INTRIGAS EPIGENÉTICAS
- Tontxu
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INTRIGAS EPIGENÉTICAS
Reivindicando a Paul Kammerer (1880 -1926)
En el hilo Cuando los ateos se vuelven deistas que aunque no venia a cuento, pero por alguna razón que ahora se me escapa, éste derivó en una replica en la que pretendía significar (desmitificar) que los científicos son personas sujetas a debilidades como cualquier hijo de vecino.
En el libro “Anatomía del Fraude Científico” de H. Freedland, aparecen algunos de los más sonados fraudes científicos, si bien y a pesar que también aparecía el supuesto fraude del investigador austriaco Paul Kammerer (1880 -1926), el cual terminó suicidándose tras ser acusado en 1926 de fraude por el estadounidense, Gladwyn Kingsley Noble, este no lo refleje en mi replica, por no estar seguro de que la información fuera exacta, ya que, en ese momento tenía otras contra-informaciones.
Paso a continuación a reivindicar la figura de Kammerer como un investigador serio que fue, a pesar de haber sufrido un complot para desacreditarte y que terminó con las fatales consecuencias citadas.
INTRIGAS EPIGENÉTICAS
03-10-2009
¿Quién descubrió la existencia de la herencia epigenética?. La versión oficial apunta al biólogo Conrad Waddington, en 1942. Pero ¿realmente no se anticipó a ello Paul Kammerer?. Este investigador austríaco, de principios del siglo XX, describió un comportamiento que hoy describiríamos como epigenético. Ante las acusaciones de fraude científico se suicidó de un tiro en 1926, en un pueblecito austriaco.
EPIGENÉTICA.
La controversia se ha reabierto tras la reciente publicación en JOURNAL OF EXPERIMENTAL ZOOLOGY de un artículo del biólogo chileno Alexander O. Vargas que ha alcanzado amplia repercusión, incluso en la prestigiosa revista SCIENCE. Su título (traducido) es “ ¿Descubrió Paul Kammerer la herencia epigenética?. Un examen moderno de los experimentos sobre sapos parteros”.
En estas páginas nos hemos ocupado con anterioridad de la Epigenética y del epigenoma (http://servicios.laverdad.es/cienciaysalud/8_5_46.html). La controversia histórica sobre la heredabilidad de algunos caracteres adquiridos tuvo su máximo representante en Lamarck. En su libro "Filosofía Zoológica" (1809) afirmaba que los órganos se adquieren o se pierden como consecuencia del uso o desuso y que los caracteres adquiridos por un ser vivo son heredados por sus descendientes. Así, un herbívoro que estire el cuello para alcanzar las ramas altas, lograría el alargamiento del cuello, y tras varias generaciones se transmitiría esta característica a sus descendientes (ejemplo: las jirafas). Pero, tras las aportaciones de Darwin sobre la Selección Natural, que se basa en la supervivencia del más apto, el lamarckismo quedó desacreditado. Esto fue aún más evidente tras el descubrimiento de la estructura doble hélice del ADN, es decir, de nuestro genoma. Fascinado por las derivaciones funcionales que se derivarían de ello, James Watson (Nobel codescubridor, junto con Francis Crick) llegó a escribir: “"Es tentador preguntarse si esta cadena retorcida de azúcares con cuentas de bases púricas y pirimidínicas no será, de hecho, Dios."
Actualmente, la realidad científica de la existencia de una cierta herencia epigenética es incuestionable. La podemos definir como los cambios heredables en la función génica que se producen sin un cambio en la secuencia del ADN. Podemos acudir a un símil que, al menos, los lectores amantes de la música comprenderán. Por una parte existe la partitura. Por otro, la orquesta con sus instrumentos, músicos y director. La conjunción entre ambas hace que, con una misma partitura, puedan existir versiones de la obra muy diferentes. Pues bien, nuestro genoma es lo invariable, como la partitura que posee la potencialidad de expresarse de un modo u otro (en versión humana los grandes rasgos fenotípicos: rubio, moreno, alto, bajo, etc.) pero la forma concreta de interpretar esa partitura (en versión biológica, el control y regulación de nuestros genes) es lo que hace aparecer un individuo concreto, con sus susceptibilidades biológicas únicas. Por ello, parafraseando la frase de Watson, el alfabeto genético, los genes, serían como la palabra de Dios pero la epigenética, su traducción, equivaldría a su mano.
