La investigación judicial de su asesinato confirmó más de 30 heridas de bala y huellas de tortura.
Funeral homenaje a Víctor Jara en Santiago de Chile.
ELPLURAL.COM
El cinco de diciembre próximo el cantautor chileno Víctor Jara recibirá un funeral de homenaje, la despedida que no pudo tener en 1973, cuando fue asesinado por los militares tras el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende.
La investigación judicial de su asesinato confirmó más de 30 heridas de bala y huellas de tortura
Funeral homenaje a Víctor Jara en Santiago de Chile
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El cinco de diciembre próximo el cantautor chileno Víctor Jara recibirá un funeral de homenaje, la despedida que no pudo tener en 1973, cuando fue asesinado por los militares tras el golpe de Estado contra el presidente Salvador Allende.
Los restos de Víctor Jara, creador de Te recuerdo Amanda y El cigarrito, que hoy interpretan cantantes como Raimon, Joan Manuel Serrat y Víctor Manuel, entre otros, serán nuevamente entregados a sus familiares. El funeral, que se espera será masivo, se realizará después de que un examen de peritos, ordenado por el juez que investiga este crimen, encontró más de 30 heridas de bala y huellas de torturas en los huesos del cantautor.
El homenaje durará un fin de semana.
El homenaje al cantautor comenzará el jueves 3 de diciembre con actos de homenaje que se extenderán durante día y noche de forma ininterrumpida hasta el sábado en el céntrico teatro que lleva su nombre. De esta manera, los chilenos podrán despedir a Jara en su segundo tránsito al Cementerio General de Santiago, donde serán sepultados sus restos.
El informe médico.
El informe médico del SML sostiene que los restos de Jara presentan "múltiples fracturas por heridas de bala que provocaron un shock hemorrágico en un contexto de tipo homicida". Algunas de sus lesiones óseas fueron provocadas por "objetos contundentes", sostuvo el director del SML, Patricio Bustos.
Su funeral, en 1973.
Hace 36 años, en septiembre de 1973, durante los primeros días de la dictadura del general Augusto Pinochet, al casi clandestino funeral del cantautor sólo pudieron asistir su viuda, Joan Jara, y dos personas más. Los restos del cantautor estuvieron a punto de perderse, como los de muchas otras víctimas.
Dos responsables del crimen.
La investigación judicial del crimen no ha conseguido descubrir aún todos los responsables. En estos momentos están procesados José Paredes, que confesó haber disparado contra el cantautor y después se retractó, y el coronel Mario Manríquez, que dirigió el campo de prisioneros instalado en el Estadio Chile.
Fuente : http://www.elplural.com/politica/detail.php?id=40778
La investigación judicial de su asesinato confirmó más de 30
La investigación judicial de su asesinato confirmó más de 30
Solo se que nada se.
Sócrates, filosofo griego 470 a.c
Asóciate a Iniciativa Atea
https://iatea.org.es/asociarse.php
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Re: La investigación judicial de su asesinato confirmó más de 30
Conocí las canciones de Víctor Jara hace muchos años, allá por la transición española, y a la vez conocí la poesía de Miguel Hernández, víctima también de los fascistas, muerto en la cárcel por defender la República Española, mi pequeño homenaje para ambos:
Libertad, igualdad y fraternidad.
Seguiremos recordando vuestras canciones y poesías
http://www.youtube.com/watch?v=_XvMPHrgZ3w
El niño yuntero
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
resuelve mi alma de encina.
Le veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
u declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
Miguel Hernández
Libertad, igualdad y fraternidad.
Seguiremos recordando vuestras canciones y poesías
http://www.youtube.com/watch?v=_XvMPHrgZ3w
El niño yuntero
Carne de yugo, ha nacido
más humillado que bello,
con el cuello perseguido
por el yugo para el cuello.
Nace, como la herramienta,
a los golpes destinado,
de una tierra descontenta
y un insatisfecho arado.
Entre estiércol puro y vivo
de vacas, trae a la vida
un alma color de olivo
vieja ya y encallecida.
Empieza a vivir, y empieza
a morir de punta a punta
levantando la corteza
de su madre con la yunta.
Empieza a sentir, y siente
la vida como una guerra,
y a dar fatigosamente
en los huesos de la tierra.
Contar sus años no sabe,
y ya sabe que el sudor
es una corona grave
de sal para el labrador.
Trabaja, y mientras trabaja
masculinamente serio,
se unge de lluvia y se alhaja
de carne de cementerio.
A fuerza de golpes, fuerte,
y a fuerza de sol, bruñido,
con una ambición de muerte
despedaza un pan reñido.
Cada nuevo día es
más raíz, menos criatura,
que escucha bajo sus pies
la voz de la sepultura.
Y como raíz se hunde
en la tierra lentamente
para que la tierra inunde
de paz y panes su frente.
Me duele este niño hambriento
como una grandiosa espina,
y su vivir ceniciento
resuelve mi alma de encina.
Le veo arar los rastrojos,
y devorar un mendrugo,
u declarar con los ojos
que por qué es carne de yugo.
Me da su arado en el pecho,
y su vida en la garganta,
y sufro viendo el barbecho
tan grande bajo su planta.
¿Quién salvará a este chiquillo
menor que un grano de avena?
¿De dónde saldrá el martillo
verdugo de esta cadena?
Que salga del corazón
de los hombres jornaleros,
que antes de ser hombres son
y han sido niños yunteros.
Miguel Hernández