Jorge Russell escribió:Es indiscutible que las personas que deciden no tener hijos, están ejerciendo su real derecho a determinarlo así. Respeto por tanto este planteamiento y puedo comprender algunos de los motivos que argumentan quienes han resuelto tomar dicha opción. Puede ser que no le gusten los niños o que no desean asumir esa responsabilidad o cualquier otro motivo particular que justifique plenamente esa postura.
En lo que no estoy para nada de acuerdo, es en la recurrida argumentación del tipo “en el mundo ya hay demasiados niños que sufren o mueren de hambre como para seguir trayendo más…” Esta argumentación no es justa con la mayoría de las personas que sí quieren tener hijos, porque conjetura que éstas serían irresponsables al decidir tenerlos, a pesar de que en el mundo hay niños que sufren hambre. Claramente esto no es así. Las personas que optan por ser padres, lo hacen con la intención de brindarles a sus hijos todo el bienestar posible y de paso, realizarse ellos como progenitores, aspiración bastante común, ceo yo.
Felicidades por tu sexto nieto, Jorge. Lejos de mi ánimo recriminar a nadie sus propias decisiones de paternidad.
Pero la realidad es que la enorme mayoría de las personas tienen hijos por pura inercia al considerar que es algo no solo deseable para la propia realización personal, sino inevitable, sin pararse a pensarlo.
En muchos casos además, uno de los miembros de la pareja quiere tener niños y el otro no. Y este último suele ser mirado como un bicho raro.
La sociedad no ha comprendido aún que ser padre/madre es un acto de responsabilidad. Igual que no serlo.
Y desde luego no acepta que una mujer no quiera ser madre porque está tan implantada la idea de que sin hijos una mujer no está completa que da vergüenza.
En cuanto al argumento de que somos demasiados, qué quieres que te diga... es una realidad, y en mi caso fue un importante factor de decisión. Como en todo, una sola persona decidiendo así es irrelevante, pero tal vez dentro de unos años esta forma de ver las cosas no será tan extraña. O habrá que imponer cupos, como ya se hizo en China.
La única razón para seguir procreando a discreción ahora es que medio mundo está enfrentado al otro medio, y la única arma de los desamparados de varias clases (hambre, guerra, pobreza en el primer mundo) es traer hijos para no desaparecer en una generación o no quedar desamparados en la vejez, y además en el mundo occidental se necesita renovar la población. Vamos contracorriente por no ser capaces de organizarnos como especie, en beneficio de la especie. Aún pensamos sólo casi como tribu.