¿Por qué es importante la Epigenética, el Epigenoma?. Porque continuamente se van encontrando más relaciones del mismo con la susceptibilidad a sufrir ciertas patologías como cánceres, con las enfermedades priónicas, etc. El entendimiento de estos factores podría revolucionar la biología evolutiva y del desarrollo, y afectar a materias tan diversas como la medicina o la agricultura.
KAMMERER
Paul Kammerer (1880 -1926) fue un biólogo lamarckista austriaco. Tras experimentar con otras especies, Kammerer dedicó ocho años de trabajo a investigar sobre el sapo partero, un anfibio que suele vivir en el agua pero que se traslada a un lugar seco para procrear. Kammerer obligó a vivir a estos sapos en un terrario tan cálido y seco que era inhábil para la procreación por lo que los animales se veían obligados a reproducirse en el agua y aunque la mayoría de las camadas murieron, un 5% de ellas consiguieron sobrevivir.
Lo interesante fue que los sapos supervivientes, cuando eran devueltos a sus condiciones naturales escogían seguir procreando en el agua, aparte de que tras varias generaciones los sapos parteros desarrollaban unas almohadillas oscuras nupciales en las patas. Kammerer interpretó todo ello como rasgos adaptativos adquiridos como consecuencia de las condiciones a las que se les había situado (las almohadillas ayudarían a los sapos a que no se les escurriera la hembra en el momento clave reproductivo), rasgos que posteriormente ya eran transmisibles.
Kammerer publicó varios artículos en revistas prestigiosas y viajó por Europa mostrando sus ejemplares. Pero no obtuvo gran aceptación porque los científicos interpretaban sus experimentos como un ataque directo a las teorías de Darwin y Mendel. Durante la I Guerra Mundial el centro en el que investigaba Kammerer sufrió importantes daños lo que significó la aniquilación de sus sapos, de los que sólo se salvó uno, en un bote de formol. Pero, en 1926, Gladwyn Kingsley Noble, del Museo Americano de Historia Natural, acusó de fraude a Kammerer al descubrir y denunciar que a ese espécimen le habían inyectado tinta negra para simular el aspecto de las almohadillas. Seis semanas después de la denuncia Kammerer se suicidó.
DUDAS
La imagen de Kammerer quedó muy dañada, su legado científico se fue al traste y su nombre quedó asociado a la infamia científica, aunque al cabo de un tiempo, se descubriera la existencia de un espécimen natural de sapo con almohadillas nupciales, lo que demostraba que los sapos parteros tenían el potencial para desarrollarlas. También, que la recogida de la muestra por Noble se realizó cuando hacía tiempo que Kammerer ya no trabajaba en ese laboratorio. En 1971 el escritor Arthur Koestler usó el tema para escribir un libro en el que suponía que los experimentos de Kammerer con el sapo partero habían sido manipulado por un simpatizante nazi en la Universidad de Viena pues Kammerer era como un ardiente pacifista y socialista. En cuanto a la reciente revisión publicada por Alexander Vargas afirma que los misteriosos (en su época) hallazgos de Kemmerer podrían adaptarse muy bien a una clara interpretación epigenética actual.
Nota: El Dr. Alexander Vargas es académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Hay muchas más páginas dedicadas a este investigador en la web, pero pienso que este artículo lo resume perfectamente y además es apto para todos los públicos.
PD: Las negritas son de cosecha propia.
En el hilo Cuando los ateos se vuelven deistas que aunque no venia a cuento, pero por alguna razón que ahora se me escapa, éste derivó en una replica en la que pretendía significar (desmitificar) que los científicos son personas sujetas a debilidades como cualquier hijo de vecino.
