Presentación y relato...

Si eres un nuevo usuario, te recomendamos que, antes de nada, te presentes aquí para que te podamos dar amablemente la bienvenida. Coméntanos cómo llegaste a ser ateo, agnóstico o creyente (lo que corresponda) y tus ideas. Puedes ser breve o extenso, como prefieras... En cualquier caso, éste es un lugar acogedor, comprensivo y entrañable para todos, ateos o no.
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Jorge Russell
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Presentación y relato...

Mensaje sin leer por Jorge Russell »

Hola, estoy feliz de haberlos encontrado y de poder integrar esta comunidad con la cual me identifico plenamente.
A manera de presentación, adjunto un artículo de mi autoría que refleja mi pensamiento.

Bendito 20%
“Dios no existe, por ende, los milagros tampoco”… señala el texto del lienzo desplegado en el autobús que transporta a los jugadores del Real Madrid al estadio…
Esto lo vi a la pasada en una de las cadenas españolas de la televisión por cable. Como no entendí a qué se referían, busqué la información en Internet y pude saber que la curiosa reflexión perseguía amedrentar a los rivales deportivos del Real Madrid, valiéndose para ello de la polémica y del despliegue informativo que generó la campaña iniciada por la British Humanist Association en Gran Bretaña para difundir el pensamiento humanista.
En España, la Unión de Ateos y Librepensadores, imitando a sus pares británicos, inició a nivel nacional una campaña publicitaria consistente en la exhibición de vistosos rótulos insertos en las carrocerías de autobuses urbanos. El texto de dichos anuncios es el siguiente: “Probablemente Dios no Existe. Deja de preocuparte y vive la vida”
A partir del casual conocimiento de la información mencionada y del seguimiento que de ella he realizado, he experimentado una gran satisfacción personal al descubrir, tardíamente por cierto, que no estoy tan solo ni soy tan raro… a lo que a pensamiento filosófico se refiere.
A saber, crecí en un hermoso barrio de Santiago de Chile, a dos cuadras de la “Parroquia San Pedro” que en la década de los 50 era solo una pequeña capilla a cargo del padre Demetrio, un curita de los de antes. Junto a mis hermanos, primos y amigos jugábamos eternamente en la plaza aledaña a la parroquia, viviendo increíbles aventuras, muchas de ellas relacionadas con esa iglesia. Mi abuela, que vivía también en el barrio, era católica devota y amiga del Padre Demetrio, por lo que el curita tenía especial deferencia y cariño conmigo y con mis hermanos. Esto se traducía en ser el elegido para interpretar algún personaje integrante del Belén Viviente o para ser el portador de un pesado cirio en las procesiones que por entonces se realizaban.
A pesar de mis pocos años, esas vivencias no ejercían influencia “espiritual” en mi persona y las disfrutaba lo mismo que cualquier otra actividad recreativa. Luego vinieron las clases de catecismo que nos prepararían para recibir la Primera Comunión. Yo no entendía porqué mis amigos y primos experimentaban tan tremendo cambio en sus personalidades a consecuencia de dichas clases. Todo era pecado, ya no hablábamos de temas de “grandes”, no querían ir a robar membrillos de la arboleda del “Hogar Español” ni espiar por la cerradura de la puerta a las empleadas domésticas cuando estaban descansando en sus cuartos. Sólo hablaban de Dios, de que si eso o lo otro era pecado y que había que confesarse y hacer penitencias para volver a estar libre de culpa. Yo sentía verdadero pavor al imaginarme que, con la idea de ser “perdonado”, alguno de mis amigos o primos se fuera a ir de la lengua y le contase al Padre Demetrio una de nuestras “fechorías” pasadas. El temor, obviamente, no era por recibir el castigo divino, cosa que al parecer yo era el único en no creer posible, si no, porque al enterarse el Padre Demetrio, con seguridad se enterarían mi abuela y mi madre… y en ese castigo yo sí que creía. En fin, la consecuencia más importante de esas clases de catecismo fue