carta de un ateo para un posible Dios
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carta de un ateo para un posible Dios
el solo hecho de habitar en un medio donde solo se habla de dios sin dejar una sola opcion a otra idea o pensamiento me llevo a escribir el siguiente texto, a lo que tengo derecho como persona de libre pensamiento y expresion.
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
He leido tu carta... me ha gustado tu reflexión, pero no tu conclusión... Las palabras las inventamos los hombres... con lo cual la palabra " dios" con mayúsculas o minúsculas es abstracta, con lo que Dios o dios es abstracto, ideado,inventado,deseado por la psicología humana que desde sus primeros tiempos de existencia lo imaginó para asirse a "algo" que le trajera beneficios osea... superstición.. ya que no podía comprender en aquellos "entonces" la verdadera naturaleza de la biología,quimica o física...los que si la entendieron fueron los primeros brujos, curanderos etc que intentaron hacer con los de su tribu lo mismo que estos mentecatos de religiosos actuales, quieren hacer con la gente ignorante de ahora.
Un abrazo
Ysupais
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Ysupais
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Dios no creó a la humanidad. Fue el hombre quién creó a la diosidad o ¿debo decir teoidad? No lo sé. Lo que sí sé, después de leer acerca de casi todas las culturas del mundo antiguo, es que los dioses son producto de la ignorancia y de la necesidad. Los hombres que moraban en las cavernas no sabían cómo funcionaba la naturaleza. La lluvia, los volcanes, los truenos y todos los fenómenos naturales eran un enigma para ellos. Por ignorar cómo o por qué sucedían, pensaban que seres superiores los producían. Si te fijas, todas las culturas antiguas del mundo eran politeístas. No importa que tan lejos estuviera una de la otra, todas llegaron a la misma conclusión: detrás de esos fenómenos había seres divinos. Todos los sucesos que traían las cosas que necesitaban para sobrevivir, se convirtieron en “dioses”.
No es para sorprenderse que la vasta mayoría de las culturas antiguas hayan escogido al sol como su dios principal. El sol no solamente les daba luz y calor, sino que también le daba las estaciones y las plantas. La luna era otra deidad. Les daba luz por las noches y controlaba las mareas. La lluvia era una divinidad importante. Les daba cosechas y agua para beber. Cualquier cosa que les cubriera sus necesidades más básicas, la convertían en un dios.
Después de mucho tiempo, una nueva clase de hombre apareció, el hombre inteligente y astuto. Su cerebro se desarrolló más rápidamente que el de los otros. Empezó a notar que la naturaleza daba algunas señales antes de que los eventos “divinos” ocurrieran. Por ejemplo, que antes de llover, espesas nubes cubrían los cielos, y el viento soplaba. Y decidieron usar ese conocimiento a su favor. Generalmente no eran los más fuertes, así que difícilmente se convertían en jefes. Pero tenían algo mucho mejor que la fuerza bruta. Tenían el conocimiento. Le decían a la gente, “Yo puedo hablar con los dioses. Si le pido al dios de la lluvia que llueva, él enviará la lluvia.” Para probarlo, empezaban a orar o a danzar o cualquier otra cosa que hicieran. Al poco tiempo, llovía, y todos se maravillaban. Y cuando necesitaban lluvia, acudían a esos chamanes. Mas los servicios no eran gratis; tenían que darle algunas “ofrendas” para los dioses. Sólo que no eran realmente para las deidades, eran para ellos. Después de obtener el obsequio, comenzaban a bailar, los que bailaban, y la lluvia caía. ¡Porque realmente llovía! El truco estaba en que no danzaban cuando se lo pedían, lo hacían cuando veían las señales de la naturaleza, y así engañaban a los ignorantes.
Y hasta ahora lo siguen haciendo.
No es para sorprenderse que la vasta mayoría de las culturas antiguas hayan escogido al sol como su dios principal. El sol no solamente les daba luz y calor, sino que también le daba las estaciones y las plantas. La luna era otra deidad. Les daba luz por las noches y controlaba las mareas. La lluvia era una divinidad importante. Les daba cosechas y agua para beber. Cualquier cosa que les cubriera sus necesidades más básicas, la convertían en un dios.
