Uraniburg escribió:Skarface escribió:Si yo quiero tener un hijo, y mi mujer quiere abortar, ella va a tener mas derecho que yo?
Desde cuando las mujeres deciden sobre la vida de una persona, en este caso, 2: el bebé y su padre?
Será que las feministas me han comido el coco pero yo creo exactamente eso, que una mujer tiene derecho a hacer con su cuerpo y su futuro lo que le venga en gana, y nosotros no tenemos nada que decir hasta que el niño nazca y punto.
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En esto no estoy en parte de acuerdo. Esto es siempre omitir el problema anterior que si se hubiera solucionado no llegariamos a este punto. En una relación de pareja estable estas cosas deberían estar muy claras. El el querer tener hijos o no y cuando tenerlos, estas decisiones, no se deberían dejar al azar o al accidente inoportuno. Si esto estuviera ya claro, la decisión de abortar debería ser de la pareja y no dejar toda la carga a la mujer, nosotros, los hombres, somos coparticipes , tener hijos no es cosa de mujeres es un asunto de ambos y omitir esto es indicio de que en la relación hay algo que no funciona bien. Claro que estoy de acuerdo que nadie me puede obligar a tener un hijo si no lo quiero pero en una relación de pareja debería haber un consenso y no una imposición.
Saludos.
La situación idílica que planteas, es por descontado una opinión marcada por (supongo) la subjetividad o bien por tu propia experiencia. El consenso, sólo se necesita para llegar a acuerdos, unos rebajan sus posiciones y el contrario hace lo propio y hete aquí que puede surgir el acuerdo en la divergencia. Esto está perfecto para hacer política y negociar convenios, pero no creo que sirva de mucho para acordar por consenso el que una mujer tenga un hijo o no lo tenga. Ya que, en la mayoría de las ocasiones, ni siquiera la pareja es totalmente libre para decidir, puesto que sabrás que hay muchos más factores que intervienen en el asunto. Conozco pocos hombres que decidan cuando quieren tener un hijo, estos por lo general (no todos) somos más bien pasivos ante la necesidad paternal. Si la compañera desea tener un bebé lo habitual es que digamos ¡vale!, pero a la inversa casi nunca se da. Es evidente que en el primer ejemplo, tener un hijo deseado (al menos por la fémina) no constituirá ningún problema. Ella lo ha decido y si no aceptas, puede ser que otro si acepte, en base a que la fémina está ejerciendo su derecho a ser madre. ¿Qué hace el hombre en este caso?, nada. Bueno también podría obligarla a abortar, ¿sería lícito?, supongo que no.
Las parejas se unen, no siempre por decisiones tomadas en igualdad, siendo normalmente es la fémina la que sufre la discriminación, de ahí que el consenso es más bien cuasi una imposición o un eufemismo. Todo el mundo sabe que para tener un bebé es imperativo la participación de dos (ahora, ni siquiera eso), pero participar no necesariamente conlleva a la coparticipación, salvo lo que dura… dura. Por lo demás, si todo el mundo está feliz y somos tan amables se supone que el aborto no será necesario, al final serán felices y comerán perdices. Todo el problema resuelto, por lo que significará que cuando una mujer quiere abortar es porque no desea gestar un bebé no deseado ¿es lícito obligarla?, aunque el marido crea que ella es muy feliz. Sería en esta situación donde habría que llegar al consenso, pero como no se puede tener medio bebé, el consenso técnicamente es un imposible, por lo que se impone que el compañero entienda las razones por la que ella pretende abortar, porque de lo contrario, se acabo lo que se daba. Querer un bebé puede ser maravilloso, pero nunca a costa de la libertad de la gestante. Ni consensos, ni gaitas, sino respeto, igualdad, comprensión y mucho sentido común.
Dices,
“tener hijos no es cosa de mujeres es un asunto de ambos y omitir esto es indicio de que en la relación hay algo que no funciona bien”, claro… es que se está hablando de obligar a la mujer a tener un hijo no deseado y supongo que en el matrimonio feliz que has planteado, si ella no desea, por lo visto y, como no es asunto sólo de ella entonces la pareja no funciona, así por decreto. El marido se siente agraviado y el matrimonio (o lo que sea) se rompe. Él quiere ser copartícipe, pero ella no, los sentimientos heridos afloran y ella a tragar, porque si no traga es que esto no funciona. Divorcio a la vista, mi mujer no quiere tener un hijo “mío”. ¡Viva el consenso!.