Bienvenido a la comunidad de ateísmo más grande (más de 3000 miembros) y antigua (desde 1998) de la Internet en lengua española. Bienvenido al club de los que han decidido ser libres y tomarse la vida (y la muerte) con decisión y racionalidad.
Ésta es la Sección General, un lugar público en donde los ateos, agnósticos y creyentes nos reunimos, hablamos sobre ateísmo, religiones, dioses y temas directamente relacionados, en plena libertad de opinión. Para tratar otros temas distintos, por favor acude a El Café Ateo.
Producto del terremoto del 27 de febrero, se cambiaron las dependencias del lugar donde trabajo, un call center de un banco de origen español. Primero a una ubicación provisoria y luego a la definitiva, donde estamos desde hace dos meses.
Hoy fue un sacerdote a realizar una bendición de nuestras instalaciones. Ni idea de quien organizó todo el asunto, pero da igual. Lo que me molestó no fue el acto en sí, sino que cuando éste iba a dar inicio, pasaron por mi puesto tres superiores (dos directos de mi área y una de otra sección) y sin siquiera consultarme si yo deseaba adherir a la ceremonia en cuestión, me dieron orden de dejar de estar en estado "Disponible" en el PC, para participar en la ceremonia. Ante las tres solicitudes, hice presente mi rechazo y continué trabajando. Recién al constatar mi oposición, preguntaban "¿no va a participar?" y mi respuesta en las tres ocasiones fue un rotundo no.
Mis colegas, las que se sientan a mi inmediata izquierda y derecha, me preguntaron la razón de mi negativa. Sin dudarlo les dije "porque soy ateo". Y como en tantas otras veces, comenzaron a hacerme preguntas, pero con afán de curiosidad mas no de cuestionamiento. En ese sentido, me sentí a gusto dando respuestas a sus inquietudes.
Momentos después de que el charlatán finalizó su ritual anacrónico, una de mis colegas pasó puesto por puesto dejando una cartulinas rectangulares amarillas que tenían unas frases de bendición y unos dibujos ad-hoc. Al rato, se lo devolví. Cuando me preguntó por qué lo hacía, le dije "porque soy ateo, anticlerical y laicista". Ella me dijo que de todas maneras debía dejar la bendición, porque era para el puesto. Yo de inmediato me puse a la defensiva diciéndole que no sería así mientras yo estuviese en ése puesto. Ahí me dí cuenta que ella no estaba hablando en serio y le dije en tono de broma "¿para que me provocas? ¿no ves que engancho de inmediato?". Nos sonreímos, di media vuelta y volví al trabajo.
Al rato, otra colega (la de más manifiesta vocación creyente y cristiana) también comenzó a dejar las susodichas bendiciones puesto por puesto. Y cuando estaba a punto de dejar la que me correspondía, le dije sin titubear "no, gracias". En el acto cesó su intento y continuó con los demás.
Me molestó sobremanera la actitud impositiva de todo el asunto, el dar por hecho que todos, sin excepción, adhieren a una religión o que estarían de acuerdo con hacer una bendición del lugar de trabajo. Bien podrían haberme preguntado si deseaba participar y dependiendo de la respuesta, darme la instrucción a seguir. Supongo que la culpa es mía por no hacer más evidente mi ateísmo desde tiempo atrás. Es que no soy de andar proclamando a viva voz "soy ateo", a menos que se me pregunte al respecto o las circunstancias, como las que me sucedieron hoy, ameriten que haga expresa mi descreencia.
Por lo menos, estoy seguro que de ahora en más ya sabrán a qué atenerse conmigo sobre este tipo de asuntos. Saludos.
Nuestros antepasados, los creyentes - SWAMI -
Las religiones son muletas para gente sana, a la que le han hecho creer que es coja - pablov63 -
Bueno ... por razones que no vienen al caso, tuve que asistir "obligadamente" a una boda religiosa de testigo. Y me presenté correctísimamente vestido ... pero con una ostentosa ristra de ajos al cuello -por si se me aparecía alguien-.
Los amigos lo recuerdan frecuentemente, cada vez que se habla de algo relacionado con una iglesia.
(Y no pasó nada, los ajos me protegieron perfectamente).
Si pretendes razonar sobre religión con un creyente piensa que, si pudiera razonar sobre ello, ... ¡no sería creyente!