que me enamoré perdidamente de la profesora que las impartía y debido a ello no falté a casi ninguna. Recuerdo que en el día anterior a nuestra Primera Comunión, había que confesarse y la obligación era mantenerse en ayunas y “libre” de todo pecado hasta el día siguiente para poder recibir la comunión. Mi mayor preocupación era no cometer en ese lapso ningún pecado que pudiese ser visto o descubierto, algo bastante difícil, según recuerdo, debido a que pocas cosas entretenidas no eran pecaminosas. Si pecaba, no podría comulgar y me perdería el delicioso desayuno con chocolate caliente y churros que nos esperaba después de la ceremonia y ése era mi verdadero interés en el asunto.
Después del gran acontecimiento religioso, la vida se tornó más aburrida que nunca ya que los amigos perdieron todo interés por las entretenciones mundanas y se lo pasaban metidos en la parroquia. Fue ahí donde empecé a darle importancia a Dios, debido a que estaba influyendo seriamente en mi vida. Mi reacción fue cuestionar su existencia, pero de forma privada. Por las noches antes de dormirme, un poco asustado, lo desafiaba a demostrarme que él estaba ahí y allá y en todos lados, como nos enseñó nuestra linda profesora. En esos años también se enseñaba la existencia del diablo y debo confesar que ese personaje me producía aún más interés. Saber si realmente existía era importante, ya que de ser así, sería más fácil justificar mis pecadillos porque hubiese sido este individuo el que me hacía caer en tentación. Desafortunadamente no tuve respuesta de ninguno de los dos lados y concluí tempranamente que, al igual que Santa Claus, ambos eran personajes de ficción y no tendría jamás la oportunidad de tenerlos frente a frente.
También aprendí rápidamente que a los adultos no les agradaba que un mocoso cuestionara la existencia de Dios, por lo que normalmente yo no provocaba la discusión del tema, pero si alguien lo hacía, aprovechaba para exponer mis conclusiones y mis puntos de vista. Casi siempre terminaba derrotado en la discusión ya que mis interlocutores adultos esgrimían profundos conocimientos de teología, filosofía o historia antigua, disciplinas lejanas a los intereses de mi edad. Para colmo, al poco tiempo Chile entró en un periodo político en el cual la religión tenía importancia fundamental. La Democracia Cristiana, apegada al clero y a la comunidad católica, se disputaba el poder con Salvador Allende, líder de la izquierda atea y marxista. No eran tiempos para cuestionar la existencia de Dios, porque automáticamente pasabas a ser un comunista recalcitrante y eso dañaba la imagen y los valores de tu familia y de su posición social. Así que calladito, más bonito… Como no pegaba ser de derechas y ateo, no discutí mucho sobre el tema en mi juventud, pero seguía firmemente con mis convicciones a pesar de no tener una base académica al respecto, solo contaba con mi lógica. Lo que más me molestaba en las esporádicas discusiones, era la aseveración irrestricta de mis contertulios referente a que “en el fondo yo sí creía en Dios, porque de otro modo no podría ser la persona más o menos buena que ellos veían en mí” y además adivinaban “que cuando yo estuviera en verdadero peligro o a punto de morir, no me quedaría más remedio que llamar a Dios” O sea, no se puede ser “bueno” sin creer en Dios y si le temes a la muerte, es porque crees en él. Dicho de otro modo, todos los que no creen en Dios son malos y los que no temen morir, son ateos. Siendo aún muy joven, salí de ese Chile en blanco y negro donde no se podía ser ateo si pertenecías a ciertos grupos social y/o político. Mi destino fue España y descubrí con cierta desilusión que en ese aspecto, los españoles de entonces (década de los 70) eran más extremistas que los chilenos. La Iglesia Católica era omnipotente y nadie discutía su doctrina, a menos que fueras un “rojo” mata curas. Franco y su familia, al igual que los miembros del gobierno, las autoridades políticas y militares y la sociedad en general, eran profundamente religiosos y