Después de mucho tiempo, una nueva clase de hombre apareció, el hombre inteligente y astuto. Su cerebro se desarrolló más rápidamente que el de los otros. Empezó a notar que la naturaleza daba algunas señales antes de que los eventos “divinos” ocurrieran. Por ejemplo, que antes de llover, espesas nubes cubrían los cielos, y el viento soplaba. Y decidieron usar ese conocimiento a su favor. Generalmente no eran los más fuertes, así que difícilmente se convertían en jefes. Pero tenían algo mucho mejor que la fuerza bruta. Tenían el conocimiento. Le decían a la gente, “Yo puedo hablar con los dioses. Si le pido al dios de la lluvia que llueva, él enviará la lluvia.” Para probarlo, empezaban a orar o a danzar o cualquier otra cosa que hicieran. Al poco tiempo, llovía, y todos se maravillaban. Y cuando necesitaban lluvia, acudían a esos chamanes. Mas los servicios no eran gratis; tenían que darle algunas “ofrendas” para los dioses. Sólo que no eran realmente para las deidades, eran para ellos. Después de obtener el obsequio, comenzaban a bailar, los que bailaban, y la lluvia caía. ¡Porque realmente llovía! El truco estaba en que no danzaban cuando se lo pedían, lo hacían cuando veían las señales de la naturaleza, y así engañaban a los ignorantes.
Y hasta ahora lo siguen haciendo.
Todos los dioses fueron producto de la ignorancia y la necesidad
Para debatir cristianos en su propio terreno http://www.godmakers.info
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Hola mmm acabo de leer tu reflexion amigo, pero me llamo la atencion el hecho de autodefinirte ateo, siendo que estas cambiando la imagen comun de dios, por algo mas concreto. nose si estoy errado pero estas un poco confundido a la definicion de "ateo" porque tu si crees en uno, o almenos eso es lo que se da a ver en tu reflexion.
saludos...
saludos...
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
YO TAMBIÉN ME HICE UN DIOS
Tener un Dios particular, hecho a la medida de uno mismo, comporta una serie de ventajas indiscutibles, razón por la que hace tiempo me decidí a fabricarlo en mi mente, donde reside desde entonces y se encuentra tan a gusto como en cualquier Olimpo.
Lo que más me gusta de mi Dios es el profundo respeto que siente hacia mi persona. Nunca me ha revelado nada, ni me ha comunicado sus planes (si es que los tiene), ni para mí ni para el resto de los mortales. No se entromete en mi vida (ni yo se lo permitiría, y él lo sabe), no me coacciona ni me chantajea, ni me amenaza ni me castiga. Se abstiene delicadamente de acogotarme con un amor desorbitado y de exigirme que le ame. Jamás ha deseado ser mi rey, ni me señor, ni mi salvador ni mi dueño, ni ha pretendido nunca corroerme el alma con las convulsiones de la culpabilidad ni con los espasmos alucinantes de la mística.
Como resultado de tan exquisito tacto por parte de mi Dios, estoy liberado de mandamientos, preceptos, reglamentos y leyes. Él sabe que mis hermanos y hermanas se encargan de todo eso, y sobradamente. Y como no tiene necesidad de que yo le hable (lo que sería como hablar conmigo mismo, algo ridículamente cómico), ni que le adore, ni que le demuestre mi nimiedad (él ya la conoce), pues resulta que no necesito libro de oraciones, ni incienso, ni reclinatorio (estoy convencido de que se sentiría muy incómodo si me viera de rodillas delante de él), ni canturreos litúrgicos, ni iglesias, mezquitas, santuarios, sinagogas, pagodas, tabernáculos o procesiones.
Tampoco me veo en la necesidad de escribir un libro con sus revelaciones, con lo cual la posteridad no se verá enredada tratando de descifrar, sin conseguirlo, si donde dije “digo” dije “Diego”, o cualquier otra cosa. No tengo, pues, ningún libro sagrado acerca de mi Dios, ni ninguna razón para hacer proselitismo. Mi Dios es sólo mío y del todo imposible de compartir, porque, además, he aprendido de él a ser respetuoso con la libertad ajena, y como cada
uno tiene la posibilidad de inventarse su propio Dios, yo no soy quién para tratar de endilgar a nadie un Dios que a lo peor no le conviene.
Por supuesto que no puedo acudir a él (ni él lo quiere ni yo lo necesito) en esas múltiples ocasiones en que uno está amargado, melancólico o deprimido, por alguna de las diversas tribulaciones con las que está sazonada, con tan mal gusto, nuestra vida cotidiana. En tales ocasiones voy y me siento entre mis hermanos y hermanas, lloramos juntos y acabamos contando chistes.
