Vitriólico escribió:Shé, déjalo ... es inútil.
A partir de ahora, extiendo mi aversión a discutir cuestiones sobre las creencias de los creyentes, a los agnósticos. No tengo ni suficiente paciencia ni esperanza de resultado.
No sé si es que me gusta discutir (me gusta
), o que no me resulta fácil admitir que es inútil. La diferencia entre un agnóstico y un creyente es que el primero no ha cedido su capacidad de raciocinio a ninguna fe que le impida pensar. Algunos creyentes tampoco, y eso es algo que he podido comprobar en mi vida bastantes veces. Se llega al ateísmo pensando, y el diálogo provoca la reflexión cuando aún no es demasiado tarde.
Un intento más. Y luego me podrás decir "te lo dije", si te quieres cebar.
Morzillo escribió:Shé escribió:No me puedes pedir que lo demuestre. Si yo hubiera dicho que estoy segura de que existen, sí podrías pedirme demostración porque yo estaría afirmando que existe algo y la carga de la prueba caería en mi lado. Cae del lado de quien afirma, no del lado del que niega.
Claro que te puedo pedir que demuestres una negación, sino yo diría "los perros no existen" y sería verdadero porque no me podrías pedir que te demuestre una negación.
Puedes pedírmelo, lo has hecho. Lo que quiero decir es que es una tontería hacerlo. Imagina que hemos quedado en un bar, y cuando llegas yo te digo "hay un cocodrilo en la cocina lavando las copas". Tu me dices "no hay tal cosa". ¿A quién toca demostrar? Si yo te pido que lo hagas, te desplazas a la cocina, compruebas que no es cierto, vuelves y me lo dices. Yo te creeré o no. En ambos casos tú habrás perdido el tiempo. De hecho, en la vida real, si se da tal caso, lo que habrá ocurrido es que yo te habré tomado el pelo y tú habrás picado el anzuelo, ya que si acudes a verificar es porque te he provocado
la duda.
Morzillo escribió:Shé escribió:Es imposible demostrar que algo no existe, ya que es imposible que registre todo el universo, cosa inviable y además de mala educación sin una orden judicial
que no sería tampoco posible conseguir.
Se puede demostrar la no existencia de algunas cosas cuando contienen contradicciones lógicas, por ejemplo no pueden existir personas rubias que no sean rubias. Algunos dioses contienen contradicciones lógicas, por lo que se puede probar su no-existencia. Sin embargo, siempre se puede imaginar un dios sin contradicciones, y para esos casos en los que no hay contradicciones, como bien tu decías, es imposible demostrar que algo no existe porque deberías registrar todo el universo (pero ojo! habría que registrar todo el universo a la misma ves, porque los cerdos voladores podrían cambiar de lugar
), y es por eso que nunca puedes estar ABSOLUTAMENTE seguro de su no-existencia.
Estar seguro de la inexistencia de algo prácticamente imposible es una forma práctica de aprovechar el tiempo y los recursos mentales, no hay más. No permitiré que las elucubraciones de una persona con el cerebro alienado por las creencias invada el mío con dudas que no tengo, que no aportan nada a mi vida ni a mi capacidad de pensar, y que ni siquiera me intrigan ni el cinco por ciento que una novela de ficción irrelevante en donde sé positivamente que todo el contenido es falso.
Morzillo escribió:Shé escribió:Aunque en este caso concreto podría argumentar que si existiera un mamífero como el cerdo y con alas, no sería un cerdo, ya que le faltaría la paleta (jamón de la pata delantera, y exquisito), o bien tendría 6 patas, con lo que no sería un mamífero. Pero ni me molesto, porque no entraría en esta discusión con alguien que creyese en cerdos voladores.
Pero nunca sabes, tal ves el día de mañana tu cerda pare unos cerditos con alas que son capaces de reproducirse con los demás cerdos, que sean mamíferos.
(
ya se que es un disparate tremendamente improbable, pero en principio uno nunca sabe lo que puede pasar)
"Saber" es un término no absoluto, pues somos subjetivos y frágiles en este terreno. Simplemente es un recurso mental para seguir funcionando. Si sabemos que no hay cervezas en el frigorífico, iremos a comprar. Si no lo sabemos iremos a comprobar.