cualquiera que se atreviese a poner en duda la existencia de Dios, se estaría metiendo en serios problemas. No iba a ser yo, un joven emigrante agradecido de la cariñosa y hospitalaria acogida que me brindaban esos decentes españoles, hoy queridos compatriotas, el que cuestionaría sus creencias, costumbres y tradiciones. Comprobé que sin la necesidad de “creer”, también podía disfrutar de las magníficas procesiones de Corpus Cristi por las calles de Las Palmas de Gran Canaria, del espectáculo del Botafumeiro en la catedral de Santiago de Compostela o de la Semana Santa en Sevilla. Después de vivir muchos años en España donde se criaron mis hijos, por cierto, con pleno conocimiento de mi forma de pensar respecto a las religiones, pero con la libertad absoluta para llegar a sus propias conclusiones, regresé a Chile y volví a encontrar ese rechazo generalizado a todo lo que huela a ateo o librepensador. Es más, había florecido una corriente deseosa de canonizar a todo personaje destacado en el ámbito religioso, por local que fuera, como una competencia a ver quien lograba más santos… y algo curioso, muchas amigas se apuntaban a cursos de teología católica con la intención de dedicarse a la enseñanza y a la difusión del catolicismo. Escuché historias asombrosas vividas por amigos y conocidos durante la visita del Papa Juan Pablo II a Chile, tales como asegurar que lo vieron levitar mientras oraba en una pequeña capilla o cómo se podía apreciar claramente una aureola brillante alrededor de su persona… No puedo separar la idea de religión igual a superstición y cuando personas que considero cultas e inteligentes demuestran una total subordinación y devoción respecto a la religión, me produce una sensación de falta de libertad intelectual en su persona. Por supuesto, no me creo más inteligente y mucho menos con más cultura o conocimientos que las personas religiosas o “creyentes”, pero me intriga el hecho que algo tan claro y simple como la tremenda improbabilidad de la existencia de dioses, seres superiores, divinidades, demonios, extraterrestres, fantasmas, etc., y dado el caudal de conocimientos e información científica existente en nuestros días, siga habiendo tantas personas que aceptan esas creencias sin cuestionarlas siquiera. Mi conclusión es que a las personas les gusta creer y fuerzan algo que debería ser un sentimiento, creer o no creer, convirtiéndolo en algo normativo, obligado. Hay que creer. Mal me fue en Chile, donde nunca pude dar rienda suelta a mis argumentos sin estrellarme contra el sólido muro de la fe, pero peor aún lo tengo ahora residiendo hace ya 5 años en este encantador país llamado Costa Rica y donde se llevan la palma en religiosidad. Aquí todo sucede por obra divina o por que así lo quiere Dios. Es curioso observar que en Costa Rica se produce el mayor porcentaje de milagros por habitante de todo el mundo. Si hay un terremoto y mueren 40 personas porque se desprendió parte del cerro donde estaban sus viviendas, las que sobrevivieron porque sus casas no alcanzaron a caer al abismo, pero igualmente fueron destruidas, aseguran que se produjo un milagro de Dios al detenerse el derrumbe en ese punto. Si una madre muere atropellada junto a uno de sus hijos al intentar cruzar una calle, pero el otro pequeño sobrevive, aunque está en estado grabe, también es un milagro de Dios, ya que permitió con su misericordia que ese niño se salvara, y si muere al par de días por la gravedad de las lesiones, Dios quiso que no quedara solo y lo llevó al lado de su madre y hermano.
Las expresiones “Si Dios quiere…”, “Si Dios lo permite… “Gracias a Dios…”, “Por dicha…”, “Espero en Dios…”, Que Dios lo bendiga…”, etc., están presentes miles de veces en toda conversación cotidiana, en la televisión y en la prensa escrita. Las autoridades y los personajes públicos hacen uso y abuso de estas expresiones como intentando dejar bien en claro que son fervientes devotos de la Santa Iglesia Católica. No me imagino un político costarricense con ambiciones electoralistas declarándose agnóstico, ateo, librepensador o algo parecido. Sería su funeral político y en la Costa Rica de hoy, no tendría posibilidad de redhibición.