En el libro “Anatomía del Fraude Científico” de H. Freedland, aparecen algunos de los más sonados fraudes científicos, si bien y a pesar que también aparecía el supuesto fraude del investigador austriaco Paul Kammerer (1880 -1926), el cual terminó suicidándose tras ser acusado en 1926 de fraude por el estadounidense, Gladwyn Kingsley Noble, este no lo refleje en mi replica, por no estar seguro de que la información fuera exacta, ya que, en ese momento tenía otras contra-informaciones.
Paso a continuación a reivindicar la figura de Kammerer como un investigador serio que fue, a pesar de haber sufrido un complot para desacreditarte y que terminó con las fatales consecuencias citadas.
INTRIGAS EPIGENÉTICAS
03-10-2009
¿Quién descubrió la existencia de la herencia epigenética?. La versión oficial apunta al biólogo Conrad Waddington, en 1942. Pero ¿realmente no se anticipó a ello Paul Kammerer?. Este investigador austríaco, de principios del siglo XX, describió un comportamiento que hoy describiríamos como epigenético. Ante las acusaciones de fraude científico se suicidó de un tiro en 1926, en un pueblecito austriaco.
EPIGENÉTICA.
La controversia se ha reabierto tras la reciente publicación en JOURNAL OF EXPERIMENTAL ZOOLOGY de un artículo del biólogo chileno Alexander O. Vargas que ha alcanzado amplia repercusión, incluso en la prestigiosa revista SCIENCE. Su título (traducido) es “ ¿Descubrió Paul Kammerer la herencia epigenética?. Un examen moderno de los experimentos sobre sapos parteros”.
En estas páginas nos hemos ocupado con anterioridad de la Epigenética y del epigenoma (http://servicios.laverdad.es/cienciaysalud/8_5_46.html). La controversia histórica sobre la heredabilidad de algunos caracteres adquiridos tuvo su máximo representante en Lamarck. En su libro "Filosofía Zoológica" (1809) afirmaba que los órganos se adquieren o se pierden como consecuencia del uso o desuso y que los caracteres adquiridos por un ser vivo son heredados por sus descendientes. Así, un herbívoro que estire el cuello para alcanzar las ramas altas, lograría el alargamiento del cuello, y tras varias generaciones se transmitiría esta característica a sus descendientes (ejemplo: las jirafas). Pero, tras las aportaciones de Darwin sobre la Selección Natural, que se basa en la supervivencia del más apto, el lamarckismo quedó desacreditado. Esto fue aún más evidente tras el descubrimiento de la estructura doble hélice del ADN, es decir, de nuestro genoma. Fascinado por las derivaciones funcionales que se derivarían de ello, James Watson (Nobel codescubridor, junto con Francis Crick) llegó a escribir: “"Es tentador preguntarse si esta cadena retorcida de azúcares con cuentas de bases púricas y pirimidínicas no será, de hecho, Dios."
Actualmente, la realidad científica de la existencia de una cierta herencia epigenética es incuestionable. La podemos definir como los cambios heredables en la función génica que se producen sin un cambio en la secuencia del ADN. Podemos acudir a un símil que, al menos, los lectores amantes de la música comprenderán. Por una parte existe la partitura. Por otro, la orquesta con sus instrumentos, músicos y director. La conjunción entre ambas hace que, con una misma partitura, puedan existir versiones de la obra muy diferentes. Pues bien, nuestro genoma es lo invariable, como la partitura que posee la potencialidad de expresarse de un modo u otro (en versión humana los grandes rasgos fenotípicos: rubio, moreno, alto, bajo, etc.) pero la forma concreta de interpretar esa partitura (en versión biológica, el control y regulación de nuestros genes) es lo que hace aparecer un individuo concreto, con sus susceptibilidades biológicas únicas. Por ello, parafraseando la frase de Watson, el alfabeto genético, los genes, serían como la palabra de Dios pero la epigenética, su traducción, equivaldría a su mano.