Un Dios como el mío, que no me dice lo que debo creer, lo que debo pensar, lo que debo sentir, lo que debo hacer, lo que debo amar, le deja a uno un margen amplísimo de actuación. Liberado de cadenas descaradas o sutiles, puedo poner en marcha todo el potencial de mi propio ser, toda la riqueza de mi imaginación y de mis sentimientos, para vivir mi vida como me venga en gana. Mis hermanos y hermanas me ayudan en tan maravillosa empresa y eso, estoy convencido, es lo que mi Dios quiere.
Y con eso le basta.
Tener un Dios particular, hecho a la medida de uno mismo, comporta una serie de ventajas indiscutibles, razón por la que hace tiempo me decidí a fabricarlo en mi mente, donde reside desde entonces y se encuentra tan a gusto como en cualquier Olimpo.
Lo que más me gusta de mi Dios es el profundo respeto que siente hacia mi persona. Nunca me ha revelado nada, ni me ha comunicado sus planes (si es que los tiene), ni para mí ni para el resto de los mortales. No se entromete en mi vida (ni yo se lo permitiría, y él lo sabe), no me coacciona ni me chantajea, ni me amenaza ni me castiga. Se abstiene delicadamente de acogotarme con un amor desorbitado y de exigirme que le ame. Jamás ha deseado ser mi rey, ni me señor, ni mi salvador ni mi dueño, ni ha pretendido nunca corroerme el alma con las convulsiones de la culpabilidad ni con los espasmos alucinantes de la mística.
Como resultado de tan exquisito tacto por parte de mi Dios, estoy liberado de mandamientos, preceptos, reglamentos y leyes. Él sabe que mis hermanos y hermanas se encargan de todo eso, y sobradamente. Y como no tiene necesidad de que yo le hable (lo que sería como hablar conmigo mismo, algo ridículamente cómico), ni que le adore, ni que le demuestre mi nimiedad (él ya la conoce), pues resulta que no necesito libro de oraciones, ni incienso, ni reclinatorio (estoy convencido de que se sentiría muy incómodo si me viera de rodillas delante de él), ni canturreos litúrgicos, ni iglesias, mezquitas, santuarios, sinagogas, pagodas, tabernáculos o procesiones.
Tampoco me veo en la necesidad de escribir un libro con sus revelaciones, con lo cual la posteridad no se verá enredada tratando de descifrar, sin conseguirlo, si donde dije “digo” dije “Diego”, o cualquier otra cosa. No tengo, pues, ningún libro sagrado acerca de mi Dios, ni ninguna razón para hacer proselitismo. Mi Dios es sólo mío y del todo imposible de compartir, porque, además, he aprendido de él a ser respetuoso con la libertad ajena, y como cada
uno tiene la posibilidad de inventarse su propio Dios, yo no soy quién para tratar de endilgar a nadie un Dios que a lo peor no le conviene.
Por supuesto que no puedo acudir a él (ni él lo quiere ni yo lo necesito) en esas múltiples ocasiones en que uno está amargado, melancólico o deprimido, por alguna de las diversas tribulaciones con las que está sazonada, con tan mal gusto, nuestra vida cotidiana. En tales ocasiones voy y me siento entre mis hermanos y hermanas, lloramos juntos y acabamos contando chistes.
Un Dios como el mío, que no me dice lo que debo creer, lo que debo pensar, lo que debo sentir, lo que debo hacer, lo que debo amar, le deja a uno un margen amplísimo de actuación. Liberado de cadenas descaradas o sutiles, puedo poner en marcha todo el potencial de mi propio ser, toda la riqueza de mi imaginación y de mis sentimientos, para vivir mi vida como me venga en gana. Mis hermanos y hermanas me ayudan en tan maravillosa empresa y eso, estoy convencido, es lo que mi Dios quiere.
Y con eso le basta.
Re: carta de un ateo para un posible Dios
me da la sensación de que tu dios se parece mucho a un cortauñas que se me perdió el año pasado.carlosaura escribió:YO TAMBIÉN ME HICE UN DIOS
Tener un Dios particular, hecho a la medida de uno mismo, comporta una serie de ventajas indiscutibles, razón por la que hace tiempo me decidí a fabricarlo en mi mente, donde reside desde entonces y se encuentra tan a gusto como en cualquier Olimpo.