Si perdemos el tiempo con elucubraciones sobre lo tan improbable que es casi imposible, pasará por delante de nuestras narices lo evidente, y nos pillará ocupados. La vida es corta para hacer concesiones mentales o de tiempo a algo que sabemos de antemano que no aportará jamás ningún resultado. Incluso aunque no pienses en ello, la propia duda implantada en el cerebro ocupa un espacio que prefiero dedicarlo a guardar cualquier otra cosa. La duda en sí me parece algo pernicioso, mentalmente hablando. Puesto que si dudo de la existencia de dios, puedo albergar infinitas dudas (tantas como cosas prácticamente imposibles que se me puedan ocurrir o que me cuenten). Porque, piénsalo bien, ¿Por qué habría de dar más importancia a la duda sobre la existencia de dios que a la duda sobre la existencia de cerdos voladores, o de cualquier otra cosa?
Morzillo escribió:
Shé escribió:Para mí es lo mismo con dios.
Para mi también. Para mi el tema de la existencia de dios es igual al tema de la existencia de cerdos voladores.
Pero hay una diferencia.
Tú gastas tiempo concediendo el beneficio de la duda y yo no. Lo que estoy haciendo ahora discutiendo contigo no es intentar demostrarte que tengo razón, sino por demostrarte que estamos perdiendo el tiempo, porque esta discusión no nos llevará a ningún lado.
Morzillo escribió:
Shé escribió:Esta discusión sobre la existencia o no de algo indemostrable, y sin más base que el que se le haya ocurrido a alguien en algún momento, me parece poco productiva, una pérdida de tiempo.
No me refiero a esta discusión contigo, ya que estamos intentando entendernos uno al otro, sino a las discusiones con los creyentes, y a las interminables argumentaciones falaces con las que pretenden demostrar la existencia de dios, partiendo siempre de premisas que ellos dan por ciertas pero que tampoco pueden demostrar.
Estoy totalmente de acuerdo. O sea, yo no puedo estar ABSOLUTAMENTE seguro de que los cerdos voladores no existan, ¿y qué?, eso no es un motivo razonable para creer en los cerdos voladores,
eso no significa que valga la pena considerar la existencia de los cerdos voladores como algo probable y preocuparse por si existen o no, desperdiciar nuestras vidas buscando cerdos voladores en el universo. Es una total pérdida de tiempo, probablemente ni existan, podrías pasar toda la eternidad buscando sin tener éxito y sin llegar a ninguna conclusión. Mejor ocúpate de entender la realidad en función de lo que tienes pruebas de su existencia. Además de que si valiera la pena perder el tiempo en cerdos voladores, también debería valer la pena perder el tiempo en toda cosa que se pueda imaginar, y supongo que deben ser infinitas, no hay motivo alguno para pensar que los cerdos voladores merezcan una atención especial. Y con los dioses es exactamente lo mismo.
Perfecto. Entonces, ¿Qué hacemos hablando de cerdos voladores o de dios?
El problema del agnosticismo es que sí considera necesario mantener la duda sobre la existencia de dios. Y yo digo entonces, como confirmas tú aquí, que para que ésta sea una postura honesta, habría que dudar de la existencia de infinitas cosas absurdas. Y no hay tiempo en la vida (y en mi caso, ni ganas) de hacerlo. Y cierro la puerta automáticamente a cosas como las echadoras de cartas, los videntes, y mil tonterías más de las que un agnóstico honesto también debería dudar, y cuya comprobación le llevaría media vida en el basurero de las ideas, en lugar de usando la razón para algo útil.
Morzillo escribió:
¿me entiendes ahora? ¿entiendes cuál es mi posición? Yo no se si soy ateo, agnóstico, agnóstico-ateo, tarado, o qué, pero eso que expuse es lo que pienso. Luego que me pongan el título que quieran, pero no me confundan con alguien que piensa que los dioses merecen una mayor atención que cualquier otra cosa que la imaginación pueda crear (como los famosos cerdos voladores que inventé), y me temo que comunmente si yo digo que soy agnóstico se me confunde con eso, y estoy muy lejos de eso, por eso es que generalmente me defino como ateo y no como agnóstico. Creo que es lo mismo que le pasaba a Bertrand Russell.
saludos!
Creo que sí te entiendo. No me corresponde a mí ponerte un título. Eso es lo de menos. Pero para tener una mente abierta conviene deshacerse de la basura. La razón por la que concedemos más importancia a la duda sobre dios que a la duda sobre los unicornios rosa, es porque dios es un concepto que ha alienado las mentes de la mayoría de los humanos en la historia, y resulta más violento decir que no a dios que al unicornio. Pero es la única diferencia.
Y sacando definitivamente esa basura del cerebro podremos abrir la puerta de par en par porque no se nos volverán a colar las falacias y las mentiras con todo su lastre en nuestra mente.