¿Por qué es importante la Epigenética, el Epigenoma?. Porque continuamente se van encontrando más relaciones del mismo con la susceptibilidad a sufrir ciertas patologías como cánceres, con las enfermedades priónicas, etc. El entendimiento de estos factores podría revolucionar la biología evolutiva y del desarrollo, y afectar a materias tan diversas como la medicina o la agricultura.
KAMMERER
Paul Kammerer (1880 -1926) fue un biólogo lamarckista austriaco. Tras experimentar con otras especies, Kammerer dedicó ocho años de trabajo a investigar sobre el sapo partero, un anfibio que suele vivir en el agua pero que se traslada a un lugar seco para procrear. Kammerer obligó a vivir a estos sapos en un terrario tan cálido y seco que era inhábil para la procreación por lo que los animales se veían obligados a reproducirse en el agua y aunque la mayoría de las camadas murieron, un 5% de ellas consiguieron sobrevivir.
Lo interesante fue que los sapos supervivientes, cuando eran devueltos a sus condiciones naturales escogían seguir procreando en el agua, aparte de que tras varias generaciones los sapos parteros desarrollaban unas almohadillas oscuras nupciales en las patas. Kammerer interpretó todo ello como rasgos adaptativos adquiridos como consecuencia de las condiciones a las que se les había situado (las almohadillas ayudarían a los sapos a que no se les escurriera la hembra en el momento clave reproductivo), rasgos que posteriormente ya eran transmisibles.
Kammerer publicó varios artículos en revistas prestigiosas y viajó por Europa mostrando sus ejemplares. Pero no obtuvo gran aceptación porque los científicos interpretaban sus experimentos como un ataque directo a las teorías de Darwin y Mendel. Durante la I Guerra Mundial el centro en el que investigaba Kammerer sufrió importantes daños lo que significó la aniquilación de sus sapos, de los que sólo se salvó uno, en un bote de formol. Pero, en 1926, Gladwyn Kingsley Noble, del Museo Americano de Historia Natural, acusó de fraude a Kammerer al descubrir y denunciar que a ese espécimen le habían inyectado tinta negra para simular el aspecto de las almohadillas. Seis semanas después de la denuncia Kammerer se suicidó.
DUDAS
La imagen de Kammerer quedó muy dañada, su legado científico se fue al traste y su nombre quedó asociado a la infamia científica, aunque al cabo de un tiempo, se descubriera la existencia de un espécimen natural de sapo con almohadillas nupciales, lo que demostraba que los sapos parteros tenían el potencial para desarrollarlas. También, que la recogida de la muestra por Noble se realizó cuando hacía tiempo que Kammerer ya no trabajaba en ese laboratorio. En 1971 el escritor Arthur Koestler usó el tema para escribir un libro en el que suponía que los experimentos de Kammerer con el sapo partero habían sido manipulado por un simpatizante nazi en la Universidad de Viena pues Kammerer era como un ardiente pacifista y socialista. En cuanto a la reciente revisión publicada por Alexander Vargas afirma que los misteriosos (en su época) hallazgos de Kemmerer podrían adaptarse muy bien a una clara interpretación epigenética actual.
Nota: El Dr. Alexander Vargas es académico de la Facultad de Ciencias de la Universidad de Chile.
Hay muchas más páginas dedicadas a este investigador en la web, pero pienso que este artículo lo resume perfectamente y además es apto para todos los públicos.
PD: Las negritas son de cosecha propia.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
Re: INTRIGAS EPIGENÉTICAS
La odontología fue siempre reparadora amparándose en la teoría de placa inespecífica. En 1973 se demostró la placa específica y se conoció la biología de la caries (s. mollis y lactobacillus). Esto hace posible in tratamiento preventivo global, de base etiológica y casi gratis: un simple enjuague bucal para sembrar las bacterias buenas. Pero 36 años después, la odontología sigue siendo reparadora a pesar de una teoría falsada.
Una dentadura griega o romana recuerda un teclado de piano. dientes bien formados y perfectamente alineados, muy desgastados en los ancianos pero nunca cariados o perdidos, como los animales salvajes. Si llega a conocerse la base biológica, desaparecerá la razón de ser de la odontología, clínica y académica. Sacarán un dentista y un protésico en "profesiones para el recuerdo".
