Bienvenido a la comunidad de ateísmo más grande (más de 3000 miembros) y antigua (desde 1998) de la Internet en lengua española. Bienvenido al club de los que han decidido ser libres y tomarse la vida (y la muerte) con decisión y racionalidad.
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Después del momento graciosillo, presentarme: Soy ateo convencido tras haber nacido en una familia católica (no fanática) e incluso haber "buscado" algo en algunos grupos, allá en mi adolescencia, hace más tiempo del que me gustaría.
Cuento esto porque estoy satisfecho de que mi ateísmo no sea fruto de ningún tipo de resentimiento ni desengaño, sino únicamente de la reflexión, la experiencia y la madurez. En las malas épocas no necesité ni sentí un dios que me diera consuelo o esperanza, ni tampoco siento mi vida vacía en absoluto en los buenos momentos (que son la mayoría, por suerte). Digo esto porque no solamente no creo en ninguna divinidad, sino que, además, no la necesito.
Intentaré encontrar tiempo para pasarme por aquí de vez en cuando y compartir experiencias no-religiosas
A mi me ocurrió lo mismo. Si alguna vez tuve dudas de si dios existía o no, fueron puramente racionales y fruto de la curiosidad ante la seguridad que veía a mi alrededor acerca de su existencia. Pero se disiparon muy pronto (supongo que cuando entendí que lo de la Caperucita era un cuento o poco después) y no tuve necesidad de sufrir para superar ninguna implicación emocional afin a la fe. En cambio sí he visto a mucha gente pasarlo mal, dedicada durante años a leer, documentarse e intentar dilucidar si su falta de fe era culpa suya, o era porque dios de hecho no existía.
A mi me ocurrió lo mismo. Si alguna vez tuve dudas de si dios existía o no, fueron puramente racionales y fruto de la curiosidad ante la seguridad que veía a mi alrededor acerca de su existencia. Pero se disiparon muy pronto (supongo que cuando entendí que lo de la Caperucita era un cuento o poco después) y no tuve necesidad de sufrir para superar ninguna implicación emocional afin a la fe. En cambio sí he visto a mucha gente pasarlo mal, dedicada durante años a leer, documentarse e intentar dilucidar si su falta de fe era culpa suya, o era porque dios de hecho no existía.
Bienvenido, Sam.
Tal vez esas " necesidades emocionales" no calan del mismo modo.
Yo tampoco me he sentido " emocionalmente" compungida al llegar a la conclusión de que los dioses , ni son ni se les necesita.