"La primera vez que alguien te engaña, es culpa suya. La segunda, tuya.".(Proverbio árabe).
Seguro te habrán ojeado con una mirada despótica. La primera reacción de los creyentes ante un obstáculo en su evangelización, primero es un poco de ira ("este no está aceptando mi bendición, la bendición de Dios!"), luego una sonrisita imperceptiblemente sarcástica ("pobrecito, no sabe lo que hace") y después una mirada piadosa y cálida ("mirá como reaccionó ante la adversidad, con serenidad como me enseño Dios") con el objetivo de dar a notar que, como es creyente, es una persona respetuosa y con principios. Todo esto se descifra por los gestos que hacen en cuestión de segundos.
Te miraron con una mirada extraña cuando dijiste que eras ateo? Sucede que nadie dice eso en vos alta..
"Mírate a ti mismo!" Pero si esto es imposible! No quieras que me juzgue a tu manera, siempre tejiendo, siempre tejiendo asquerosa araña! Qué? Cómo? Quedaste atrapado en tu propia red? Que Dios te ayude!
Vitriólico escribió:Bueno ... por razones que no vienen al caso, tuve que asistir "obligadamente" a una boda religiosa de testigo. Y me presenté correctísimamente vestido ... pero con una ostentosa ristra de ajos al cuello -por si se me aparecía alguien-.
Los amigos lo recuerdan frecuentemente, cada vez que se habla de algo relacionado con una iglesia.
(Y no pasó nada, los ajos me protegieron perfectamente).
No se como es que tienes que ir "obligadamente" a "eso", pero desde luego lo de la ristra de ajos es una buena idea para estos casos de necesidad. Tal vez un colgante con el símbolo ateo abría ayudado también.
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"Argumentar con una persona que ha
renunciado a la lógica, es como dar
medicina a un hombre muerto".
— Thomas Paine
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Blacksabbath escribió: Seguro te habrán ojeado con una mirada despótica. La primera reacción de los creyentes ante un obstáculo en su evangelización, primero es un poco de ira ("este no está aceptando mi bendición, la bendición de Dios!"), luego una sonrisita imperceptiblemente sarcástica ("pobrecito, no sabe lo que hace") y después una mirada piadosa y cálida ("mirá como reaccionó ante la adversidad, con serenidad como me enseño Dios") con el objetivo de dar a notar que, como es creyente, es una persona respetuosa y con principios. Todo esto se descifra por los gestos que hacen en cuestión de segundos.
Te miraron con una mirada extraña cuando dijiste que eras ateo? Sucede que nadie dice eso en vos alta..
¿¿A mí??. Ni hablar. Me conocen.
Si pretendes razonar sobre religión con un creyente piensa que, si pudiera razonar sobre ello, ... ¡no sería creyente!
"La primera vez que alguien te engaña, es culpa suya. La segunda, tuya.".(Proverbio árabe).
Me ocurrió algo similar cuando estuve trabajando en una empresa formalita y un buen compañero nos dio la triste noticia de que a su madre le habían diagnosticado cáncer y que comenzaría pronto un tratamiento de quimioterapia. A alguien se le ocurrió organizar una "ceremonia de oración" para "ayudar a la quimio", lo que fue bien recibido por los jefes. Entonces todos fuimos citados a la sala de reuniones para orar por la madre de nuestro compañero, cosa de diez minutos. Yo expliqué que no iría pues no tenía creencias "de tipo religioso"
Por supuesto, otro compañero me dijo que por más que fuera ateo "no perdía nada" participando del ritual, pero expliqué que no pensaba así. Con todo, luego fui donde el amigo con la madre enferma y le dije que por supuesto deseaba que su madre respondiera al tratamiento y se pusiera bien, pero que ese deseo no lo podía expresar en forma de oración pues era ateo. Este amigo comprendió muy bien (mejor que el otro) a qué me refería y no hubo resentimientos ni nada por el estilo.
