Se puede ser agresor o ser violento para defenderse.
Hay violencia física y violencia de otros tipos.
Los recortes suponen una agresión social de proporciones gigantescas, ya que han provocado muertes por falta de atención médica y por suicidios cuyo detonante ha sido el daño infringido a no pocas víctimas de la crisis; deterioro físico de enfermos por falta de tratamiento; abandono de los estudios por falta de medios; angustia generalizada en la ciudadanía por los problemas propios y de personas del entorno, y muy particularmente una angustia voraz en las mentes de tantos abuelos que se ven morir antes de dejar a sus hijos y nietos fuera del pozo en el que han caido. Por no hablar de los niños, que hoy no entienden por qué tienen que pasar tantas penurias. Desconocemos qué efectos psicológicos conllevará esta infancia en los adultos del futuro. No sé si se puede llamar a todo esto violencia, pero lo que está claro es que la despierta en la mente como reacción, y da miedo pensar en las consecuencias si llega a explotar.
El gobierno ignora todo eso. Se limita, en el mejor de los casos, a reconocer que, aunque el país va estupendamente, el paro es un gran problema, sin ahondar en las consecuencias que supone para millones de familias y para las arcas públicas. Les importa más, por lo que parece, los resultados de la banca y del IBEX que los ingresos del Estado. Total, si no hay ingresos se recorta más la sanidad, la educación, los servicios sociales, se echa a unos cuantos funcionarios a la calle y arreglado.
En cambio sí nos habla de la violencia contra los políticos. Los medios de comunicación se hacen eco estando todos completamente de acuerdo en que los ataques contra el coche de Cospedal y Montoro son inadmisibles. Y lo son. Pero adscribir a estos violentos a grupos radicales -en este caso nacionalistas envenenados- es ignorar la realidad. Que los ciudadanos estamos cabreados y conteniéndonos, y que no hace falta ser de ningún grupo violento, antisistema o "radical": basta con perder la paciencia en un momento dado.
Además no son los únicos. Y de muchos otros episodios de violencia física y verbal apenas se habla.
Ahora están inquietos por las amenazas y apología de la violencia expresadas por algunos desaforados en Twitter. De algunos. De esos que llevan la llamada desafección por los políticos al extremo de la expresión verbal.
Y la violencia policial contra los manifestantes, los empujones de los guardaespaldas a jubilados que protestan por las preferentes que les han amargado la vida, o los ataques verbales a "esa izquierda radical", a los inmigrantes, a Pilar Manjón o a tantos otros que no forman parte de la derecha, no es violencia?
O esto otro. Aunque si traigo aquí la noticia no es por el hecho violento en sí, sino porque la víctima cuenta con la declaración de dos policías que confirman su declaración. Aún se pueden ver aquí y allá pequeños destellos de esperanza:
El Plural 23 de mayo 2014Dos policías ratifican ante el juez que un concejal del PP pateó por la espalda a un manifestante
¿Violencia desde el poder? El caso que está siendo juzgado y que se le ha 'olvidado' mencionar a la vicepresidenta a la hora de hablar de "minorías violentas"
S.C. | 23/05/2014
Viendo los telediarios de TVE y las declaraciones de los pesos pesados del PP, los golpes al coche de Cristóbal Montoro en un mitin en Cataluña les han alarmado sobremanera y han empañado toda la campaña electoral. La vicepresidenta del Gobierno se ha ocupado de ello largo y tendido tras la rueda de prensa del Consejo de Ministros para ahondar en las tesis de medios afines a su partido y del propio ministro de Interior, Jorge Fernández Díaz, sobre una presunta relación entre independentismo y violencia.
Debates que generan “división y enfrentamientos”
Sáenz de Santamaría ha apuntado que los autores de los golpes al coche eran “minorías violentas” que no representan el sentir de la sociedad en Cataluña ni en ningún lugar de España, pero ha matizado que los responsables políticos deben ser muy conscientes de que hay debates “que generan división y enfrentamientos” que son “aprovechados” por los violentos para justificar comportamientos que no tienen cabida en democracia, por lo que todos deben ser “muy prudentes”.
Presunta agresión de un cargo electo a un ciudadano
También en la campaña electoral un hombre que protestaba en un mitin del PP fue agredido aparentemente por miembros de seguridad del partido o por simpatizantes, pero a ese caso no se ha referido la vicepresidenta. Ni a este otro que ha empezado a ser juzgado como un posible delito de faltas y en que el violento sería un cargo del PP. En lainformacion.com han difundido cómo dos policías locales de Coslada han confirmado en sede judicial que su concejal de Seguridad, Fernando Atienza (PP), propinó una patada por detrás a un señor de 63 años que estaba protestando con un megáfono por las preferentes el 7 de junio de 2013, hace casi un año. El fiscal considera probados los hechos denunciados por el ciudadano y solicita una indemnización.
¿Prudencia para todos?
Según el testimonio del agredido recogido por el citado diario, aquella tarde estaba protestando en Coslada por las preferentes con un megáfono junto a otros vecinos cuando increpó al alcalde, Raúl López. Entonces el edil ahora juzgado se le harbía acercado golpeándole con una fuerte patada que le provocó lesiones en la pierna. El acusado niega la agresión y alega que fue insultado por el denunciante, mientras que otro cabo de la policía local avala la versión del concejal. Como desde el PP llevan mucho tiempo criminalizando las protestas ciudadanas, ¿habrán influido en la conducta de algunos de los miembros de su partido ante estas situaciones?