Iba a comentar lo del cardenal Cañizares, que nos dice que «estamos padeciendo una verdadera enfermedad en nuestra sociedad por la destrucción de la familia», esto lo dice por la sentencia que obliga a quitar los crucifijos de un colegio público, que por cierto la Partido Popular no le molesta que haya crucifijos en los colegios públicos, por boca del presidente de Castilla y León, y de su secretaria general, y va y salta monseñor Rouco arremetiendo contra la ley de Memoria histórica, como si quisieran ocultar que ellos tuvieron algo que ver. En palabras literales del señor Rouco: «pero siempre es necesario vigilar para evitar de raíz actitudes, palabras, estrategias y todo lo que pudiera dar pábulo a las confrontaciones que puedan acabar siendo violentas». Y la Iglesia promoviendo canonizaciones de represaliados de su bando. Hoy en día, quiero decir.
Y luego está lo del juez Fernando Ferrín Calamita, para el que hoy comienza el juicio contra él acusado de retrasar maliciosamente la adopción de una menor por una mujer lesbiana, y al que le pueden caer hasta 18 años de inhabilitación. A ver si es verdad.
Lo dicho, que no damos abasto para escandalizarnos de tanto despropósito.
Hace unas semanas oí en Radio Nacional, que la Iglesia católica era la institución peor valorada por los españoles (sólo tenemos peor concepto de los políticos, así en general). Debió ser sobre el 12 de octubre, porque la valoración de la Iglesia contrastaba con la del Ejército, que era de las instituciones mejor valoradas, y eso a pesar de que ambas fueron puntales del franquismo. Hay quien tiene capacidad para evolucionar y quien no.
La Iglesia española desatada
La Iglesia española desatada
Interroga mundum. Nulla vita sine scientia, nulla vita sine studium.
Carpe diem
Sapere aude
Carpe diem
Sapere aude