Saludos desde Perú,
Pablov63
"Todos los creyentes se parecen, pero los ateos lo son cada cual a su manera", Tolstoi en mi imaginación
Me ocurrió algo similar cuando estuve trabajando en una empresa formalita y un buen compañero nos dio la triste noticia de que a su madre le habían diagnosticado cáncer y que comenzaría pronto un tratamiento de quimioterapia. A alguien se le ocurrió organizar una "ceremonia de oración" para "ayudar a la quimio", lo que fue bien recibido por los jefes. Entonces todos fuimos citados a la sala de reuniones para orar por la madre de nuestro compañero, cosa de diez minutos. Yo expliqué que no iría pues no tenía creencias "de tipo religioso"
Por supuesto, otro compañero me dijo que por más que fuera ateo "no perdía nada" participando del ritual, pero expliqué que no pensaba así. Con todo, luego fui donde el amigo con la madre enferma y le dije que por supuesto deseaba que su madre respondiera al tratamiento y se pusiera bien, pero que ese deseo no lo podía expresar en forma de oración pues era ateo. Este amigo comprendió muy bien (mejor que el otro) a qué me refería y no hubo resentimientos ni nada por el estilo.
¿Y presentarte en la ceremonia con una gallina?. La degüellas allí mismo con un hacha y se la ofreces a Moloch-Baal. Y cuando te interpelen, comparas con lo que ellos hacen. Si el caso es creer ...
Si pretendes razonar sobre religión con un creyente piensa que, si pudiera razonar sobre ello, ... ¡no sería creyente!
"La primera vez que alguien te engaña, es culpa suya. La segunda, tuya.".(Proverbio árabe).
Vitriólico escribió:¿Y presentarte en la ceremonia con una gallina?. La degüellas allí mismo con un hacha y se la ofreces a Moloch-Baal. Y cuando te interpelen, comparas con lo que ellos hacen. Si el caso es creer ...
Buena idea, mal momento. ¿Serviría también el sacrificio de una araña?
Saludos desde Perú,
Pablov63
"Todos los creyentes se parecen, pero los ateos lo son cada cual a su manera", Tolstoi en mi imaginación
Yo probaría a rociar a nuestra vitriólica Araña con agua (no hace falta que sea bendita, no hay que ser morbosos)
Provocará la admiración de propios y extraños, y sea cual sea la ceremonia que se está celebrando, todos acudirán a ver el espectáculo, intrigados y pletóricos de alegría ante este inesperado y simpático cambio de rutina.
Los ateos, por vivir en un mundo de creyentes, continuamente nos debemos enfrentar situaciones en las que se nos toma como creyentes, y enfrentar las criticas y la falsa compación de otros, al decir que somos ateos. Yo trato de convivir con creyentes todo el tiempo, hasta ahora no he enfrentado a mayor contrariedad.
Trabajo en una escuela de idiomas, y recibimos un grupo de seminaristas católicos estadounidenses para un curso de ocho semanas en inmersion total (ojala fuera en agua). Al finalizar la ceremonia de clausura, con la entrega de diplomas, una de las maestras de mayor edad le comentó a uno de los dos sacerdotes ya ordenados que si les "podía cumplir un favor que le habían comentado antes..." Se me ocurrió ilusamente que era de índole sexual, y ya estaba por decir un "no, gracias, pero prefiero a las otras alumnas para tales menesteres", pero sin aviso ni nada se levantaron, hicieron la señal de la cruz, y procedieron a bendecir al edificio, al curso, al material, las plantas, los mosquitos que nos devoraban, sol que nos aplastaba al mediodía y a nosotros, los maestros. Sólo tuve tiempo de poner cara de y callarme, pues clientes son clientes. Después le dije a un compañero que tenía la misma cara que yo: "¿y eso?". No nos quedó más que levantar los hombros y volver al trabajo
Viajero_invernal escribió:Trabajo en una escuela de idiomas, y recibimos un grupo de seminaristas católicos estadounidenses para un curso de ocho semanas en inmersion total (ojala fuera en agua).
Seguro te habrán ojeado con una mirada despótica. La primera reacción de los creyentes ante un obstáculo en su evangelización, primero es un poco de ira ("este no está aceptando mi bendición, la bendición de Dios!"), luego una sonrisita imperceptiblemente sarcástica ("pobrecito, no sabe lo que hace") y después una mirada piadosa y cálida ("mirá como reaccionó ante la adversidad, con serenidad como me enseño Dios") con el objetivo de dar a notar que, como es creyente, es una persona respetuosa y con principios. Todo esto se descifra por los gestos que hacen en cuestión de segundos. 
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y callarme, pues clientes son clientes. Después le dije a un compañero que tenía la misma cara que yo: "¿y eso?". No nos quedó más que levantar los hombros y volver al trabajo 
