Tontxu escribió:Fulgen.. bienvenido... una pregunta; en verano, supongo que parte de las vacaciones la dedicaras a recorrer los lugares sacros, fiestas populares con apariciones marianas, con la bota de vino, la cecina y la hogaza de pan…y, a disfrutar como enanos... joder, tío... qué envidia me da solo imaginármelo, como antes ¡Qué tiempos aquellos!. Oye, a propósito, ¿cómo puede ser que la virgen se haya aparecido en todos los pueblos de España, bueno también en Portugal?, esto no os lo creéis ¿o, sí?, sólo vais a esos sitios por visitar a la familia y comer un buen cordero en armonía (sin gregoriano) con todos y al final hasta se pueden echar unos bailables. Joder, tío que envidia me dais. Bienvenido al foro de parte de un diablillo ateo.
Ya sabía yo que en este sitio me iba a divertir. Lo cierto es que esta chufa me la tengo bién merecida. Otra cosa no se podría esperar de alguien que se deblara católico y que se llama Don Funlgencio. Te explico:
Sí es verdad que en ocasiones me he dejado caer por algún santuario mariano y me temo que con bota de vino, cecina y hogaza de pán. En mi descargo te diré que en esos santuarios no se encuentran el de Torreciudad ni el de Lourdes ni el de Fátima. Pero como veo que os va el cachondeo os contaré una anécdota personal. Resulta que en mi familia tenemos a un cartujo que ha pasado a mejor vida. De eeso hace ya 16 años y este tío mío está enterrado en un monasterio, como no podría ser de otra forma. Tenemos también una tía monja, pero no una monja cualquiera. Es toda una madre superiora y los que tengan algo así en su familia sabrán entenderme a qué nos enfrentamos.
El caso es que mi tía monja todos los años se viene de visita a casa y todos los años, desde hace 16 años se empeña en hacer un viajecito de 230 km al monasterio cartujo para "darle el último adios al tío Miguel." Ya son 16 veces las que le hemos dado el
ultimo adios al tío Miguel y cada vez que lo hacemos mi tía dice unas palabras muy tiernas sobre que "esta es la última vez que venimos".
Ahora bién: Habréis de considerar que mi tía tiene ya 88 años y que la pobre no está para muchas fiestas, así que hace unos días mi tía Olaia me llamó por teléfono para
comunicarnos ( mi tía no propone, comunica lo que va a suceder) que a mediados de febrero nos va a hacer una visita y que ya tiene preparada una "programación de actividades" ( ¿ he dicho que tiene 88 años?) que incluyen , oh sorpresa, una visita a la tumba de tío Miguel para despedirnos por última vez ya que ella está ya muy achacosa.
Trasmitida la noticia a mis hermanos y grán familia, se muestran incrédulos y sorprendidos y me dicen que ni de coña, que la peregrinación a dar el último adios a tío Miguel ya se ha acabado. Yo les digo que a mi no me digan nada ( servidor conoce el percal y , perro viejo, tiro balones fuera) , que se lo expliquen a tía Olaia.
Si os digo la verdad a mi personalmente este tipo de peregrinaciones me encanta. No es que vayamos con la bota de vino, la cecina y el queso de oveja pero es un evento familiar que a mi me satisface. El último año fue divertidisima la peregrinación para ver al tío Miguel ya que mi tía Olaya ( la monja) y mi tía Fructuosa ( la Toxa que la llamamos), ambas octogenarias se pusieron a cantar el himno de andalucía a capela y a dúo y esa estampa quedará en los anales de la familia como un momento estelar donde los haya.
Yo no sé si alguno de vosotros ha pasado por este tipo de experiencias, con bota de vino, cecina y queso puro de oveja, pero yo disfruto como un mandril comiendo cacahuetes. Rosarios y avemarías aparte este tipo de eventos familiares tienen mucha coña y darían para escribir un libro.
Un saludo, majos, que sois unos majos.
no seré yo quien lo intente.
