He dedicado mucho tiempo a comerme la cabeza, intentando evaluar el por qué la gente sigue a las organizaciones religiosas cuando objetivamente les hace más mal que bien.
Os voy a contar una pequeña historia. Con la temprana edad de 23 años, cuando todavía no me había decidido por el ateísmo pero hacía tiempo rechazaba las corrientes religiosas oficiales y tendía al agnosticismo, tenía un amigo con el que de vez en cuando criticaba a la ICAR. Un buen día al salir del trabajo, me comentó que si me apetecía que le acompañara a una reunión con unos amigos. Sabía que se movía en circulos evangelistas y me olía de que iba el tema, pero el chaval es un tío majísimo y agradable, así que pensé "no puede ser tan malo, por ver lo que me cuentan no pierdo nada", así que lo acompañé a la enigmática reunión.
Todos los participantes eramos chavales jóvenes, incluido el moderador. La reunión estaba ideada como una terapia de grupo. Nos sentamos en circulo, cada uno era libre de decir lo que pensaba, y todos hablaban por turnos cuando se les pasaba un báculo. Habían unos 7 u 8 adeptos y 3 o 4 proyectos de adeptos en el grupo como supe más adelante, aunque en un principio no se sabía abiertamente. El principio era contar la experiencia personal de cada uno en cuanto a la religión para generar confianza entre nosotros. El flujo de la reunión empezó con nuestros desacuerdos con la ICAR, y los adeptos sacaban la conclusión de que la estructuración, servilismo hacia la ICAR y sistematización de los ritos eran absurdos y que los católicos no disfrutaban la fe, mas bien la sufrían . Hasta ahi mas o menos bien. Luego continuaron con los extras que la ICAR añade a la biblia (catecismo, etc) y exponían que no eran necesarios, que todo lo necesario estaba en la biblia . Ahi ya empezaba a mosquearme. Luego siguieron con que la biblia tiene la verdad absoluta, que todo lo que decía la biblia era verdad . Ahi ya estaba bastante incómodo. Luego los adeptos empezaron a contar experiencias personales acerca de la fe y como les había cambiado la vida, incluyendo milagrosas curaciones de cáncer . Ya no sabía si reir o llorar.
Terminó por una ronda de báculo entre los proyectos de adeptos en la que el moderador de la reunión nos preguntaba si queríamos abrazar y experimentar esa fe reveladora y placentera. Por suerte era el último y miraba a los demás proyectos diciendome "¿No irán a decir que sí? ", y la respuesta por desgracia para ellos era siempre que sí. Aunque la verdad que te pregunten eso y que la inmensa mayoría del grupo te esté mirando después de haberte expresado su total y ferviente convencimiento era una gran presión psicológica. Ya sabéis, psicología de masas. Menos mal que desde un principio sabía que todo era una estudiada manipulación.
Cuando llegó el báculo a mi mano, pensé seriamente en tirarlo al suelo y salir corriendo, pero hice acopio de valor y les dije muy amablemente que gracias por el ofrecimiento, pero no. Les expliqué que en muchos aspectos era afín a la moral cristiana, pero no creía en una verdad absoluta, que creía que todas las religiones podrían ser verdad por igual, que no tenía pruebas de que lo que aparecía en ese libro no fuera una invención y que, si de todas maneras no fuera una invención, cabía la posibilidad de que hubiera sido manipulado a conveniencia de algunos tras el paso de los siglos porque sólo era un libro en manos de los hombres (por entonces mi posición era bastante agnóstica). De repente la regla del báculo se rompió y los adeptos empezaron a indignarse con perlas del tipo "si hubieras visto lo que he visto yo no hablarías así" "estás ciego", y un largo etc. de expresiones chorras de religioso indignado, intentando demostrarme su ferviente convencimiento como argumento de que lo que decían era verdad. Me mantuve anclado en mi posición aguantando el temporal hasta que se cansaron y me dieron por perdido, pero eso si, tengo que decir que se despidieron de mi de una forma amistosa, amable y correcta. Parecía que no estaban acostumbrados a que alguien se les resistiera, y por muy sorprendente que parezca se notaba que estaban totalmente convencidos de lo que decían.