A raíz del lanzamiento de la campaña “Bus Ateo” en Barcelona, el diario La Nación, el más prestigioso y de mayor tirada en Costa Rica, el día 13 de enero de 2009 informó sobre el hecho bajo el siguiente titular: “Ateos españoles atacan a Dios desde autobuses”… así lo sienten ellos, y lo sienten de verdad.
Anecdóticamente, la semana pasada fue noticia importante en un noticiero de la televisión local, la flamante creación de la Comunidad de Ateos de Costa Rica. El periodista entrevistaba a un arquitecto que se autodefinía como fundador de dicha comunidad y explicaba sus postulados. Hablaba sobre el derecho que les asistía de difundir el pensamiento humanista y aseguraba que en Costa Rica las leyes garantizan la libertad de cultos y respetan las creencias individuales de sus ciudadanos. En un primer instante me sentí tentado de contactarme con esa organización y poder salir así de mi “aislamiento filosófico” auto impuesto por respeto a las creencias, costumbres e idiosincrasia de los nobles ciudadanos de mi nuevo país de acogida. Las ganas se me pasaron de golpe al enterarme que dicha comunidad la integraban solo 20 miembros. Concluí que sería difícil pasar desapercibido en un grupo tan pequeño y que era mejor seguir en el anonimato respecto a mis convicciones. Luego caí en cuenta que el periodista era bastante sarcástico a la hora de entrevistar al personaje y que éste estaba sentado en el césped, bajo un árbol en algún lugar anónimo. Curiosamente, tenía una manga de su camisa arremangada hasta el hombro y la otra abajo, con el puño bien abotonado, lo que le daba un aspecto extraño, como si le hubiesen tomado la presión o aplicado una vacuna. Luego de unos débiles y demasiado académicos argumentos que no me convencían ni a mí que soy ateo, se despidió y se fue caminando mientras la cámara lo seguía como si fuera un ser extraterrestre. En Costa Rica no son diferentes, solo viven otra época respecto a estos asuntos. Aquí aún es impensable aceptar la posibilidad de que no exista Dios. Sencillamente, esos pensamientos son diabólicos y la gente de bien no se los permite bajo ninguna circunstancia.
Algo parecido pasaba en mi España de 1973 o en mi Chile de 1960, pero estamos cambiando y seguramente también lo harán los costarricenses en el futuro.
Afortunadamente de todo esto ha salido algo positivo para mí, ya que me he obligado a documentarme y he comprobado que muchísima gente inteligente se ha molestado en estudiar profundamente el pensamiento filosófico de todas las épocas para esgrimir con fundamento las razones del planteamiento humanista. Con alegría me he enterado que los ateos o humanistas en España son aproximadamente un 20% de la población, lo que automáticamente terminó con esa sensación de soledad que sentía cuando meditaba sobre el tema de la existencia de Dios.
Me encantó leer el libro de mi “pariente” Bertrand Russell titulado “Por qué no soy cristiano” y me impresionó la cantidad de conocimientos de todas las épocas y culturas que Russell manejaba y que hacían que sus deducciones fueran tan convincentes y tan perfectamente argumentadas. Dicho esto y reconociendo la admiración que siento por esos maestros de la filosofía, no creo que sea imprescindible poseer esa inmensa cantidad de conocimientos para concluir que Dios no existe. Para mí es cosa de simple lógica, cualquier mortal (o sea, todos), aplicando los conocimientos básicos que se adquieren en la educación escolar, viendo los programas científicos de la televisión o usufructuando de la inmensa fuente de información que es la Internet, es realmente difícil que no concluya que ese tema es una ficción, la más grande jamás contada, pero ficción al fin y honestamente veo mas beneficio que daño si las personas logran desprenderse de creencias que los mantienen serviles y se transforman en individuos realmente libres.
Bendito 20% (y seguirá aumentando…)
Jorge Russell