Conclusión: una comunidad científica y profesional impulsa o frena el conocimiento según apoye su interés de clase, contra el interés general como sea neceario.
Aplíquese a la radioterapia contra el cáncer, los anti-retrovirales, o el escándalo de los antiinflamatorios anti COX-2. Y también a la obsolescencia programada de los bienes de consumo.
¿Dónde se decide qué investigar? Parece que la investigación básica depende de fondos estatales mientras que las empresas, pendientes de la cuenta de resultados, se limitan a la investigación aplicada. Los países del comunismo real conocieron un avance de la investigación básica que les dio predominio científico, sólo frenado por el estrangulamiento económico de los 1980. La producción científica global ha disminuido al perderse el estímulo de esa competencia.
Una dentadura griega o romana recuerda un teclado de piano. dientes bien formados y perfectamente alineados, muy desgastados en los ancianos pero nunca cariados o perdidos, como los animales salvajes. Si llega a conocerse la base biológica, desaparecerá la razón de ser de la odontología, clínica y académica. Sacarán un dentista y un protésico en "profesiones para el recuerdo".
Conclusión: una comunidad científica y profesional impulsa o frena el conocimiento según apoye su interés de clase, contra el interés general como sea neceario.
Aplíquese a la radioterapia contra el cáncer, los anti-retrovirales, o el escándalo de los antiinflamatorios anti COX-2. Y también a la obsolescencia programada de los bienes de consumo.
¿Dónde se decide qué investigar? Parece que la investigación básica depende de fondos estatales mientras que las empresas, pendientes de la cuenta de resultados, se limitan a la investigación aplicada. Los países del comunismo real conocieron un avance de la investigación básica que les dio predominio científico, sólo frenado por el estrangulamiento económico de los 1980. La producción científica global ha disminuido al perderse el estímulo de esa competencia.
Re: INTRIGAS EPIGENÉTICAS
¿Podría considerarse la creencia en Dios como una herencia epigenética?
- Tontxu
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Re: INTRIGAS EPIGENÉTICAS
disidente escribió:¿Podría considerarse la creencia en Dios como una herencia epigenética?
taxativamente, NO... Sé, que cada uno es libre de pensar lo que quiera, pero como es una pregunta te respondo otra vez, No. la epigenética y el concepto de Dios, no tienen nada que ver, según mis informaciones y ateniéndome a la definición de Wikipedia, la epigenética nada tiene que ver con los barbudos, ni con Dios, ni con Darwin; "La epigenética (del griego epi, en o sobre) hace referencia, en un sentido amplio, al estudio de todos aquellos factores no genéticos que intervienen en la determinación de la ontogenia. El término fue acuñado por C. H. Waddington en 1953 para referirse al estudio de las interacciones entre genes y entorno que producen los organismos". Que conste que antes de Waddington, hubo otros sesudos investigadores que llegaron a la misma conclusión, pero lo fundamental es que, la epigenética es un hecho comprobado. Saludos.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
Re: INTRIGAS EPIGENÉTICAS
Creo que no has entendido mi pregunta, es evidente que la epigenética y el concepto de Dios no tienen nada que ver, pero no es esa la cuestión, sino si se podría explicar el que la gente crea en Dios como consecuencia de la herencia epigenética. Te explico.
Rupert Sheldrake, biólogo y filósofo creador de la teoría de los Campos mórficos, decía que por medio de estos campos, los organismos de una misma especie transmitirían información sin mediar contacto ninguno, algo así como el Inconsciente colectivo de Jung. Eso explicaría fenómenos como el que dos científicos, por ejemplo, desarrollen la misma teoría simultáneamente sin que haya contacto entre ellos (el caso de Leibniz y Newton con el cálculo infinitesimal). ¿Podría ser el concepto de Dios algo trasmitido de esa manera?
Por supuesto que no estoy para nada de acuerdo con Rupert Sheldrake, solo lo expongo.