Lo que más me gusta de mi Dios es el profundo respeto que siente hacia mi persona. Nunca me ha revelado nada, ni me ha comunicado sus planes (si es que los tiene), ni para mí ni para el resto de los mortales. No se entromete en mi vida (ni yo se lo permitiría, y él lo sabe), no me coacciona ni me chantajea, ni me amenaza ni me castiga. Se abstiene delicadamente de acogotarme con un amor desorbitado y de exigirme que le ame. Jamás ha deseado ser mi rey, ni me señor, ni mi salvador ni mi dueño, ni ha pretendido nunca corroerme el alma con las convulsiones de la culpabilidad ni con los espasmos alucinantes de la mística.
Como resultado de tan exquisito tacto por parte de mi Dios, estoy liberado de mandamientos, preceptos, reglamentos y leyes. Él sabe que mis hermanos y hermanas se encargan de todo eso, y sobradamente. Y como no tiene necesidad de que yo le hable (lo que sería como hablar conmigo mismo, algo ridículamente cómico), ni que le adore, ni que le demuestre mi nimiedad (él ya la conoce), pues resulta que no necesito libro de oraciones, ni incienso, ni reclinatorio (estoy convencido de que se sentiría muy incómodo si me viera de rodillas delante de él), ni canturreos litúrgicos, ni iglesias, mezquitas, santuarios, sinagogas, pagodas, tabernáculos o procesiones.
Tampoco me veo en la necesidad de escribir un libro con sus revelaciones, con lo cual la posteridad no se verá enredada tratando de descifrar, sin conseguirlo, si donde dije “digo” dije “Diego”, o cualquier otra cosa. No tengo, pues, ningún libro sagrado acerca de mi Dios, ni ninguna razón para hacer proselitismo. Mi Dios es sólo mío y del todo imposible de compartir, porque, además, he aprendido de él a ser respetuoso con la libertad ajena, y como cada
uno tiene la posibilidad de inventarse su propio Dios, yo no soy quién para tratar de endilgar a nadie un Dios que a lo peor no le conviene.
Por supuesto que no puedo acudir a él (ni él lo quiere ni yo lo necesito) en esas múltiples ocasiones en que uno está amargado, melancólico o deprimido, por alguna de las diversas tribulaciones con las que está sazonada, con tan mal gusto, nuestra vida cotidiana. En tales ocasiones voy y me siento entre mis hermanos y hermanas, lloramos juntos y acabamos contando chistes.
Un Dios como el mío, que no me dice lo que debo creer, lo que debo pensar, lo que debo sentir, lo que debo hacer, lo que debo amar, le deja a uno un margen amplísimo de actuación. Liberado de cadenas descaradas o sutiles, puedo poner en marcha todo el potencial de mi propio ser, toda la riqueza de mi imaginación y de mis sentimientos, para vivir mi vida como me venga en gana. Mis hermanos y hermanas me ayudan en tan maravillosa empresa y eso, estoy convencido, es lo que mi Dios quiere.
Y con eso le basta.
¿Quién de nosotros no se ha sacrificado ya a sí mismo, por su buena reputación?
Nietzsche
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- pablov63
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Realmente no entiendo a estos ateos que pierden el tiempo en seudoreflexiones de entraña religiosa con tema "dios". Dios no existe. Ergo no es la naturaleza, no es el hombre, es nada, detritus intelectual de la antiguedad si quieres. Capto la intención "reivindicativa" y "provocadora" frente a los creyentes pero no comparto la estrategia. El panteísmo no será religión, pero yo lo considero igual de tonto.
Saludos desde Perú,
Pablov63
"Todos los creyentes se parecen, pero los ateos lo son cada cual a su manera", Tolstoi en mi imaginación
Pablov63
"Todos los creyentes se parecen, pero los ateos lo son cada cual a su manera", Tolstoi en mi imaginación
- Vitriólico
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Pura masturbación mental ... pero sin regusto (añadiría yo).pablov63 escribió:Realmente no entiendo a estos ateos que pierden el tiempo en seudoreflexiones de entraña religiosa con tema "dios". Dios no existe. Ergo no es la naturaleza, no es el hombre, es nada, detritus intelectual de la antiguedad si quieres. Capto la intención "reivindicativa" y "provocadora" frente a los creyentes pero no comparto la estrategia. El panteísmo no será religión, pero yo lo considero igual de tonto.
Si pretendes razonar sobre religión con un creyente piensa que, si pudiera razonar sobre ello, ... ¡no sería creyente!