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Agustín
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Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por Agustín »

Bienvenido y... :z3:
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¡RA, RA, RA!... mén
Desde que me asocié soy mejor persona... ¿Y tú a qué esperas?
http://www.iniciativaatea.org/asociarse.php

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Jorge Russell
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Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por Jorge Russell »

Gracias Agustín...

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cesarmilton
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Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por cesarmilton »

Luego de leer tu presentación, me siento afortunado: si bien he sido cuestionado (casi interrogado) por varios de quienes escuchan mi declaración de ateismo (sean amistades, conocidos o familiares), no he sentido el rechazo generalizado que según interpreto, viviste mientras estabas en Chile. Aunque queda mucho por hacer, veo que se ha avanzado desde los '60.

Agradezco que hayas compartido tu experiencia con nosotros. Saludos y bienvenido.
Última edición por cesarmilton el Mar Sep 01, 2009 1:37 am, editado 1 vez en total.
Nuestros antepasados, los creyentes - SWAMI -
Las religiones son muletas para gente sana, a la que le han hecho creer que es coja - pablov63 -

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Jorge Russell
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Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por Jorge Russell »

Gracias Cesarmilton, un saludo desde Costa Rica...

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Wilalgar
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Registrado: Lun May 11, 2009 5:40 pm
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Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por Wilalgar »

Por lo que he visto, yo nacía cuando tú llegabas a España, por lo que no tuve que sufrir nada de lo que has descrito y que era la amarga verdad en aquel entonces. Mi españa juvenil (en la infancia sólo te preocupas de jugar y andar en bici) es la de los años 80, donde la libertad ya entraba por todos lados y el pensamiento rebelte y libre era algo común en la juventud, aceptándose casi cualquier cosa.

Pero bueno, lo que tú has vivido hay que mirarlo por el lado bueno (siempre hay que mirar el lado bueno de las cosas), al menos has visto cambiar al mundo (o a parte de él al menos), y aunque sea en una época avanzada de tu vida puedes empezar a respirar tranquilo. Muchos otros antes que tú no tuvieron ese respiro en toda su vida.

Bienvenido, y gracias por contar tu historia.
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Jorge Russell
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Registrado: Dom Ago 30, 2009 4:41 pm
Ubicación: Costa Rica

Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por Jorge Russell »

Gracias Wilalgar por tu bienvenida, nos vemos en el foro…

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Reficul
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Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por Reficul »

Enhorabuena por ese entrañable relato. Con pinceladas sencillas has plasmado magistralmente el paisaje político-religioso de la época. ¿Te gustaría colaborar con nuestra inminente publicación?

Por favor, consideralo y echa un vistazo a este enlace:

viewtopic.php?f=60&t=2987

Bienvenido, Jorge.
Construye un mundo laico y racional.

SUMEMOS ESFUERZOS; ÚNETE A INICIATIVA ATEA
https://iatea.org.es/asociarse.php

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Jorge Russell
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Registrado: Dom Ago 30, 2009 4:41 pm
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Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por Jorge Russell »

Gracias Reficul, me gustaría colaborar con la publicación. Intentaré buscar tiempo e inspiración y si sale algo, se los hago llegar.
Un abrazo.

carlis
Participante veterano
Mensajes: 895
Registrado: Vie Dic 05, 2008 10:43 am

Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por carlis »

Jorge Russell escribió:Gracias Reficul, me gustaría colaborar con la publicación. Intentaré buscar tiempo e inspiración y si sale algo, se los hago llegar.
Un abrazo.
Sería estupendo si permitieses publicar el pequeño artículo que has expuesto. Si es así, por favor envíalo a la dirección de email de la revista que encontrarás en el hilo que te indicó Reficul. Un abrazo y bienvenido, estás en tu casa Jorge :-)

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Jorge Russell
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Registrado: Dom Ago 30, 2009 4:41 pm
Ubicación: Costa Rica

Re: Presentación y relato...

Mensaje sin leer por Jorge Russell »

Gracias Carlosgrima, seguí tu consejo y envié el artículo a VSD. Veremos que pasa...
Un abrazo.

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