Por otra parte, Richard Dawkins creó el término "meme" para intentar explicar la difusión de ideas y fenómenos culturales. El meme sería la unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro o de una mente a otra (Wikipedia), y sería la explicación de la expansión como un virus de la religión a través de las sociedades.
No se si me entiendes. Solo pretendo ahondar en este concepto y que la gente aporte sus ideas y opiniones.
Rupert Sheldrake, biólogo y filósofo creador de la teoría de los Campos mórficos, decía que por medio de estos campos, los organismos de una misma especie transmitirían información sin mediar contacto ninguno, algo así como el Inconsciente colectivo de Jung. Eso explicaría fenómenos como el que dos científicos, por ejemplo, desarrollen la misma teoría simultáneamente sin que haya contacto entre ellos (el caso de Leibniz y Newton con el cálculo infinitesimal). ¿Podría ser el concepto de Dios algo trasmitido de esa manera?
Por supuesto que no estoy para nada de acuerdo con Rupert Sheldrake, solo lo expongo.
Por otra parte, Richard Dawkins creó el término "meme" para intentar explicar la difusión de ideas y fenómenos culturales. El meme sería la unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro o de una mente a otra (Wikipedia), y sería la explicación de la expansión como un virus de la religión a través de las sociedades.
No se si me entiendes. Solo pretendo ahondar en este concepto y que la gente aporte sus ideas y opiniones.
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Re: INTRIGAS EPIGENÉTICAS
Ando escaso de tiempo, pero como el tema me resulta interesante, te ruego que me permitas contestarte en la justa medida y acorde a lo que has planteado. Un abrazo.disidente escribió:Creo que no has entendido mi pregunta, es evidente que la epigenética y el concepto de Dios no tienen nada que ver, pero no es esa la cuestión, sino si se podría explicar el que la gente crea en Dios como consecuencia de la herencia epigenética. Te explico.
Rupert Sheldrake, biólogo y filósofo creador de la teoría de los Campos mórficos, decía que por medio de estos campos, los organismos de una misma especie transmitirían información sin mediar contacto ninguno, algo así como el Inconsciente colectivo de Jung. Eso explicaría fenómenos como el que dos científicos, por ejemplo, desarrollen la misma teoría simultáneamente sin que haya contacto entre ellos (el caso de Leibniz y Newton con el cálculo infinitesimal). ¿Podría ser el concepto de Dios algo trasmitido de esa manera?
Por supuesto que no estoy para nada de acuerdo con Rupert Sheldrake, solo lo expongo.
Por otra parte, Richard Dawkins creó el término "meme" para intentar explicar la difusión de ideas y fenómenos culturales. El meme sería la unidad teórica de información cultural transmisible de un individuo a otro o de una mente a otra (Wikipedia), y sería la explicación de la expansión como un virus de la religión a través de las sociedades.
No se si me entiendes. Solo pretendo ahondar en este concepto y que la gente aporte sus ideas y opiniones.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
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Re: INTRIGAS EPIGENÉTICAS
¿Por qué la gente cree en Dios?, una explicación alternativa o ¿ existían los memes religiosos antes de la religión?.
Empezaré con el biólogo de la "teología naturalista" y teórico de los campos mórfogenéticos y/o teoría de " la mente extendida". ¿A qué nos suena?
A decir verdad había leído algún artículo acerca de los campos mórficos de Rupert Sheldrake, pero por lo leído me da que este biólogo se ha "pasado" al campo espiritualista.
Para situar la posición de ideológica del señor Rupert, esbozo un ensayo que he leído firmado por el. Aunque solamente con el título ya tenia más que suficiente, pero, por no pecar de arrogancia me lo he tragado, el titulo dice así; “EL RENACIMIENTO DE LA NATURALEZA y el Resurgimiento de la Ciencia y de Dios”. El cariz del ensayo, unido al talante que mantiene, es el del típico bonachón que pretende (está de moda, sobre todo entre biólogos) acercar la ciencia de la vida (biología) a la religión, con el propósito de unificar sin contradicciones su creencia a los postulados científicos, desde un talante no creacionista y menos beligerante, aunque si crítico hacia el mecanicismo positivista que rige (dirige)el estado actual de la ciencia de la vida. Es cierto que coincido con él en la crítica a este último aspecto, ahora bien, en su conclusión, para nada. Es más, en algunos artículos, dicen de él que es holista (¿?). Con tal de despistar cualquier cosa se impone.
