Lo de la "superioridad moral" me parece que es una apreciación personal tuya infundada. Yo, por ejemplo, no la veo por ningún lado. En cualquier caso, lo de la pretendida "superioridad" del ateo sobre el creyente ya se debatió suficientemente no hace mucho.Pastranec escribió:Veo en muchos de los comentarios un tono de superioridad moral de los ateos que no me gusta nada. Esa misma superioridad moral creen tenerla los creyentes y yo no tolero que ellos me digan cómo tengo que educar a mis hijos, por eso no tolero que desde posiciones ateas les digamos a los creyentes cómo tienen que educar a sus hijos.
La cosa es más simple: el adoctrinamiento va contra la libertad de las personas, por definición. Y la libertad de la que se habla no es la tuya como padre, sino la de tu hijo. Libertad de la que tanto tú como el Estado sois co-responsables. Tú no puedes hacer lo que quieras -aunque lo hagas con la mejor de las voluntades- con tu hijo. Por ejemplo, tú no puedes no escolarizarle. ¿Te van a decir a ti cómo y dónde educar a tu hijo? Pues sí. (Eso mismo se preguntaba el kiosquero donde yo hace años compraba diariamente el periódico y que se negó a escolarizar al suyo durante años haciendo una visible campaña de protesta en su propio kiosco. Acabó escolarizándolo, después de pagar varias multas, perder varios juicios y estar a punto de ir a la cárcel. El Estado garantizó -demasiado lenta y malamente, porque el niño es un cenutrio asocial- sus derechos. Pero el kiosquero decía más o menos lo mismo que tú).
Ahora viene la segunda parte. ¿Por qué la religión supone necesariamente un adoctrinamiento?
Me parece evidente la respuesta en el caso de los dos vídeos que añadía a mi mensaje inicial.
En el caso habitual de un padre que lleva a su hijo a una catequesis -por poner un ejemplo QUE NO ESTÁ TAN LEJOS DE LOS DE LOS VÍDEOS-, en ella se le está inculcando falsedades y dependencias emocionales de las que muy probablemente no podrá librarse el resto de su vida y que, obviamente, atentan contra su libertad de elección.
Cuestión distinta es que tú le trasmitas tu manera personal de ver la política, por ejemplo, si lo haces en un contexto plural. Sin duda le condicionas, pero la religión va mucho más allá. Como iría mucho más allá si tú le adoctrinaras políticamente en Corea del Norte, pongo por caso. También sería inaceptable, ¿no?
No sé si te te das cuenta de que ese es exactamente el razonamiento de los defensores de la religión en la escuela (sea concertada o pública): el Estado tiene que garantizar "mi derecho" a inculcar a mi hijo los valores que yo considere oportunos sea cual sea mi nivel económico. Por tanto, debe ofrecerme la posibilidad de que reciba mi religión en la escuela, pública o concertada si no puedo acceder a la privada. Exactamente ese.Pastranec escribió:Ojo, estamos hablando de si los padres tienen derecho a inculcar a sus hijos una religión, de cómo han de educar los padres a sus hijos, no de cómo debe de ser la educación pública, eso es otra cosa. En la educación pública es la sociedad la que educa y transmite sus valores, y estos deben de ser laicos.
P.D. Entiéndase educación pública como la educación obligatoria de todos los niños impartida en las escuelas por profesionales, sean estas escuelas de titularidad pública, concertada o privada.
Y no se trata de que los que opinamos que la religión deba estar fuera de la escuela (tanto pública como privada) por no ser una disciplina "objetiva" nos consideremos superiores. Se trata de que la religión objetivamente no es un instrumento para entender la realidad -como pueda serlo la Geografía, la Lengua o las Matemáticas-, sino para distorsionarla con fantasías medievales sobre algo inexistente como es lo sobrenatural, con un propósito de sumisión. Y el que no piense así, que demuestre su veracidad previamente antes de cargarse la libertad de su hijo.
Como dije inicialmente, la frontera entre la inculcación de valores y el adoctrinamiento es a veces sutil. Pero el caso de la inculcación de la religión parece claro en aspectos como la existencia de seres irreales, de su presunto poder sobre el hombre, de la culpa, de la obediencia debida a ese "ser" y a la jerarquía que "lo interpreta", etc (sin mencionar cuestiones anticonstitucionales como la homofobia, la no igualdad hombre-mujer, etc). Otros pudieran ser discutibles -algunos de los morales-, pero no constituyen el núcleo de la religión, por mucho que lo pregonen los propios creyentes, y no son exclusivos suyos en absoluto.
Aunque la sociedad, efectivamente, no está madura para esto -y tu respuesta es un buen ejemplo de ello-, espero que llegue el día en que sí lo esté, al igual que ya no se discute que los niños no trabajen antes de una edad o que deban recibir una educación. Con esa esperanza estoy aquí. Y eso no tiene nada que ver con que los increyentes nos consideremos superiores ni con ningún tipo de estatalismo -que, por cierto, era lo que también recriminaban los padres cuando se impuso la educación obligatoria, por ejemplo-.
Un vitriólico saludo.