"La primera vez que alguien te engaña, es culpa suya. La segunda, tuya.". (Proverbio árabe).
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
A muchos ateos les pasa lo que a los calvos: Cuanto menos pelo, más se preocupan de él. Ignition.
- Wilalgar
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Qué gran analogía, Ignition, aunque bien es cierto que el calvo se preocupa mucho del pelo porque le gustaría tenerlo, y el ateo no piensa en otra cosa que en arrancárselo de la cabeza jajajajaignition escribió:A muchos ateos les pasa lo que a los calvos: Cuanto menos pelo, más se preocupan de él. Ignition.
- Tontxu
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Siguiendo esta reflexión podríamos decir que, los calvos deberían carecer de preocupación por la falta de pelo, puesto que lo contrario sería padecer de complejo. Pienso que los que deberían estar más preocupados son los que aún teniendo buena pelambrera, tienen miedo a perderla. Ser calvo es un hecho, poder quedarse calvo es una fatalidad. Trasladado al ateo, sería más o menos lo mismo. Un ateo consecuente (sin complejos) es un hecho, por el contrario un creyente siempre puede presuponer que la fatalidad del ateismo le acecha. La preocupación del calvo por su pelo, es similar a lo que Vitriólico suele decir; “es lo mismo que hacerle una paja a un muerto”, una perdida de tiempo, lo mismo que escribirle cartas a Dios, aunque estas sean para criticarle. Espero que por lo menos no se piense que va a obtener respuesta. Saludos.Wilalgar escribió:Qué gran analogía, Ignition, aunque bien es cierto que el calvo se preocupa mucho del pelo porque le gustaría tenerlo, y el ateo no piensa en otra cosa que en arrancárselo de la cabeza jajajajaignition escribió:A muchos ateos les pasa lo que a los calvos: Cuanto menos pelo, más se preocupan de él. Ignition.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
- pablov63
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Tontxu, en nombre de todos los calvos de hecho del mundo, acabo de otorgarte un doctorado horonis causa automático en la flamante rama académica de filosofía capilar!
Saludos desde Perú,
Pablov63
"Todos los creyentes se parecen, pero los ateos lo son cada cual a su manera", Tolstoi en mi imaginación
Pablov63
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
¿Vitriólico dijo que hacerle una paja a un m uerto es una pérdida de tiempo? Pues está equivocado; siempre se puede aprovechar para encender candela. Ignition.
- Tontxu
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Vitriólico, sólo dijo "lo mismo que hacerle una paja a un muerto". Tras el entrecomillado me he permitido la licencia del añadido; "una pérdida de tiempo". Saludos.ignition escribió:¿Vitriólico dijo que hacerle una paja a un m uerto es una pérdida de tiempo? Pues está equivocado; siempre se puede aprovechar para encender candela. Ignition.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
- Tontxu
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Que conste; solamente he querido ser solidario y de paso curarme en salud.pablov63 escribió:Tontxu, en nombre de todos los calvos de hecho del mundo, acabo de otorgarte un doctorado horonis causa automático en la flamante rama académica de filosofía capilar!
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Dejémoslo en que es "poco productivo".Tontxu escribió:Vitriólico, sólo dijo "lo mismo que hacerle una paja a un muerto". Tras el entrecomillado me he permitido la licencia del añadido; "una pérdida de tiempo". Saludos.ignition escribió:¿Vitriólico dijo que hacerle una paja a un m uerto es una pérdida de tiempo? Pues está equivocado; siempre se puede aprovechar para encender candela. Ignition.
Si pretendes razonar sobre religión con un creyente piensa que, si pudiera razonar sobre ello, ... ¡no sería creyente!
"La primera vez que alguien te engaña, es culpa suya. La segunda, tuya.". (Proverbio árabe).
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- Tontxu
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Re: carta de un ateo para un posible Dios
Yo se lo preguntaría al muerto. ¿Qué prefieres una paja o el desfibrilador?, veremos lo que contesta. Se admiten apuestas.Vitriólico escribió:Dejémoslo en que es "poco productivo".Tontxu escribió:Vitriólico, sólo dijo "lo mismo que hacerle una paja a un muerto". Tras el entrecomillado me he permitido la licencia del añadido; "una pérdida de tiempo". Saludos.ignition escribió:¿Vitriólico dijo que hacerle una paja a un m uerto es una pérdida de tiempo? Pues está equivocado; siempre se puede aprovechar para encender candela. Ignition.
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