Cualquier fideísta y máxime si este tiene la cabeza amueblada, puede ver a Dios en cada una de las manifestaciones que la “madre” naturaleza (como el la denomina) nos brinda.
Dice, p.ej; “En la primera parte de este libro exploro las raíces de la división entre nuestra sensación de que la naturaleza está viva y la teoría de la naturaleza como algo muerto”, claramente arremete contra el mecanicismo positivista, pero luego hace un triple salto mortal con tirabuzón, juntando su “ecologismo místico” elevando la naturaleza al grado cuasi de sagrado (sin decirlo claramente), sentando en el “banquillo” a “Los misioneros del progreso mecanicista” (palabras suyas) como pecadores y causantes de la destrucción de la “Madre”. Le da lo mismo las razones históricas que llevaron al cambio de paradigma en las ciencias y consecuentemente al cambio ideológico que ello supuso y que ayudaron al progreso de la humanidad en términos generales. Solo los critica sin tener en cuenta que cada época histórica tiene sus formas de crear.
Hace un repaso por la historia mística de los antiguos pobladores de la “Madre”, donde estos hacían rituales de purificación (todo muy bonito, idílico) en concordia total con el habitat, sin luchas y en perfecta armonía cósmica. “Nuestro miedo a la naturaleza salvaje, sin domesticar, nutre el deseo de someterla, un deseo por lo menos tan viejo como la civilización”, asegura de aquellos que desconocían la naturaleza por haber huido del agro, sobrevuela los espacios siderales ante tamaño error, dando a entender que, lo que se impone es una vuelta a los orígenes.
A partir de aquí, empieza la “lógica” desacralización de la naturaleza, creando una dualidad ficticia, por un lado están los hombres y por otro la naturaleza, como si fuéramos no naturales. Plantea que el hombre en una lucha por “doblegar” a la Madre, nos alejamos de los dioses, desplazando a estos por otro dios, la ciencia.
Termina más o menos argumentando que, (negación de la negación) se necesita volver a lo negado, para afirmarlo, la vuelta a la sacralización con la Madre y por definición con Dios.
Resalto este testimonio que puede sonar pueril, pero yo no tengo la culpa de lo que afirma este biólogo bienintencionado; “Al llegar al momento de la creación de las plantas, Dios evocó esos poderes, sin intentar esa creación personalmente. Las plantas recibieron su forma y fueron engendradas por la Madre Tierra”:
“Dios dijo: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla;
árbol de fruto que dé frutos según su género, que su semilla esté en él
sobre la tierra. y fue así. Produjo pues la tierra”. . .
(Génesis 1: 11-12)
Al final hace una apuesta por lo que el denomina “sacerdocio científico”. Lo dicho, no hacen falta razones para ver la obra de Dios, solo es necesario creerselo.
PD; acerca de los "memes" de Dawkins, hablamos en otro momento. Dawkins me apasiona, esto es conocido por todos los foreros.
Empezaré con el biólogo de la "teología naturalista" y teórico de los campos mórfogenéticos y/o teoría de " la mente extendida". ¿A qué nos suena?
A decir verdad había leído algún artículo acerca de los campos mórficos de Rupert Sheldrake, pero por lo leído me da que este biólogo se ha "pasado" al campo espiritualista.
