Las respuestas de Villarejo acerca del caso, su visión como jurista de la corrección de Garzon durante el proceso, y su opinión sobre la actitud de los jueces, influida por una preocupante actitud de prudencia a la hora de ejercer su labor con independencia. Las respuestas de Villarejo a los internautas de ayer, QUE TAMBIÉN HAY QUE LEER:Los internautas preguntan a Carlos Jiménez Villarejo
Entrevista digital de ayer
¿Han sido los procedimientos de Garzón discutibles, en los casos que se le imputan? (en estos argumentos se apoya la derecha)
Creo sinceramente, desde mi experiencia como fiscal durante 43 años, que los procedimientos instruidos por el juez Garzón que han motivado las querellas interpuestas contra él han sido procedimientos plenamente ajustados a derecho y por tanto con sumisión a las leyes vigentes, que es lo que se exige a un juez. Pero, eso sí, la sumisión a la ley obliga a todo juez a contemplar además de la ley vigente en España, los Tratados Internacionales ratificados por España sobre los crímenes contra la humanidad, que son también parte del ordenamiento jurídico español. Esto es lo que ha hecho el juez Garzón en el procedimiento contra el franquismo y, en particular, por las 114.266 desapariciones forzadas producidas durante la guerra civil y la dictadura cuyo paradero aún se desconoce.
Si tan solo una parte de lo que dice Villarejo, ex Fiscal anticorrupción, es cierta, la pregunta que hay que hacerse no es si un juez tiene derecho a "saltarse la ley" por una buena causa (nadie aquí ha dicho esto), sino si los jueces en España no estarán en su mayoría actuando más para su propia carrera y la de sus casposos jefes de dentro y fuera de la adjudicatura, haciendo un uso retorcido de las leyes para impedir que la justicia avance, y esto en beneficio de quienes no tienen interés en que se haga justicia. Basta ver los casos Camps y Fabra, por no remover mucho las neuronas de la memoria.En general, ¿hay apoyo a Garzón en el mundo judicial?
Creo que entre los jueces y magistrados y entre los propios fiscales no hay la respuesta amplia y contundente que tenía que haber ante el atropello judicial que está sufriendo el juez Garzón. La prueba es que salvo algunos comunicados de las asociaciones Jueces para la Democracia y la Unión Progresista de Fiscales y un comunicado firmado sólo por 66 jueces y fiscales, algunos ya jubilados, el mundo judicial mantiene un mutismo preocupante que expresa miedo y una actitud reverencial hacia sus superiores y por supuesto al Tribunal Supremo absolutamente incompatible con lo que debiera ser la actitud libre e independiente de un juez en un sistema democrático. Está creándose una cultura judicial autoritaria que, en algunos aspectos y con las debidas matizaciones, recuerda la posición de los jueces ante la dictadura.
Recordemos que en la época en que Garzón investigó a Pinochet, Fungairiño y Aznar hicieron un frente común para intentar por todos los medios evitar que Garzón prosperase en su empeño de detener al asesino en Londres.
Está claro quien trabaja por la prosperidad de nuestro país y quien no solo no lo hace sino que procura por todos los medios que no se haga. Y una buena parte está en los juzgados.