Por lo menos aprendí cosas nuevas de la peculiar experiencia. Me permitió comprender un poco mejor la mente de los adeptos de esta rama cristiana. Más adelante tuve un par de acercamientos más e intentonas no tan descaradas por parte de ellos para evangelizarme, y los calé un poco más todavía:
-Están obsesionados con la biblia y que todo lo que dice es verdad punto por punto, sin simbolismos.
-Creen a pies juntillas en el mito del cielo y en el infierno.
-Creen que el demonio es un ente real y activo que pulula por este mundo, y su único objetivo es convertirnos en malas personas, destruirnos y sembrar el caos.
-Creen en la curación milagrosa mediante la fe extrema.
-De todo lo anterior tienen testimonios reales. Por supuesto no demostrables.
Todo esto me hizo reflexionar en la razón por la cual los creyentes se sienten atraídos por los manuales para enfrentarse a la vida que les ofrecen la distintas religiones a las que se adhieren (catecismos, biblias, reglas morales, etc.) . Creo que los creyentes se sienten abrumados por la tremenda libertad que supone el pensar que en realidad no hayan reglas universales para enfrentarse a la vida, y no tienen la suficiente fuerza de voluntad para forjarse las suyas propias, cogiendo el camino fácil y asumiendo las que alguna de las religiones les ofrece y, que casualidad, una de esas reglas siempre es que todas esas reglas son una absoluta verdad. Así palían la ansiedad que les causa la incertidumbre de no saber que escoger, y eso les genera una dependencia psicológica a esa fe, porque alejarse de ella les da angustia, y ésto les hace reafirmarse más en sus creencias, viéndose atrapados en un círculo vicioso, y defendiendo su fe cual yonki con su dosis.
El tema del ansia por convencer a los demás creo que responde a la necesidad de sentir que llevan razón, y subconscientemente que más personas piensen lo mismo que tú te da una sensación de falsa verdad en tus afirmaciones, y aunque sea una falacia, de alguna manera parece que estamos programados para sentirlo así . Está claro que no somos perfectos
¿Estáis de acuerdo con mis conclusiones? Por favor, rebatid lo que queráis, y apuntad lo que sea que veáis que se me haya escapado.
Saludos!!
La necesidad del creyente de un libro de instrucciones
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"El ser humano no es un animal racional, tan solo es capaz de razonar" Jonathan Swift
Jesús no murió por ti, fueron las estrellas: http://www.youtube.com/watch?v=Ne9pVmG7n8Q
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Re: La necesidad del creyente de un libro de instrucciones
Yo opino que la creencia esta arraigada en nuestro cerebro y hay que partir de ese hecho. Cuanta menos formación plural tengamos y menos criterio de analisis tengamos de esa formación más propensos somos en tener supersticiones y en creer en cosas extrañas y sobrenaturales ya que nos predisponen a sacar conclusiones de hechos que no tienen ninguna correlación o que ni siquiera tienen significado real. la sociedad en la que vivimos si no es crítica con sigo misma nos adotrinara en una forma de pensar bastante sesgada. Las religiones usan este adotrinamiento parcial ya desde que somos pequeños (nos alienan) y nos meten ideas de como tenemos que ser, como tenemos que pensar y como debemos actuar de manera parecida a la descrita por A. Huxley en su "Un mundo feliz" , te machacan potenciando tus miedos para luego darte soluciones. ES como dices, te programan o de una manera más descriptiva te lavan el cerebro para que todo lo demas te produzca angustía y sólo encuentres sosiego en sus creencias. Dawkins puso un ejemplo de lo arraigado que puede estar unacreencia, puso a un amigo suyo científico que en un momento dado tuvo que poner en tela de juicio sus conocimientos científicos y su creencia ... al final se quedo con sus creencias. Si alguién con estudios altos es capaz de suspender el juicio de la razón, de todo lo que ha estudiado por unas creencias es porque esa alienación es muy grave.