Para situar la posición de ideológica del señor Rupert, esbozo un ensayo que he leído firmado por el. Aunque solamente con el título ya tenia más que suficiente, pero, por no pecar de arrogancia me lo he tragado, el titulo dice así; “EL RENACIMIENTO DE LA NATURALEZA y el Resurgimiento de la Ciencia y de Dios”. El cariz del ensayo, unido al talante que mantiene, es el del típico bonachón que pretende (está de moda, sobre todo entre biólogos) acercar la ciencia de la vida (biología) a la religión, con el propósito de unificar sin contradicciones su creencia a los postulados científicos, desde un talante no creacionista y menos beligerante, aunque si crítico hacia el mecanicismo positivista que rige (dirige)el estado actual de la ciencia de la vida. Es cierto que coincido con él en la crítica a este último aspecto, ahora bien, en su conclusión, para nada. Es más, en algunos artículos, dicen de él que es holista (¿?). Con tal de despistar cualquier cosa se impone.
Cualquier fideísta y máxime si este tiene la cabeza amueblada, puede ver a Dios en cada una de las manifestaciones que la “madre” naturaleza (como el la denomina) nos brinda.
Dice, p.ej; “En la primera parte de este libro exploro las raíces de la división entre nuestra sensación de que la naturaleza está viva y la teoría de la naturaleza como algo muerto”, claramente arremete contra el mecanicismo positivista, pero luego hace un triple salto mortal con tirabuzón, juntando su “ecologismo místico” elevando la naturaleza al grado cuasi de sagrado (sin decirlo claramente), sentando en el “banquillo” a “Los misioneros del progreso mecanicista” (palabras suyas) como pecadores y causantes de la destrucción de la “Madre”. Le da lo mismo las razones históricas que llevaron al cambio de paradigma en las ciencias y consecuentemente al cambio ideológico que ello supuso y que ayudaron al progreso de la humanidad en términos generales. Solo los critica sin tener en cuenta que cada época histórica tiene sus formas de crear.
Hace un repaso por la historia mística de los antiguos pobladores de la “Madre”, donde estos hacían rituales de purificación (todo muy bonito, idílico) en concordia total con el habitat, sin luchas y en perfecta armonía cósmica. “Nuestro miedo a la naturaleza salvaje, sin domesticar, nutre el deseo de someterla, un deseo por lo menos tan viejo como la civilización”, asegura de aquellos que desconocían la naturaleza por haber huido del agro, sobrevuela los espacios siderales ante tamaño error, dando a entender que, lo que se impone es una vuelta a los orígenes.
A partir de aquí, empieza la “lógica” desacralización de la naturaleza, creando una dualidad ficticia, por un lado están los hombres y por otro la naturaleza, como si fuéramos no naturales. Plantea que el hombre en una lucha por “doblegar” a la Madre, nos alejamos de los dioses, desplazando a estos por otro dios, la ciencia.
Termina más o menos argumentando que, (negación de la negación) se necesita volver a lo negado, para afirmarlo, la vuelta a la sacralización con la Madre y por definición con Dios.
Resalto este testimonio que puede sonar pueril, pero yo no tengo la culpa de lo que afirma este biólogo bienintencionado; “Al llegar al momento de la creación de las plantas, Dios evocó esos poderes, sin intentar esa creación personalmente. Las plantas recibieron su forma y fueron engendradas por la Madre Tierra”:
“Dios dijo: Produzca la tierra hierba verde, hierba que dé semilla;
árbol de fruto que dé frutos según su género, que su semilla esté en él
sobre la tierra. y fue así. Produjo pues la tierra”. . .
(Génesis 1: 11-12)
Al final hace una apuesta por lo que el denomina “sacerdocio científico”. Lo dicho, no hacen falta razones para ver la obra de Dios, solo es necesario creerselo.
PD; acerca de los "memes" de Dawkins, hablamos en otro momento. Dawkins me apasiona, esto es conocido por todos los foreros.
“Algunos científicos son tan distraídos que no recuerdan ni dónde han dejado la ética”Ramón Eder
Re: INTRIGAS EPIGENÉTICAS
Excelente el resumen que has hecho de Rupert Sheldrake. Como dije, no participo de sus ideas, por lo que nunca llegué a leer nada suyo, pero tú lo has explicado perfectamente.
En cuanto tenga un rato haré mi aportación.
Gracias y saludos.
En cuanto tenga un rato haré mi aportación.
Gracias y saludos.