAR se opuso a su uso, por ir contra la voluntad de dios.
Ocurre, claro, que en una época en la que una neumonía podía (y lo hacía con frecuencia) llevarse por delante a cualquier miembro de la familia, a ésta se le hacía duro aceptar la voluntad de dios tan fácilmente y no utilizar la penicilina. Ante la tesitura de quedarse sin fieles por mandato divino, supongo que las altas jerarquías de la iglesia hablarían con dios para convencerle de que su divina voluntad habría de incluir también a los antibióticos.
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- Agustín
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Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Es curioso lo cambiante que es la voluntad divina, teniendo en cuenta que se trata de un ser eterno, omnisiciente, etc. Un poco indeciso, me parece a mí.Shé escribió: supongo que las altas jerarquías de la iglesia hablarían con dios para convencerle de que su divina voluntad habría de incluir también a los antibióticos.
¡RA, RA, RA!... mén
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Re: La Iglesia no quiere que nazcan niños sin cancer
Cambiante pero lenta. No como un jefe de una tribu que, en una película que vi y que no recuerdo el título, explicaba: yo no puedo ordenarles que hagan lo que no quieren hacer, porque entonces dejaría de ser el jefe.
Claro que aquel jefe no tenía ayudantes que dijeran que echaba rayos, escupía fuego, y convertía a la gente en estatuas de sal.
Claro que aquel jefe no tenía ayudantes que dijeran que echaba rayos, escupía fuego, y convertía a la gente en estatuas de sal.
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