En la parte que dices :
El problema del creyente es que sus creencias las tienen que compaginar con el mundo real, y esto es duro. Es como salir de una burbuja donde estas protegido de todo y de repente tienes hechos y personas que chocan con tus creencias, y la solución (alienada) es que vuelvas a las escrituras, a esa verdad vírica infantil, que ha eliminado toda fuerza de voluntad o de respuesta ya que tan arraigado que eso que experimentas fuera de tal religión es malo. Tal como dices son drogaditos de sus miedos y deseos manipulados por la religión de turno.Todo esto me hizo reflexionar en la razón por la cual los creyentes se sienten atraídos por los manuales para enfrentarse a la vida que les ofrecen la distintas religiones a las que se adhieren (catecismos, biblias, reglas morales, etc.) . Creo que los creyentes se sienten abrumados por la tremenda libertad que supone el pensar que en realidad no hayan reglas universales para enfrentarse a la vida, y no tienen la suficiente fuerza de voluntad para forjarse las suyas propias, cogiendo el camino fácil y asumiendo las que alguna de las religiones les ofrece y, que casualidad, una de esas reglas siempre es que todas esas reglas son una absoluta verdad. Así palían la ansiedad que les causa la incertidumbre de no saber que escoger, y eso les genera una dependencia psicológica a esa fe, porque alejarse de ella les da angustia, y ésto les hace reafirmarse más en sus creencias, viéndose atrapados en un círculo vicioso, y defendiendo su fe cual yonki con su dosis.
En la parte que dices :
Tienes razón muchas veces nos dejamos llevar por nuestro ego, y en lugar de exponer nuestra opinión, parece que tengamos esa necesidad de que nos de la razón y también pecamos a veces de proselitismo incosciente; o puede pasar lo contrario, que cuando alguién está exponiendo su opinión parezca que nos quiera quitar la razón. Al ego este hay que tenerlo controlado Es un tema interesante porque el exceso en defensa de nuestras ideas podemos pecar de lo anterior facilmente.El tema del ansia por convencer a los demás creo que responde a la necesidad de sentir que llevan razón, y subconscientemente que más personas piensen lo mismo que tú te da una sensación de falsa verdad en tus afirmaciones, y aunque sea una falacia, de alguna manera parece que estamos programados para sentirlo así . Está claro que no somos perfectos
Re: La necesidad del creyente de un libro de instrucciones
Eso debieron pensar el otro día los que lincharon en Pakistan a dos hermanos de 15 y 17 años que habían salido a jugar al cricket y los confundieron con ladrones por las bolsas "son ladrones" y como todos pensamos los mismo, pues vamos a lincharlos sin juicio y sin mirar dentro de las bolsas.JohnyFK escribió:El tema del ansia por convencer a los demás creo que responde a la necesidad de sentir que llevan razón, y subconscientemente que más personas piensen lo mismo que tú te da una sensación de falsa verdad en tus afirmaciones, y aunque sea una falacia, de alguna manera parece que estamos programados para sentirlo así
Peligroso sentimiento este de reafirmación de ideas, "la razón de la chusma" que ya vemos para que sirve...
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"Argumentar con una persona que ha
renunciado a la lógica, es como dar
medicina a un hombre muerto".
— Thomas Paine
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- Wilalgar
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Re: La necesidad del creyente de un libro de instrucciones
Bonito intento de lavado cerebral por presión xD
Es posible que sea como dices, que por término medio el ser humano sea tan vago que no tiene ganas de pensar y deja que otros lo hagan por él. La verdad es que resulta muy cómodo, no tienes que gastar tiempo en desarrollar ideas tú mismo y así puedes dedicarlo a otras cosas, como embobarte viendo el fútbol. Además, así no te hace falta leer y aprender cosas, que parece que cuesta.
Y lo de la necesidad de convencer a los demás que uno tiene razón es algo inherente al humano, que sale en automático y solo el razonamiento sobre la inutilidad del acto consigue detenerlo...
Pero bueno, como nosotros somos menos... seguramente estemos equivocados (XD)
Es posible que sea como dices, que por término medio el ser humano sea tan vago que no tiene ganas de pensar y deja que otros lo hagan por él. La verdad es que resulta muy cómodo, no tienes que gastar tiempo en desarrollar ideas tú mismo y así puedes dedicarlo a otras cosas, como embobarte viendo el fútbol. Además, así no te hace falta leer y aprender cosas, que parece que cuesta.
Y lo de la necesidad de convencer a los demás que uno tiene razón es algo inherente al humano, que sale en automático y solo el razonamiento sobre la inutilidad del acto consigue detenerlo...
Pero bueno, como nosotros somos menos... seguramente estemos equivocados (XD)